Las ejecuciones y condenas de muerte siguieron aumentando en 2022 en el mundo: hubo un 53% más que en 2021
- Se reanudaron las ejecuciones en Afganistán, el Estado de Palestina, Kuwait, Myanmar y Singapur
- Hay un rayo de esperanza: otros seis países abolieron la pena de muerte total o parcialmente
El uso de la pena de muerte en el mundo está cada vez más lejos de disminuir. La cifra de ejecuciones del año 2022 aumentó un 53% con respecto a 2021, según denuncia Amnistía Internacional en su último informe. Pero no solo eso: en muchos casos las cifras que se han podido documentar son bastante inferiores a las reales.
En 2022 la organización pudo confirmar que 883 personas en 20 países fueron ejecutadas. Este aumento de las ejecuciones fue encabezado por países de Oriente Medio y el norte de África, donde las cifras documentadas pasaron de 520 en 2021 a 825 en 2022.
Pero la ONG cree que esto no representa la imagen actual. "Esta cifra es mucho menor de la realidad, puesto que no tenemos acceso a datos de las ejecuciones judiciales llevadas a cabo en algunos países como China", explica Beatriz Martos, responsable de la campaña de Pena de Muerte de Amnistía Internacional en España, en una entrevista con RTVE.es.
“En muchos países la pena de muerte es un secreto de estado“
La imposibilidad de documentar esto se debe a que el uso de la pena de muerte está todavía rodeada de secretismo. "En muchos países la pena de muerte es un secreto de Estado, con lo cual hay muchísima opacidad", cuenta Martos, con motivo de la publicación del informe de Amnistía Internacional sobre la pena de muerte.
Además de China entre esos países están Corea del Norte y Vietnam, "en los que se tiene constancia de que se usa ampliamente la pena capital y que contribuyen a que la cifra global real sea mucho mayor", afirma Martos.
Aunque se desconoce el número preciso de personas ejecutadas en China, "el país continúa a la cabeza de las ejecuciones llevadas a cabo en el mundo", explica la portavoz.
Lo alarmante es que el 90% de las ejecuciones conocidas en el mundo fuera de China fueron llevadas a cabo por solo tres países de Oriente Medio y el norte de África. Las ejecuciones registradas en Irán aumentaron de 314 en 2021 a 576 en 2022; en Arabia Saudí, las cifras se triplicaron, pasando de 65 en 2021 a 196 en 2022, la más alta registrada por Amnistía en 30 años, mientras Egipto ejecutó a 24 personas.
Causas del aumento de ejecutados
Detrás de este aumento, Amnistía Internacional destaca varias causas. La primera de ellas es que los confinamientos que tuvieron lugar en todo el mundo a raíz de la pandemia del COVID-19 llevaron a una disminución de los delitos y, por ende, a una disminución de la aplicación de la pena capital.
Otra causa en la que hace especial hincapié la organización es que "el 40% de todas las ejecuciones judiciales llevadas a cabo tuvieron lugar en relación con delitos de drogas", matiza Martos.
Una causa que viola el derecho internacional de los derechos humanos, que establece que solo deberán llevarse a cabo ejecuciones por "los más graves delitos, es decir, aquellos en los que hubo homicidio intencional", destaca la portavoz.
Así, se documentaron ejecuciones por delitos de drogas en Arabia Saudí, China, Irán y Singapur, que representaron el 37% de todas las ejecuciones documentadas en todo el mundo por la organización. "Es probable que también se llevaran a cabo ejecuciones por estos delitos en Vietnam, aunque estas cifras siguen siendo secreto de Estado", matiza el informe.
Pero, para Martos, lo peor es que "repercute desfavorablemente sobre grupos históricamente excluidos como son las personas con menores recursos socioeconómicos, las minorías étnicas y también o marginalizados".
La pena de muerte sigue vigente en Europa y América
Bielorrusia sigue siendo el único país que lleva a cabo ejecuciones en Europa. De hecho en 2022, fue ejecutado un hombre y se creía que, al acabar el año, había otro ciudadano a la espera de su ejecución.
En América, por decimocuarto año consecutivo, Estados Unidos fue el único país que llevó a cabo ejecuciones, 18 en total. Y, aunque tanto las ejecuciones como las condenas a muerte aumentaron, las cifras siguen siendo de las más bajas de la serie histórica.
En lo que a las condenas se refiere, dos países se sumaron a EE.UU.: Guayana y Trinidad y Tobago, con cuatro y cinco respectivamente.
Un rayo de esperanza
En este oscuro contexto en el que aumentaron las ejecuciones, también se reanudaron en cinco países: Afganistán, el Estado de Palestina, Kuwait, Myanmar y Singapur. Pero hay que recordar que "a día de hoy solo un 10% de todos los países siguen teniendo la pena de muerte en sus legislaciones y usándola en sus prácticas", concreta la portavoz.
“A día de hoy solo un 10% de todos los países siguen teniendo la pena de muerte en sus legislaciones“
Un retroceso que no ha podido opacar a la esperanza que trata de hacerse camino. El año pasado seis países derogaron la pena de muerte total o parcialmente. Kazajistán, Papúa Nueva Guinea, Sierra Leona y República Centroafricana acabaron con la pena de muerte para todos los delitos, mientras que Guinea Ecuatorial y Zambia la retiraron solo para los delitos comunes.
En la actualidad, un total de 112 países a nivel mundial han abolido la pena de muerte en todos los casos y nueve lo han hecho para los delitos comunes. "Poniéndola en contexto histórico, es una muy buena señal", celebra la portavoz, ya que en 1977, cuando Amnistía Internacional comenzó a hacer campaña contra la pena de muerte, únicamente 16 países la habían abolido.
Abolir la pena de muerte "no solo es posible, sino que es una obligación de Estado", concluye Martos.