Simpatía por el candidato, voto dual y polémicas nacionales: así votamos en las elecciones municipales y autonómicas
- A medida que el municipio es más pequeño, gana más peso la persona por encima de las siglas
- Los partidos preparan distintas estrategias: una campaña más nacional del PP y una más territorial de los barones socialistas
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En el pueblo se vota a la persona y no a un partido. Esta frase es ya un elemento fundamental de la lista de lugares comunes que se desempolvan en cada elección municipal y autonómica, como la que se celebra del próximo 28 de mayo. Aunque con matices, es cierta, según los politólogos, pero ¿realmente votamos distinto en estos comicios que en unas elecciones generales?, ¿cómo influye la política nacional a la hora de poner una papeleta a nuestro alcalde o presidente autonómico?
"Estas elecciones son más nacionalizadas. Votamos 8.200 municipios y 12 comunidades autónomas. Se vota todo a la vez y esto hace que el debate sea muy nacional, más que si la elección fuera solo en la Comunidad de Madrid o en Andalucía", explica a RTVE.es Pablo Simón, profesor de Políticas de la Universidad Carlos III de Madrid.
Un 40% de los españoles votan en estas elecciones en función de variables locales o regionales, otro 40% tiene en cuenta tanto los aspectos locales y regionales como los nacionales y un 20% lo hace según solo variables nacionales, según los datos recogidos por el CIS tras los últimos comicios de este tipo, en 2019. "Hay una parte importante del electorado que efectivamente mira a las dos cosas a la vez, pero eso no significa que le decante en una dirección o en otra", asegura Simón.
Más peso del candidato cuanto más pequeño es el municipio
"Cada vez influye más la política nacional en las elecciones locales. Sin embargo, cuando se vota para elegir alcalde o alcaldesa pesa mucho más la figura de las personas", señala por su parte Cristina Monge, socióloga, politóloga y profesora en la Universidad de Zaragoza. El papel del candidato gana más importancia a medida que el municipio es más pequeño y, por tanto, tiene más relación con los ciudadanos. A medida que se aleja el foco y se mira a las grandes ciudades, en cambio, la política nacional adquiere una presencia mayor, según Monge.
Los datos respaldan esta visión. Según la última encuesta del Centre d’Estudis d’Opinió (el CEO, conocido como el CIS catalán), en los municipios pequeños un 68% de los encuestados votarían a un "buen candidato" aunque se presentase por un partido que no les gustase. En cambio, en los más grandes este porcentaje se reduce a menos de un 40%. "Cuanto más pequeño es el municipio, más peso tiene la simpatía del candidato al margen de las siglas", considera Simón en base a estos resultados, que cree que son extrapolables a toda España.
La idea de que se vota más a la persona que a las siglas "es cierta hasta cierto punto", según Eduardo Bayón, consultor en comunicación política. "Se valora mucho la gestión municipal particular, más allá incluso de personalismos, aunque hay figuras arrolladoras", como el alcalde de Vigo, Abel Caballero, cita. Este sacó para el PSOE un 67% de los votos en las últimas elecciones, 30 puntos más que lo que obtuvo el partido en la ciudad en las generales del mismo año.
“Se valora mucho la gestión municipal particular, más allá incluso de personalismos“
En los municipios, además, la campaña gira más en torno a la figura del alcalde, ya que "el nivel de conocimiento de estos suele ser muy superior al del resto de candidatos", con figuras de conocimiento de un 90% frente a un 40% en el caso de los candidatos de la oposición, según se desprende de distintas encuestas municipales, señala Bayón.
El voto dual: ¿por qué votamos distinto en unas elecciones y en otras?
Los votantes valoran en los comicios municipales asuntos concretos locales, desde la construcción de una plaza al el trazado de una carretera. En las elecciones autonómicas, la cosa cambia, y se da una situación de alguna manera "intermedia" entre unas locales y unas generales, según la profesora de la Universidad de Zaragoza.
“Muchas veces las elecciones autonómicas han anticipado tendencias de carácter nacional. Esto quiere decir que probablemente hay más peso de la política general que en las municipales“
"Muchas veces las elecciones autonómicas han anticipado tendencias de carácter nacional. Esto quiere decir que probablemente hay más peso de la política general que en las municipales", afirma Monge. En 2018, Vox entró por primera vez con fuerza en un parlamento autonómico, el de Andalucía, un precedente para la entrada del partido en el Congreso y en otras cámaras regionales.
Estas diferencias explican el llamado voto dual, que se da cuando un mismo votante elige la papeleta de un partido en unas elecciones y la de otro en unos comicios distintos. Ocurre habitualmente cuando concurren formaciones regionalistas o nacionalistas, a las que se vota en comicios municipales o autonómicos, mientras que se opta más por los partidos nacionales en las generales, según Bayón.
Es lo que ocurría antiguamente en Barcelona o en Euskadi en los primeros años de Podemos, que llegó a ganar las generales en este territorio en 2016 "y luego no era la primera fuerza ni de lejos" en los comicios autonómicos, explica este consultor. También se da un caso claro de voto dual en Zamora, donde Izquierda Unida arrasó con mayoría absoluta y un 45% de los votos en las municipales en 2019, mientras que en las autonómicas que se celebraron a la vez cosechó apenas un 6%.
La figura del popular alcalde Francisco Guarido, el único de IU que gobierna una capital de provincia, es clave para explicar esta diferencia. De hecho, aunque había anunciado que no se volvería a presentar tras ocho años en el poder, la presión de su partido para que repitiera fue tan fuerte que ha terminado por ceder.
El voto dual se da especialmente en los pueblos más pequeños, según el CEO. En los municipios de menos de 2.000 habitantes, un 61% de los encuestados votan a un partido distinto para las municipales y las autonómicas, mientras que en aquellos grandes o muy grandes crece el número de aquellos que votan siempre al mismo partido, y el voto dual baja hasta alrededor del 40%.
El 28M: ¿una primera vuelta de las generales?
El hecho de que estos comicios se celebren apenas unos meses antes de las generales -que previsiblemente serán a final de año-, también influye en cómo afrontan los partidos estas elecciones y la campaña electoral. "No hay un correlato directo entre ganar las autonómicas y locales y luego ganar las generales, pero sí que hay algo que importa mucho: el resultado puede tener un efecto en lo que luego pase en las generales", subraya Simón.
De ahí que el PP planteara en un primer momento estos comicios como una primera vuelta de las elecciones para elegir el próximo presidente del Gobierno -aunque luego rebajó expectativas-. "La expectativa es que la derecha mejore sus resultados. Lo que no sabemos es cuánto y dónde", señala este profesor de la Universidad Carlos III de Madrid. Monge, por su parte, considera un "error" hablar de estos comicios como un paso intermedio a las generales, ya que plantea el 28M como unas "elecciones de segunda" y se elimina la importante rendición de cuentas hacia los gobernantes municipales y autonómicos: "No es justo que yo valore la rendición de cuentas del alcalde de Zaragoza en función de lo que me parezcan sus líderes nacionales".
“La expectativa es que la derecha mejore sus resultados. Lo que no sabemos es cuánto y dónde“
Los socialistas gobiernan en nueve de las 12 comunidades que se eligen el próximo 28M, y en general tanto los presidentes autonómicos como los alcaldes son más conocidos que los candidatos a serlo, por lo que el PP -que además lidera las encuestas para llegar a la Moncloa (menos la del CIS)- plantea una campaña en clave nacional. "Votar a Ximo Puig es votar a Sánchez", ejemplifica Simón.
En cambio, en la izquierda hay varias estrategias. "Puig o Page juegan la carta de que son barones más populares que Sánchez y juegan una campaña más presidencial", asegura. El presidente valenciano, crítico con el recorte al trasvase Tajo-Segura decidido por el Gobierno central, será menos proclive a invitar al jefe del Ejecutivo a su campaña, valora Monge, mientras que en Cataluña, donde el PSC coincide con las medidas tomadas sobre la cuestión territorial catalana, este puede tener una presencia mayor.
Bayón no cree que "la marca nacional del PSOE esté tan desgastada como para que suponga un prejuicio" que Sánchez o sus ministros arropen a los candidatos en la campaña, y explica que el enfoque de estos comicios dependerá de cada territorio. Desde Asturias, con un "trabajo más identitario o regionalista" a Castilla-La Mancha, donde su presidente, Emiliano García Page, compite contra el PP y no contra el espacio a su izquierda, por lo que se diferencia con el PSOE a nivel estatal en el ámbito ideológico.
Otros partidos, como Vox, basarán su campaña "en repetir el discurso nacional sin muchas diferencias, por la debilidad de su estructura y de sus candidatos", según este consultor, mientras que en el espacio a la izquierda del PSOE habrá diferencias, con las marcas afines a Sumar, como los comunes o Compromís, apostando por un discurso más territorial. En todo caso, coinciden los expertos consultados, todo puede cambiar a medida que se avance la campaña, determinante no solo para elegir más de 8.000 alcaldes y 12 presidentes autonómicos, sino para marcar las tendencias políticas de los próximos meses.
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