La sequía golpea Marruecos y pone en peligro sus palmerales: "Los últimos años han sido muy malos"
- Hace meses que no llueve y está afectando a los caudales de ríos y a los pozos
- La extrema ola de calor está secando aún más los palmerales, que son una gran fuente de ingresos
La sequía golpea Marruecos. La mayoría languidecen y sus hojas amarillean, señal de falta de agua. A los pies de las montañas del Atlas y en medio del desierto está la mayoría de palmerales del país y bajo su sombra crecen olivos, cebada y otros cultivos que ahora escasean.
Hace meses que no llueve y la sequía, ahora secos y con el suelo agrietado, así como a pozos en los que no queda ni gota de agua. Algunos están ya abandonados.
La extrema ola de calor, inusual en primavera, está secando aún más los palmerales en un país en el que las palmeras datileras son una gran fuente de ingresos. En Marruecos el dátil se consume en grandes cantidades durante el Ramadán y en otras celebraciones importantes.
"Durante los últimos cinco años hemos sufrido mucho. Ha habido muchas restricciones y el poca agua potable que había era de mala calidad", se queja un profesor a TVE.
La sequía afecta a las cosechas
La sequía también está provocando que las comunidades locales emigren a las grandes poblaciones. En la región del Valle del Draa, en el sur de Marruecos, vive una importante población nómada, dedicada a la agricultura y ganadería.
“"Los últimos años han sido muy malos"“
Las últimas cosechas han sido malas y, apenas tienen recursos, menos aún para comprar una lavadora.
"Los últimos años han sido muy malos", cuenta a TVE Fátima, una mujer que suele ir a lavar la ropa unas cuatro veces a la semana a una acequia que ahora baja con más caudal, gracias a la nieve caída en febrero, otra anomalía del cambio climático.
"Antes no teníamos agua ni para beber", confiesa.
Muchos palmerales marroquís están en vías de extinción. El 40% de las palmeras está en peligro debido a la sobrexplotación humana y el cambio climático.
Sin embargo, estos ecosistemas, en medio del desierto, son imprescindibles, ya que gracias a su humedad los dátiles pueden crecer.