Ciudadanos llega al 28M con la mitad de listas, pocas caras conocidas y ante el reto de seguir vivo
- Las encuestas pronostican la práctica desaparición de la formación ‘naranja’ en ayuntamientos y parlamentos autonómicos
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Hubo un tiempo, allá por 2015, en el que Ciudadanos aspiraba a consolidarse como alternativa a los partidos tradicionales y a convertirse en decisivo a base de pactos tanto a derecha como a izquierda. Entonces, la formación se presentó a las elecciones autonómicas y municipales con unas 900 listas y con pocas caras conocidas en sus candidaturas, aunque aupado por las encuestas que pronosticaban su entrada en la mayoría de Parlamentos que había en juego.
Las expectativas se cumplieron y la formación que presidía Albert Rivera pasó a ser tercera fuerza municipal en número de votos -Podemos no se presentaba como tal a las municipales- y se convirtió en la llave de Gobierno en algunos de ellos. En 2019, Ciudadanos también fue tercera fuerza a nivel nacional en las municipales y consiguió representación en todas las comunidades, quedándose únicamente fuera del Parlamento en Ceuta. Sus votos se convertían en decisivos para el PP en la Comunidad de Madrid y en otras plazas como la Región de Murcia.
Cuatro años después, el tablero de juego es muy diferente: la formación se presenta a las elecciones del 28M con 800 listas municipales (la mitad que en 2019) y convertido en un partido sin apenas caras reconocibles (tras el aluvión de miembros que han abandonado o han fichado por otras siglas), al que los sondeos apenas otorgan representación.
Lejos queda el objetivo de las últimas elecciones. Ahora el fin último es resistir y ser decisivos en algunas de las plazas donde la formación naranja llegó incluso a formar gobierno con el PP, como la Comunidad de Madrid y la Región de Murcia, o donde estuvo cerca de conseguirlo, como la Comunidad Valenciana, Aragón y Baleares.
Ante el reto de sobrevivir
Lo cierto es que la formación ha quemado todos los cartuchos de los que disponía en la mayoría de territorios y está a las puertas de firmar un resultado desolador que certificaría su desaparición, a tenor de las encuestas.
Ciudadanos podría mantener su representación en ciudades como Madrid, Palencia o Ciudad Real, donde actualmente gobierna, aunque el partido caería a la irrelevancia a costa de Vox, que podría estar en disposición de formar Gobierno con el PP, como ya hiciera Ciudadanos hace cuatro años. En el terreno autonómico, los sondeos pronostican que la formación desaparecería de la mayoría de parlamentos que están en juego: solo conservaría un escaño en Aragón (frente a los 12 de 2019). A ello se sumaría el escaño que mantiene en Castilla y León y los seis que aún retiene en Cataluña.
Precisamente, Cataluña fue la comunidad en la que arrancó el proyecto político, en la que Ciudadanos tocó el cielo (cosechando sus mejores resultados) y en la que comenzó su derrumbe: en 2015 se convirtió en el principal partido de la oposición, llegó a ser primera fuerza en 2017 y tan solo tres años después pasó a la séptima plaza y perdió 30 escaños.
Luego llegó el fiasco en Madrid, donde Ciudadanos gobernaba en coalición con el PP de Isabel Díaz Ayuso. Tras la fallida moción de censura en Murcia en la que Cs y el PSOE se unieron para desbancar al popular Fernando López Miras, la líder madrileña decidió romper con la formación naranja y convocar elecciones anticipadas. La debacle fue histórica: Ciudadanos perdió sus 26 diputados y se quedó sin representación en la Asamblea.
Y algo similar sucedió un año después en Castilla y León, donde Cs también formaba parte del gobierno. Su presidente, el popular Alfonso Fernández Mañueco, decidió cesar a todos los consejeros naranjas por una supuesta "traición" (Mañueco acusó a su entonces socio de intentar pactar los Presupuestos con otros partidos) y convocó elecciones anticipadas. En este caso, perdió 10 de los 11 procuradores que tenía en las Cortes, en el que solo conservó su escaño el líder de la formación, Francisco Igea.
Sin olvidar las elecciones de Andalucía en 2022, donde perdió sus 21 diputados, que fueron la puntilla a una situación ya de por sí difícil de remontar. Parte de los consejeros de Ciudadanos se pasaron al PP antes incluso de conocer los resultados en las urnas, mientras que el que entonces era el líder de la formación, Juan Marín, fue nombrado por el Ejecutivo de Juanma Moreno como nuevo presidente del Consejo Económico y Social de Andalucía.
Desde entonces, el partido ha trabajado en un proyecto de regeneración que ha desembocado en la salida de Inés Arrimadas de la presidencia, en un nuevo liderazgo a dos bandas (compartido entre la portavoz nacional, Patricia Guasp, y el secretario general, Adrián Vázquez) y unos nuevos estatutos, en los que, entre otros, se comprometen a que no habrá preferencias entre PSOE y PP en los pactos.
El objetivo es resistir y ser decisivos en las principales plazas. Y, ante los malos augurios, recuerdan que todos los partidos liberales europeos han pasado por horas bajas y han salido adelante; algunos, como el alemán, llegaron a desaparecer del parlamento y ahora forman parte del Gobierno de coalición.
La mitad de listas que en 2019
El partido concurrirá el 28 de mayo en todas las capitales de provincia y presentará un total de 800 listas locales, lo que supone alrededor del 10% de los municipios y regiones en los que se abrirán los colegios electorales. Esta cifra supone algo menos de la mitad de las 1.900 candidaturas que hubo en 2019 con Albert Rivera, en el momento de mayor esplendor político de Ciudadanos.
Se trata de un dato que, desde la formación naranja, restan valor. Lo importante, dicen, es atender al número de votos. Y es que en los comicios de 2015 se lograron un 5,4% de papeletas naranjas; mientras que hace cuatro años, a pesar de que se dobló el número de candidaturas, no se llegó a duplicar los respaldos al quedarse en el 8,8%.
“Objetivo más que cumplido“
En todo caso, la actual cifra abarca el 80% del censo electoral, pues el partido ha decidido presentarse en aquellas ciudades y municipios con más habitantes. Por ello, desde Ciudadanos se congratulan de que la mayoría de españoles podrá escoger una papeleta naranja el día de los comicios cuando vayan a votar. “Objetivo más que cumplido”, señalaba su secretario general, Adrián Vázquez.
Así, pese a la estrepitosa caída con respecto a 2019, la formación ha conseguido salvar los muebles de cara al 28M con la presentación de un número de candidaturas similar al de hace ocho años, con las que tratarán de arrebatar al PP alguno de los escaños que las encuestas les otorgan.
Precisamente, la posibilidad de competir con los populares en el 80% del censo, podría poner en juego la estrategia de los populares. Y es que, de no conseguir representación en parlamentos y consistorios, este voto “perdido" a Ciudadanos puede dificultar las mayorías de los de Feijóo en algunos territorios e inclinar la balanza hacia el bloque de la izquierda.
Pocas caras conocidas
Estas listas electorales contarán, además, con pocas caras conocidas tras el aluvión de miembros de Ciudadanos que han abandonado la marca o han fichado por otras siglas en los últimos meses.
Es el caso de Juan Vázquez (Asturias), que decidió dejar la formación en 2019 por “su giro a la derecha”; el de Eduardo de Castro (Melilla), que fue expulsado en 2021 por ocultar al partido su condición de imputado en un procedimiento penal; o, en última instancia, el de Pablo Baena (La Rioja), que renunció en 2022 tras criticar el acercamiento a la "agenda ideológica de la extrema izquierda".
A ellos se suman Toni Cantó (Valencia), que se marchó en 2021 al PP de Madrid junto a Isabel Díaz Ayuso; o Vidina Espino (Canarias), que se pasó a Coalición Canaria (CC) en marzo de 2022.
Sin olvidar casos sonados en el terreno municipal como el del alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, que llegó al cargo de la mano de Ciudadanos y ahora se presenta por el Partido Popular. En total, según señaló Alberto Núñez Feijóo, un total de 166 cargos orgánicos de Ciudadanos han pasado “voluntariamente” a su partido hasta comienzos de año. Y esperan que la cifra siga aumentando.
De esta forma, solo Félix Álvarez (Cantabria) y Carmen Picazo (Castilla-La Mancha) repiten como candidatos a las autonómicas. Mientras que Mario Simón (Palencia) y Eva Masías (Ciudad Real) son los únicos alcaldes que harán lo propio al frente de los consistorios. "Más unido que nunca y con el mejor once de cualquier entrenador", destacaba Patricia Guasp en el acto de presentación de sus candidaturas.
Lo cierto es que no han sido pocos los intentos del PP por añadir a sus filas a cargos de Ciudadanos. El caso más polémico fue el de la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, uno de los pocos activos políticos que aún mantiene en el terreno municipal. Tras semanas de rumores que apuntaban a que ella misma había sido partidaria durante el proceso de refundación de ser una "corriente interna" dentro del PP, tuvo que salir en rueda de prensa a desmentirlo, afirmando que nunca pensó en irse del partido.
Vuelve a la casilla de salida
Villacís es, de hecho, la gran esperanza de la formación naranja para seguir vivos en la capital. También lo será Patricia Guasp en Baleares, donde combinará en campaña su candidatura al Govern con su cargo de portavoz política de la formación.
Serán dos de las pocas caras conocidas en una campaña en la que no se espera la presencia de otras figuras reconocibles con las que aún cuenta Ciudadanos, como la portavoz en el Congreso, Inés Arrimadas; o su portavoz adjunto, Edmundo Bal, quien ya ha anunciado que no se presentará a las primarias de su partido donde se elegirá al candidato para las elecciones generales.
Se trata de unos comicios que tendrán lugar a final de año y que serán decisivos para la formación, donde buscarán de nuevo dejar atrás la etapa más oscura de su trayectoria, cuando la formación se dejó 47 escaños por el camino en apenas unos meses, pasando de ser la tercera fuerza a la sexta sumando tan solo 10 diputados en la Cámara Baja.
Con ese objetivo, parte ahora desde la casilla de salida: “Queremos renovar nuestros votos con la sociedad catalana. No tenemos nada que esconder y todo que ofrecer”, apuntaba la candidata a la alcaldía de Barcelona, Anna Grau, durante la presentación de su cartel electoral.
La imagen, en la que muestra parte de su torso desnudo, rememora a la campaña con la que irrumpió Albert Rivera en el Parlament en 2006 y es toda una declaración de intenciones: “Quédate conmigo y yo me quedo contigo en el km 0 donde empezó todo. Donde el 28 de mayo vuelve a empezar todo”.