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De la vocación al miedo y las dudas: el reto de cambiar de profesión para vivir "a gusto" con uno mismo

  • El 61% de los empleados está desmotivado y el 62% busca activamente cambiar, según la Guía del Mercado Laboral Hays
  • Tomar la decisión de encontrar una nueva ocupación puede ser difícil, pero también muy gratificante, aseguran los expertos

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Un hombre trajeado sostiene una caja con objetos personales tras dejar su trabajo
Un hombre trajeado sostiene una caja con objetos personales tras dejar su trabajo

Dejar un trabajo ya no es una decisión extraordinaria. De hecho, faltan empleados, o al menos en algunas ocupaciones. Sucede especialmente en sectores como el de la hostelería, envuelto en acusaciones de precariedad, pero las condiciones laborales y el síndrome de burnout no son los únicos motivos detrás de los cambios de profesión. Como viene reflejando el fenómeno estadounidense de ‘la gran dimisión’, también descubrir la verdadera vocación puede motivar a dar el paso a buscar un nuevo oficio, algo a lo que el parón de la pandemia de coronavirus ha contribuido.

“Para muchos la pandemia ha sido un punto de inflexión para saber qué les llena”, opina la mentora de orientación vocacional y fundadora de Universo Poderosas Silvia Soria, que considera este autoconocimiento sumamente importante para "sentirse a gusto con uno mismo" y, por ende, para la salud mental. Algunas de las mujeres que solicitan su ayuda llegan incluso “de baja por enfermedad” o con síntomas de “estrés y ansiedad” provocados por la insatisfacción laboral, explica a RTVE.es.

Siento que estoy donde debería estar

Ahora bien, aunque beneficiosa, la decisión no suele ser sencilla y tiende a venir acompañada de múltiples dudas y miedos. Lo sabe de primera mano Sara, quien hace dos años volvió a la universidad para empezar una nueva carrera tras haberse formado como periodista y ejercer como tal. “Tengo amigos que ya se están comprando su primera casa y yo me siento todavía un poco adolescente”, comparte. No obstante, asegura no arrepentirse. “Siento que estoy donde debería estar”, celebra la estudiante de arte dramático.

Pero antes de tomar semejante determinación, Sara advierte que tuvo que reflexionar profundamente tanto sobre sus ambiciones como respecto a sus posibilidades económicas. Para esta tarea los expertos ofrecen múltiples consejos que también hemos recogido en RTVE.es.

Una “crisis” común en jóvenes y personas de mediana edad

El 61% de los profesionales en España está desmotivado y el 62% busca activamente cambiar de empleo, según asegura la Guía del Mercado Laboral 2023 Hays. En este contexto, el emprendedor y coach vocacional Carles Roger señala que la insatisfacción laboral es una problemática "más frecuente de lo que pensamos", sobre todo en jóvenes recientemente incorporados al mercado y en personas de mediana edad con una trayectoria profesional de décadas.

"Son dos casuísticas distintas", continúa Roger. "La gente de mediana edad normalmente se ha visto empujada a un empleo y nunca se ha cuestionado lo que le gustaría de verdad, por lo que suelen hacer cambios bastante radicales", mientras que los más jóvenes suelen encontrarse "agobiados" ante el intento de descubrir con qué "conectan" y cómo encontrarle una salida laboral. "El sistema educativo les exige tomar una decisión pese a que la mayoría de las profesiones del futuro todavía no se conocen y eso les limita muchísimo", añade.

Por su parte, Silvia Soria señala que se trata de una "crisis" que suele surgir alrededor de los 30 años, aunque "cada vez está empezando un poquito antes". En su caso llegó a los 25, cuando sintió que su empleo no era capaz de exprimir todo su potencial. A veces también se desencadena al entender la persona que sus valores "están desalineados con los del puesto de trabajo" o, muy frecuentemente, cuando "la decisión de qué estudiar estuvo impulsada por el contexto social" en lugar de ser "consciente". "Entonces tarde o temprano surge el punto de inflexión".

La mentora vocacional Silvia Soria

La mentora vocacional Silvia Soria S.SORIA

Vocación e ilusión para "quebrar" los moldes

Ese contexto social que en muchas ocasiones confunde a la vocación es uno de los moldes más duros a "quebrar" para finalmente cambiar de rumbo, reconoce la mentora. "El miedo principal es la familia. No hay que romper moldes solo dentro de uno mismo, sino que hay que comunicar la decisión a los padres, a los amigos...", y siempre queda la duda de cómo recibirán la determinación. "Hay quien no se atreve a contarlo porque en su entorno van a creer que se le ha ido la cabeza", comparte igualmente Roger.

Sara siempre amó el mundo del arte, especialmente el de la actuación. "Pero como he sido siempre muy buena estudiante, mis padres y toda la gente de mi alrededor me decían que estudiara otra carrera", entonces conoció el periodismo y vio en él una oportunidad. Unos siete años después de esa primera decisión, asegura no arrepentirse, pues ha aprendido grandes lecciones "en madurez y sentido crítico", pero ahora sabe que no era su lugar, o al menos no del todo. "Entré a la carrera con una idea completamente distinta de lo que iba a hacer", admite a RTVE.es.

Esto es lo que quiero hacer el resto de mi vida

Cuando estaba en el último año del grado, las dudas le asaltaron. Hizo un curso de reporterismo creyendo que iba a encontrar su lugar en él y, con la llegada del confinamiento por la pandemia, volvió a conectar con su yo olvidado entre libros de texto. Las series y las películas le ayudaron entonces a sentirse "acompañada" y pensó: "Esto es lo que quiero hacer el resto de mi vida". "Quiero hacer sentir a la gente lo que ellos me hacen sentir a través de la pantalla. Me apetece volver a intentarlo en el mundo de la interpretación", se dijo.

Poco a poco, fue acercándose a ese mundo. Primero a través de un taller que le dejó con "ganas de más", luego con la determinación final de que había llegado el momento de volver a estudiar. "Tuve que cambiar de ciudad, dejar a mis amigos y seres queridos, volver a compartir piso, entrar en una escuela donde la mayoría de gente es más pequeña...", pero todo ello, incluidos los "ataques de ansiedad" por la dificultad para encontrar un empleo que compatibilizar, mereció la pena. "Mi cuerpo me lo pedía. Yo he nacido para dedicarme al arte. Estoy donde debo estar".

Pau, aunque no tuvo que mudarse y dejarlo todo atrás, también dio un giro de 180° a su vida. Ahora tiene 33 años y ha dejado su empleo para cursar unas prácticas tras estudiar un grado superior. "Si quería evolucionar tenía que cambiar de profesión", y esa decisión no la aplacaron la responsabilidad de una hipoteca y otros miedos "monetarios". Confía en que la incertidumbre actual termine transformándose en tranquilidad. Al menos su nuevo trabajo, dice, sí le despierta una gran "ilusión". "Hay que dar un paso adelante y arriesgarse", apuesta.

¿Cómo saber si mi trabajo me gusta realmente?

La ilusión de la que habla Pau es lo que los expertos conocen como "vocación". En realidad puede tener varios nombres como propósito, reconoce Soria, pero su significado siempre es similar: aquello que nos hace únicos. "Todos tenemos algo que aportar dentro, y para mí la vocación se resume al conjunto de dones y talentos que tenemos y hemos aprendido", el cual se necesita "sacar hacia fuera" a través de las profesiones para conseguir la realización personal, opina.

"Es algo con lo que tú conectas y que te conecta con tu ser. Es lo que tú aportas a la sociedad que te hace feliz, que te hace sentir bien y que te hace crecer tanto como persona y como profesional", comparte en esa línea Roger. Aunque él lo tenga claro, sin embargo, a veces la vocación pasa desapercibida. Hay quienes se preguntan incluso cómo saber si su ocupación les gusta realmente, duda ante la que existen diversas recomendaciones.

Para el coach vocacional, descubrir si un empleo te satisface pasa por un trabajo de introspección personal enfocada a hallar la sensación de estar en el lugar que corresponde. "Uno debe preguntarse qué le está aportando ese trabajo, si se levanta con ganas, si le apetece ir y si, en el caso de que pudiese hacer otra cosa sin ningún tipo de dificultad y un sueldo garantizado, lo haría", sugiere. Y si la respuesta a esto último es positiva, quizás sea el momento de comenzar un cambio, eso sí, progresivo, paulatino y adaptado a tus circunstancias.

En cualquier caso, Roger reconoce que en ocasiones la vida y sus responsabilidades dificultan perseguir tomar un rumbo diferente. "No siempre es posible un cambio radical, pero ni siquiera tienes por qué ganarte la vida con ello, sino simplemente abrirle un hueco", anima. "Darle un espacio a tu vocación te servirá para cuidarte" y, sobre todo, "para conocerte".