Erdogan retiene el voto conservador y la extrema derecha será clave en la segunda vuelta en Turquía
- Las grandes ciudades votan por la oposición mientras la Anatolia rural sigue apoyando a Erdogan
- El candidato ultranacionalista Sinan Ogan tiene que decidir a quién apoya
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha ganado la primera vuelta de las elecciones presidenciales, celebradas este domingo, aunque ha perdido la mayoría del apoyo popular del que había gozado hasta ahora, y por primera vez en dos décadas necesitará una segunda vuelta para imponerse a su rival, Kemal Kiliçdaroglu.
Las encuestas, que daban ventaja al opositor, han fallado, y Erdogan ha logrado retener a su base más conservadora. Ahora Turquía afronta quince días más de campaña en las que el discurso subirá de tono y la extrema derecha jugará un papel preponderante.
Erdogan mantiene al grueso de sus votantes conservadores
La primera conclusión de los resultados de este domingo es que Erdogan y su partido, Justicia y Desarrollo (AKP, islamista) pierden apoyos. En 2018, Erdogan se impuso a la primera con el 52 % de los sufragios, mientras que ahora deberá pelear una segunda vez.
En el Parlamento, el AKP ha pasado del 42 % al 35 %, y pierde 19 escaños, mientras el principal partido opositor, el Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata) pasa del 22 al 25 %, con 35 escaños más. Otros partidos de la coalición opositora también han obtenido buenos datos.
Los resultados han sido los mejores para la oposición en un enfrentamiento con Erdogan, pero insuficientes, porque el presidente ha sabido conservar el voto conservador a pesar de las dificultades económicas que atraviesa el país. Durante la campaña, Erdogan ha apelado continuamente a estos votantes, que constituyen el corazón de su electorado, y no ha dudado en acusar a la oposición de abrir las puertas del gobierno a los "terroristas" kurdos, o de aliarse con el movimiento LGTBI en contra de la familia tradicional.
“Ha construido su campaña sobre las ideas de un partido fuerte, un Estado fuerte y un hombre fuerte“
"Ha construido su campaña sobre las ideas de un partido fuerte, un Estado fuerte y un hombre fuerte, y sobre políticas anti-kurdas, el tono nacionalista turco ha dominado la campaña, así como una retórica anti-occidental, en el sentido de que Turquía es tan fuerte que los países occidentales tienen que negociar con ella", explica a RTVE.es Seda Altug, profesora del Instituto de Historia Moderna de Turquía en la Universidad del Bósforo. "La mitad de la población ha votado por eso", añade.
Altug cree el empeño de Erdogan en relacionar a Kiliçdaroglu con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, considerado organización terrorista por la Unión Europea) ha dado sus frutos y ha atraído el voto para sí mismo o lo ha dirigido hacia el tercer candidato en liza, Sinan Ogan, del ultraderechista Partido de Acción Nacionalista (MHP).
Bilge Yabanci, politóloga, especializada en Turquía e investigadora con la Universidad de Deusto, señala la gran división entre la Turquía urbana y la rural. El mapa de los resultados muestra que Kiliçdaroglu se ha impuesto en la costa del Egeo y en Ankara, así como en las regiones orientales de mayoría kurda.
“En la Anatolia rural, las preferencias por Erdogan no han cambiado mucho“
"En las grandes ciudades es donde más se han sentido las consecuencias de la crisis económica, también entre la clase media - argumenta - Pero en la Anatolia rural, las preferencias por Erdogan no han cambiado mucho, aún le apoyan. Puede que se hayan visto menos impactados por la crisis, en términos de aumento de precios".
A estos votantes, "la estrategia de campaña, basada en el nacionalismo y en la defensa de la seguridad", junto con el mensaje polarizador de Erdogan, acusando a Kiliçdaroglu de aliarse con "terroristas", les ha convencido, según Yabanci.
Por su parte, Umut Özkirimli, investigador asociado del CIDOB, señala que en sus veinte años de mandato Erdogan ha sabido desarrollar una política clientelar. "Tiene una economía de gente que depende de él. Muchos, por ejemplo, le votan porque están en el sector de la construcción", afirma.
Özkirimli duda además de la limpieza del proceso electoral. "Sabemos que la elección no ha sido justa y no ha sido libre", asegura.
La extrema derecha, clave para la segunda vuelta
Los resultados han dado también una mayor visibilidad del discurso ultraconservador y de extrema derecha. En el Parlamento han tenido buenos resultados partidos religiosos nacionalistas, aliados del AKP, con una agenda anti-feminista y anti-LGTBI. Y en las presidenciales, Sinan Ogan ha sorprendido al obtener más del 5 %.
Ogan puede convertirse en clave para la segunda vuelta, porque puede pedir a sus votantes que apoyen a uno u otro candidato. Aún no está claro por quién se inclinará.
"Aunque sus votantes son muy anti-Erdogan, creo que es más dominante su rechazo a Kiliçdaroglu, a quien representan como un aliado del PKK", dice Seda Altug.
Yabanci cree que Ogan jugará su carta para negociar con ambos candidatos, pero su comportamiento aún es una incógnita. "No conocemos el perfil de su votante. - explica - Parece haber recibido votos de ambos lados, tanto de opositores que están en contra de Erdogan, pero a los que Kiliçdaroglu no les ha convencido, y viceversa. Y tampoco sabemos si tiene un control sobre su electorado".
"La oposición podría llegar a un buen acuerdo con él - analiza por su parte el investigador del CIDOB - por ejemplo, si pacta expulsar a los refugiados y excluir a los kurdos. Pero no creo que puedan superar a Erdogan, que tiene más que ofrecer".
Ogan ha dejado claro este mismo lunes que sus "líneas rojas" son "la lucha contra el terrorismo y enviar a los refugiados de vuelta".
Erdogan gana en las provincias afectadas por el terremoto
La preocupación por los refugiados es uno de los factores que puede explicar por qué Erdogan y el AKP se han impuesto en las provincias más afectadas por el terremoto del pasado febrero, como Kahramanmaras, Malatya, Adiyaman o Gaziantep.
Turquía alberga a 3,6 millones de refugiados sirios y a 320.000 de otras nacionalidades, según la ONU. Muchos de ellos viven en las provincias del sur. Además, unos 113.000 refugiados sirios han adquirido la ciudadanía y han podido votar en estas elecciones.
"La mayoría de los refugiados ha votado a Erdogan", asegura Seda Altug, porque Kiliçdaroglu ha prometido enviar de vuelta a los refugiados a su país de origen.
“El sentimiento anti-inmigracion ha dividido a los secularistas“
"El sentimiento anti-inmigración ha dividido a los secularistas", opina Umut Özkirimli, quien destaca que prácticamente todo el arco parlamentario es nacionalista.
Yabanci cre que el análisis es más complejo, y que "cada zona tiene diferentes dinámicas". Por ejemplo, en Hatay, una de las regiones más afectadas por el terremoto, hay una elevada población de las minorías árabe y alevi. Allí, Kiliçdaroglu se ha impuesto en las presidenciales, mientras que el AKP ha sido el partido más votado en las legislativas.
También hay que tener en cuenta que muchos electores no han podido votar en las regiones más destruidas, o lo han hecho en las poblaciones donde se han reasentado tras el seísmo.
Pocas opciones para Kiliçdaroglu
El candidato opositor ha pedido paciencia a sus seguidores, pero las condiciones de cara a la segunda vuelta no le son propicias.
"Todo puede cambiar en 24 horas, cualquier cosa puede pasar, pero bajo circunstancias normales no creo que tenga muchas opciones", explica Özkirimli.
El investigador del CIDOB destaca que el presidente y su partido controlan el Parlamento y tienen la ventaja moral de haber quedado primeros. "Ahora mismo, Erdogan está listo para ganar, pero no será lo mismo que antes, cuando podía hacer lo que quería, y habrá tensiones dentro de su coalición", añade.
Para Bilge Yabanci, la participación en la segunda vuelta será decisiva. "La oposición no debería dejar que les pueda el pesimismo, sino movilizar a sus votantes y animarles a acudir a las urnas. Porque eso es lo que hará Erdogan: desplegará una campaña general y agresiva, con ayuda de los medios e instituciones estatales, lo que le dará una ventaja".
Es de esperar que estos 15 días sean tensos pero pacíficos, como en general han sido la campaña y la noche electoral, aunque no pueden descartarse enfrentamientos violentos esporádicos y locales.