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'Las ocho montañas', una bellísima historia de amistad en un paraje natural alucinante

  • Una cinta que ha ganado el premio del cine italiano a la mejor película y el del Jurado en Cannes
  • Dirigida por Felix Van Groeningen y Charlotte Vandermeersch, se estrena en cines este 19 de mayo

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Fotograma de 'Las ocho montañas'
Fotograma de 'Las ocho montañas'

Una preciosa historia de amistad en un paraje natural de una belleza extraordinaria. Eso es Las ocho montañas, una película dirigida por los belgas Felix Van Groeningen y Charlotte Vandermeersch, que adapta la exitosa novela del italiano Paolo Cognetti, sobre la amistad entre dos jóvenes, uno de campo y otro de ciudad, en los Alpes Italianos. Una cinta que ganó el Premio del Jurado del Festival de Cannes de 2022, el Premio a la Mejor Fotografía de la Seminci de Valladolid y los premios a la Mejor Película, Guion adaptado, Sonido y Fotografía en los galardones del cine italiano, entregados hace una semana. Se estrena en cines este 19 de mayo.

Hemos podido entrevistar a Charlotte Vandermeersch, que nos cuenta lo que vieron en la novela de Cognetti, para querer hacer la película: "Es una novela muy, muy sensible. Con unas cualidades que te hacen reflexionar, que te hacen pensar. Y, además, es una novela muy rica, tiene muchas capas de lectura. No te obliga a aceptar ciertas cosas, sino que te las muestra desde fuera. Observas la vida de estos dos jóvenes desde el punto de vista de los sentimientos. Es un poco como la vida".

Fotograma de 'Las ocho montañas'

"Siguiendo con ese tema de las capas -añade la directora-, nos interesaba mucho el tema de la identidad. Por ejemplo, él está solo frente a la ciudad. O la ciudad contra la naturaleza. O el protagonista que trabaja y vive en la naturaleza. O el hecho de las relaciones familiares y la herencia... Si acabarás siendo como tu padre o acabarás cambiando. Y, por supuesto, el tema de la amistad. Una amistad que al final es dolor y amor; porque no vas a empezar una familia con tu amigo, sino que es una persona con la que tienes una relación muy próxima pero, a la vez, separada. Es alguien a quien vas a decir adiós, pero al que vas a volver a ver".

"Y también nos gustaba mucho el tema del viejo mundo de los Alpes -concluye-. Por ejemplo, cómo viven con las vacas, cómo se hace el queso... Ese mundo rural que está desapareciendo poco a poco. Aunque, como vemos en la película, hay gente que está intentando mantenerlo, buscando nuevas formas de mantener esa vida. Y nos gustaba mucho cómo la novela cuestiona nuestra relación con la naturaleza. Por ejemplo, por qué nosotros, que también somos naturaleza, hablamos de lo natural como si fuera ajeno a nosotros, olvidando que es algo intrínseco al ser humano".

Fotograma de 'Las ocho montañas'

Una cabaña que simbolizará su gran amistad

Pietro Guasti (Luca Marinelli) es un chaval de ciudad que pasa un verano en un pequeño pueblo olvidado de los Alpes italianos. Allí conocerá a Bruno Guglielmina (Alessandro Borghi), el último niño de esa localidad. Con los años Bruno se mantiene fiel a su montaña, mientras que Pietro viene y va. Sus experiencias les harán enfrentarse al amor y a la pérdida, recordándoles sus orígenes y haciéndolos mirar al futuro. Todo cambiará cuando Pietro vuelva al pueblo, por la muerte de su padre, y ambos decidan reconstruir la cabaña del fallecido en la montaña, que acabará reconstruyendo, fortaleciendo y simbolizando esa gran amistad que se había enfriado con el paso de los años.

"Esa amistad de Pietro y Bruno es el corazón de la película -asegura Charlotte-. Cuando pensamos en como representar a los niños, queríamos que Pietro fuera un poco más intelectual y urbanita. Y que Bruno fuera alguien un poco más salvaje, más emocional, que tuviera un instinto más animal, casi místico. Pero nos dimos cuenta de que si eran tan diferentes no iban a encajar bien. No se iba a entender que congeniaran inmediatamente. Por eso decidimos que ambos tuvieran un poco de esa alma salvaje, que se pudieran lanzar a correr por el monte juntos, que mantuvieran silencios cómodos o que tuvieran explosiones de energía juntos. Que no fueran simplemente dos personas completamente antagónicas, sino personas que tuvieran un alma similar".

Fotograma de 'Las ocho montañas'

"En cuanto a la cabaña -añade la directora-, es el símbolo de volver a estar juntos, de honrar el pasado. Porque la cabaña la hereda Pietro de su padre, pero lo curioso es que había sido más padre de Pietro que de él mismo. Y cuando reconstruyen la cabaña, también reconstruyen esa amistad entre los dos y deciden que quieren verse todos los años en la cabaña. Y durante un tiempo intentan hacerlo funcionar, intentan ir todos los años. Sin embargo, llega un momento en que ya no se puede y también se ve la decadencia de la cabaña como la decadencia de esa amistad. Si pasas un año sin ir a una cabaña en los Alpes, la naturaleza se la come, la destruye. Por eso la cabaña es una metáfora de esa amistad. Si no cuidas las relaciones al final se enfrían e incluso desaparecen".

"Ambos tienen una forma bastante instintiva de tomar las decisiones -nos comenta Charlotte-. Pietro es una persona que no para de viajar porque no encuentra descanso. Le gusta mucho la montaña de su juventud, pero se distancia de ella porque le duele la pérdida de su amigo. Y también le duele que su padre exigiera tanto de él, lo que hacía que tuviese miedo de no llegar nunca a cumplir sus expectativas. Eso hizo que Pietro se alejase de la montaña y se dedicase a viajar por todo el mundo, realizando una multitud de trabajos completamente diferentes. Es una persona que no acaba de encontrar su lugar, ni de encontrarse a sí mismo. Por eso se ha pasado la vida buscándose a sí mismo, para intentar encontrar su paz interior".

"En cuanto a Bruno -añade la directora-, él tiene claro que quiere volver al pasado. Le dice a su padre que no quiere seguir lo que había planeado para él, sino que quiere vivir como sus abuelos y como sus bisabuelos, trabajando en el campo. Desde el principio de la historia intuimos cuál va a ser la evolución de cada uno, lo que no deja de ser un poco trágico. Pero a mí no me parece algo triste. No es una película que te haga llorar. Para mí es, simplemente, un hermoso destino de cómo eres y que no hay mejor forma de evolucionar como persona".

Fotograma de 'Las ocho montañas'

"Rodar en la montaña es muy complicado"

Desde el principio del proyecto, Felix Van Groeningen y Charlotte Vandermeersch tuvieron muy claro que querían rodar en el mismo sitio donde transcurría la novela, en los Alpes italianos: "Es la zona en la que Paolo Cognetti sitúa a los personajes -asegura Charlotte-. La zona donde él pasa la primavera y el verano. Porque él vive entre Milán y los Alpes. De hecho, nos invitó a viajar hasta allí y nos enseñó los lugares donde había imaginado la novela. Se trata de un largo valle que tiene como ramales que dan a otros valles más pequeños. Recorrimos toda la zona, pero al final acabamos quedándonos muy cerca de donde había imaginado esa cabaña".

"También fue una decisión desde un punto de vista práctico -continúa la directora-, porque grabar en la montaña es muy complicado. No puedes estar dos horas en un coche para ir de un lado a otro. Por eso elegimos un lugar donde se pudiera unir todo. Lo más bonito es que pudimos conocer a muchas de las personas que inspiraron el libro, a los amigos de Pablo que siguen allí, en el valle, Incluso nuestros actores pudieron conocerlos e inspirarse en ellos. Todos estaban encantados de que convirtiésemos la película en un libro".

Otra cosa muy bella de la película es que retratan todas las estaciones en esa montaña y como afectan a las relaciones entre los protagonistas. "Empezamos el 14 de junio y rodamos de forma cronológica. Comenzamos con los niños en verano y luego pasamos a la construcción de la cabaña por los adultos, que fue más o menos en agosto. En octubre fuimos a Nepal, a grabar las escenas que transcurren allí. Volvimos en noviembre para hacer la grabación de las escenas del otoño y luego, por último, volvimos en diciembre, cuando ya estaba todo nevado".

Preguntamos a Charlotte cómo es la vida en esos pueblos de montaña: "Ahora se está intentando revivir la zona. Es un lugar muy popular durante la primavera y el verano. Y aumentó muchísimo de población con el tema del COVID-19, porque es un sitio muy grande, muy espacioso. En verano hay mucha gente, pero la comunidad que vive allí durante todo el año cada vez se está haciendo más pequeña, especialmente en la parte superior de las montañas, donde es más difícil vivir".

"Pero -añade-, al igual que vemos en la película, los que más disfrutan de esta zona en el verano son los niños. Es una vida muy bonita para ellos, porque es un sitio muy seguro y siempre hay algo que hacer. Para crecer es una zona muy hermosa. Pero claro, cuando llega el invierno es un sitio muy duro. Hace frío y a veces te sientes atrapado en el valle, casi como si no pudieras salir. Nosotros fuimos con nuestro hijo y se lo pasó fenomenal con otros niños. Fue una experiencia muy bonita para él. Estaba encantado".

Las ocho montañas se estrena en cines este viernes, 19 de mayo.

Fotograma de 'Las ocho montañas'