'Pasajero', un corto nominado a cuatro premios Quirino y que fue preseleccionado para los Oscar
- Entrevistamos a su director, el argentino Juan Pablo Zaramella, en Tenerife
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Juan Pablo Zaramella (Buenos Aires, 1972) es un animador independiente argentino que, en 2011, consiguió figurar en la lista de preseleccionados para el Oscar con su corto, Luminaris (2011), una gesta que ha repetido este año con Pasajero, que es la producción más nominada (4), a los Premios Quirino de este año, junto al corto portugués Ice Merchants (4).
Pasajero es una comedia sobre un personaje que se monta en un tren y empieza a mostrar sus prejuicios respecto a los otros viajeros. Pero en el transcurso del viaje las circunstancias lo llevarán de acusador a víctima.
Preguntamos a Juan Pablo de dónde surgió la idea del corto: “Mis cortos suelen mostrar una situación que inspira algo, aunque en el proceso de desarrollo se convierten en algo muy distinto. Pero esta es mi historia más directa. Un día yo estaba viajando solo en un tren y empecé a imaginar un montón de situaciones a partir del hecho de viajar solo. Por ejemplo, pensé que, estando yo solo en el tren, qué pasaría si se sube una persona y, con todo el vagón vacío, se me sienta al lado. Y empecé a desarrollar ideas sobre eso, como una telaraña, hasta que construí pasajero”.
“Cada vez nos aislamos más”
Preguntamos a Juan Pablo si la sociedad actual nos lleva cada vez más a encerrarnos en nosotros mismos. “Hay algo subliminal en la película que muestra como una ironía mi impresión de que cuanto más rodeados de gente vivimos, más nos aislamos. Por ejemplo, el protagonista viene de las afueras al centro de la ciudad. Por eso se sube solo en la primera estación y el tren se va llenando a medida que se acerca al centro. También aparecen, poco a poco, más casas, más edificios… Y en el corto quería reflejar como, a medida que nos acercamos más unos a otros, que ese vagón de tren se llena, también a veces nos terminamos aislando más. La comunicación básica se va haciendo más difícil”.
El corto también ironiza sobre esa manía que tenemos de juzgar a los demás sin conocerlos. “Esa fue la razón de que eligiera trabajar en papel –asegura Juan Pablo-, nuestra manía de juzgar a los demás a partir de la superficie, de las apariencias. Por eso quería que los personajes solo tuvieran una primera capa, una capa que provoca las reacciones delos demás personajes, que a veces están fundamentadas y a veces no”.
Un viaje externo e interno, a la vez
Lo curioso es que, al principio no quería ambientar la historia en el tren: “No quería ser tan literal y plasmarla tal y como se me ocurrió. Pensé en ambientarla en otros lugares. En la sala de espera de un médico, por ejemplo. Pero me di cuenta de que el personaje está transitando un viaje interno en su relación con el entorno. Y que, por eso, tenía más sentido que ocurriese en un tren”.
“Y cuando pensé cómo reflejar los momentos internos del personaje, me pareció que los túneles eran la excusa perfecta, como un momento de contraste fuerte entre las luces y las sombras de ese personaje. La sombra se puede traducir como la desnudez más subliminal del interior del personaje. Por eso el corto solo podía transcurrir en ese tren”.
En un momento dado todos los pasajeros del tren cogen sus móviles, menos el protagonista, y parecen reírse del mismo chiste, haciendo que este se sienta más aislado. “Él es el único que no se comunica con un teléfono móvil –asegura el director-. No es necesariamente una crítica del teléfono, porque tampoco planteo al personaje como alguien que esté en el camino ideal en la sociedad. Él tiene actitudes muy cuestionables también, pero cuando él está tratando de comunicarse con el resto, los demás están comunicándose con alguien que no está presente. Y él se queda solo en un vagón lleno de gente”.
Personajes unidimensionales de papel
Los protagonistas del corto parecen hechos de papel, pero tiene truco: “Usé un material que se llama Aluminio Complex –confiesa Juan Pablo-, que es el aluminio que se usa para envolver los corchos de las botellas de vino. Fue una sugerencia de mis amigos del estudio Zumbastico de Chile, que ya lo habían usado con resultados fantásticos. Y como se podía imprimir en blanco parecía papel de verdad. Y yo podía dibujar encima las expresiones de los personajes. El aluminio es fantástico porque da mucha precisión para la animación”.
“Se anima como con cualquier otro material, pero hay que tener mucho más cuidado con algo tan básico como respirar frente al muñeco –añade-. En el momento que vamos a tomar la foto tenemos que alejarnos, porque si soplas un poquito fuerte el personaje ese se puede caer”.
Lo mejor es que recortar a los personajes es muy sencillo: "Para el protagonista recortamos como 30 muñecos. Y para el resto teníamos cuatro o cinco de cada uno. Lo que hacíamos era muchas sustituciones de cabezas. Por ejemplo, si necesitábamos que el personaje estirase mucho la cabeza, recortábamos una más larga y la pintábamos con el marcador. Lo hacíamos en el mismo set y en un momento. Esa era la ventaja de tener unos diseños tan simples”.
Cuatro nominaciones a los Quirino
Juan Pablo Zaramella está acostumbrado a los premios porque casi todos sus cortos han conseguido diversas distinciones y Luminaris (2011) tiene el récord Guinnes al corto más premiado de la historia, con 324, además de entrar en la preselección de 15 títulos de los Oscar. Algo que también ha conseguido con este Pasajero, que tiene cuatro candidaturas a los Quirino: Mejor Cortometraje, Mejor Desarrollo Visual, Mejor Diseño de Animación y Mejor Diseño de Sonido y Música Original.
Preguntamos a Juan Pablo qué se siente al quedarse dos veces en esa short list de los Oscar: “Como me dijo un amigo mío, soy como el Leonardo DiCaprio de la animación. Que estuvo muchos años rozando el Oscar y nunca lo ganaba… Él lo consiguió al final, así que ya veremos”.
En cuanto a los Quirino: “Para mí es un honor estar aquí y me encantan los otros dos cortos nominados. Así que estoy muy contento”.
“Mis influencias en el humor son Quino, Fontanarrosa…”
En cuanto a sus influencias en el humor, Juan Pablo asegura: “Tengo la influencia de la enorme tradición gráfica y humorística de Argentina. Desde el gran Quino (Mafalda) a Caloi o Fontanarrosa, que quizá no sea tan conocido en España, pero colaboraba mucho en los guiones de Les Luthiers”.
“El humor en Argentina está muy presente a todos los niveles –añade-. No solo en lo personal, sino también en nuestra sociedad. Los argentinos somos muy dramáticos, sufrimos mucho con el tango… pero, al mismo tiempo, el sentido del humor siempre está muy presente”.
El humor de pasajeros lo define como: “Un humor muy sutil. Yo nunca lo pensé como un corto plenamente humorístico, pero sí es un corto que habla de códigos y el humor termina siendo un tema más de la película, no simplemente un condimento. El corto no busca hacer reír, sino que reflexiona sobre el humor. Por eso todo el mundo se ríe de ese chiste que el protagonista no entiende. Es un corto que habla sobre los códigos y el humor es un código fuertísimo. Hoy en día se habla mucho del bullying en las redes sociales y aquel que no entiende el chiste, el meme, fuera de lugar. Esa es otra de las cosas que quería contar”.
“En cuanto a mi estilo de animación –añade-, mis mayores influencias son de otros cortos. Veo todos los que puedo porque creo que cada una de esas películas se hace con una intención totalmente honesta y te enseña algo provechoso. Y, por supuesto, una de mis mayores influencias también es el animador británico Norman McClaren que siempre destacó por simpleza, `por su constante búsqueda de diferentes técnicas para contar cosas distintas y crear sensaciones diferentes con cada película”.
Despues de más de quince años triunfado con sus cortos, Juan Pablo Zaramella prepara un largometraje: “Se titula Nina y es una coproducción entre Chile y Argentina, por ahora, porque creo que necesitaremos un aliado europeo por el tamaño del proyecto. Es un proyecto muy grande y para hacer a largo plazo”.