El funeral de la reina Isabel II y los actos para despedirla costaron 186 millones de euros
- La mayor parte de los costes la asumió el Ministerio del Interior, con 84,91 millones de euros
- Seguido del de Cultura, Medios de Comunicación y Deporte, con 65,69 millones de euros
El funeral de Estado de la reina Isabel II en 2022, así como los eventos relacionados, tuvieron un coste para las arcas británicas de 162 millones de libras, o lo que es lo mismo, unos 186 millones de euros, ha informado este jueves el Departamento del Tesoro.
Isabel II murió el 8 de septiembre de 2022 en el castillo escocés de Balmoral, dos días después de haber recibido a la entonces nueva primera ministra, Liz Truss, y el funeral se celebró el 19 de septiembre en la Abadía de Westminster, en Londres.
El funeral, al que asistieron jefes de Gobierno o Estado de numerosos países, tuvo lugar después de diez días de luto nacional.
Durante ese periodo, miles de personas visitaron la capilla ardiente de Isabel II en Westminster Hall, la parte más antigua del Parlamento del Reino Unido.
Interior afrontó la mayor parte de gastos
La mayor parte de los costes la asumió el Ministerio del Interior, con 73,68 millones de libras (84,91 millones de euros), seguido por el de Cultura, Medios de Comunicación y Deporte, con 57 millones de libras (65,69 millones de euros).
Mientras, el Gobierno regional de Escocia destinó 18,75 millones de libras (21,6 millones de euros) a la capilla ardiente de la monarca.
El responsable del Tesoro, John Glen, ha explicado que la prioridad del Gobierno en ese momento fue asegurar que el evento "transcurriera sin problemas" y con "el nivel adecuado de dignidad, mientras se garantizaba en todo momento la seguridad del público".
De Isabel II a Carlos III
Isabel II había asumido el trono el 6 de febrero de 1952, a la muerte de su padre, el rey Jorge VI. Tras la muerte de la reina, su hijo mayor asumió el trono como Carlos III.
La coronación del rey tuvo lugar el pasado día 6 en la Abadía de Westminster, el mismo templo anglicano en el que también fue coronada Isabel II en junio de 1953.
Tras su coronación, el nuevo monarca británico se enfrenta al cada vez mayor desapego de los ciudadanos hacia la monarquía y a las tensiones separatistas que recorren el país a consecuencia del Brexit.