Viajar desde Mallorca con una ensaimada: algunas aerolíneas obligan a facturarla
- Aena deja que las compañías decidan si hacerlo o no y es algo que afecta, por ejemplo, a pasajeros de Ryanair
- Pasteleros mallorquines critican que solo se aplique a productos comprados fuera del aeropuerto y habla de competencia desleal
Algunas aerolíneas consideran que las ensaimadas son un bulto extra a la hora de subir al avión. Por ello, exigen a los usuarios pagar una cantidad adicional como si fueran una maleta más, lo que ha generado polémica.
La ensaimada mallorquina es el souvenir gastronómico por excelencia de la isla que algunos pasajeros, como los de Ryanair, se ven obligado a facturar. La alternativa es comprarlas dentro del recinto del aeropuerto, después haber pasado el control de seguridad, algo que muchos no entienden. "Yo creo que está muy mal porque lo normal es que te lleves algún recuerdo del lugar", explica a TVE un pasajero.
Aena deja que sean las propias compañías quienes decidan si son o no equipaje de mano. La mayoría no pone problemas por llevar una cantidad razonable y algunas incluso lo especifican en su web. "Air Europa no nos ha puesto ninguna pega y creo que si hubiéramos traigo tres ensaimadas, no nos habrían dicho nada", cuenta una pasajera a TVE. "Yo les he preguntado y me han dicho que no hay problemas, que se pueden subir a bordo y poner debajo del asiento delantero", dice otra mujer.
Quejas del gremio de pasteleros de Mallorca
El gremio de pasteleros de Mallorca teme que esta política aérea pueda perjudicar a sus negocios y piden que se rectifique. "Si las compras hechas en el aeropuerto las dejan subir al avión, pero las adquiridas fuera no... nuestra queja va por ahí", explica a TVE Pau Llull, pastelero y presidente del Consejo Regulador IGP Ensaimada de Mallorca, que destaca que se trata de una competencia desleal que afecta a su producto estrella.
De hecho, no es la primera vez que las ensaimadas de Mallorca tienen problemas para viajar como equipaje de mano. En noviembre de 2006, se obligó a los pasajeros a facturar las que estaban rellenas debido a las normativas de líquidos que se introdujeron entonces. Esta polémica, sin embargo, solo duró dos días, ya que Aena rectificó y decidió excluirlas de las restricciones.