Grecia acude a las urnas con los conservadores como favoritos y una previsible repetición electoral
- Es una de las elecciones más imprevisibles de la historia reciente del país, con un nuevo sistema electoral a estrenar
- Los sondeos vaticinan que ninguno de los partidos obtendrá la mayoría absoluta, lo que llevaría a nuevos comicios en julio
Unos diez millones de griegos estaban convocados este domingo a las urnas para elegir nuevo Parlamento y Gobierno entre la continuidad de los conservadores en el poder, que parten como favoritos, o un vuelco a la izquierda. Una de las elecciones más imprevisibles de la historia reciente del país. No tanto por cuál será el partido más votado, ya que todos los sondeos apuntan a la Nueva Democracia del actual primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, como por el hecho de que el sistema electoral que se estrena en esta cita aboca al país a una coalición o, si no hay acuerdo, a unos nuevos comicios en julio.
Los sondeos vaticinan que ninguno de los partidos obtendrá la mayoría absoluta que exige la ley, lo que llevaría a nuevas elecciones a principios de julio, cuando el partido más votado obtendría una bonificación de hasta 50 escaños. Los colegios electorales han cerrado a las 19:00 hora local (16:00 GMT) y se espera que los primeros resultados sean publicados pocas horas después.
Las elecciones se celebran tras 13 años muy duros para la población helena desde el descalabro de su economía desatado en 2010 por un enorme endeudamiento que puso al país al borde del abismo y de la salida de la zona del euro.
En juego están los 300 escaños que conforman el Consejo de los Helenos, el Parlamento unicameral de Grecia que ha sido testigo en los últimos años desde la céntrica plaza Sintagma de Atenas de todo tipo de movilizaciones, en las que básicamente los ciudadanos se han quejado de un empeoramiento de su nivel de vida y de un rescate financiero del que el país no terminó de pasar del todo página hasta el año pasado.
Tradicionalmente, el sistema electoral griego ha favorecido al partido más votado, con una prima que prácticamente le otorgaba plena libertad a la hora de formar Gobierno. Sin embargo, el Ejecutivo de SYRIZA reformó en 2018 la ley para introducir un reparto proporcional sin cortapisas ni recompensas que se probará por primera y última vez este domingo. Los diputados se repartirán de manera proporcional entre todos aquellos grupos que superen el umbral del 3%. Con este nuevo sistema, un partido necesitaría alcanzar el 46% de los votos, algo inédito en las últimas tres décadas, para gobernar en solitario.
Un duelo entre Mitsotakis y Tsipras con división en la izquierda
En las últimas encuestas, la formación conservadora Nueva Democracia (ND) del primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, aparece en primer lugar con un 32% de la intención del voto, 6 puntos por delante del partido izquierdista Syriza, del exjefe de Gobierno, Alexis Tsipras (26%). En tercer lugar, con un 9%, está el socialdemócrata Pasok-Kinal, seguido del Partido Comunista (6,5%) y el izquierdista MerA25 del exministro de Finanzas, Yanis Varufakis (3,5%).
"Por un lado, está la propuesta de gobernabilidad de Nueva Democracia y por el otro está el caos absoluto", dijo Mitsotakis durante un mitin, aludiendo a la fragmentación de la izquierda. Por su parte, Tsipras, quien intenta volver al cargo que ya ostentó entre 2015 y 2019, propone formar un "Gobierno progresista" con los socialdemócratas de Pasok-Kinal pese a que estos, al igual que los comunistas y los seguidores de Varufakis, han rechazado hasta ahora cooperar con él.
El líder izquierdista se muestra confiado en que el electorado "botará" del poder a un Gobierno "corrupto", al que acusa de haber violado la democracia y el Estado de derecho, principalmente por un escándalo de escuchas a periodistas y políticos por parte de los servicios secretos. A su vez, también alude al malestar social derivado del accidente ferroviario de febrero y que se cobró más de medio centenar de vidas en el norte del país.
"Los ciudadanos deberán decidir si quieren avanzar o volver a un pasado que queremos olvidar", sentenció el actual primer ministro en un reciente debate de líderes, donde volvió a reivindicarse como baluarte de la estabilidad política. En este sentido, Mitsotakis se ha esforzado por advertir de la inestabilidad que supondría entrar en un periodo de incertidumbre política.
Tanto Mitsotakis como Tsipras prometen subir los salarios y rebajar impuestos, así como reforzar el sistema de sanidad y la educación pública. El programa de Syriza es más ambicioso, con medidas de alivio "inmediatas", como reducir el IVA en los alimentos y otros impuestos a los combustibles, así como poner fin a los desahucios de las viviendas. Pero los expertos consultados por EFE estiman poco probable que la izquierda pueda derrotar a los conservadores.
Primera votación desde el extranjero
Este sábado se abrió por primera vez en la historia de Grecia un proceso de votación que incluye a la diáspora griega en el exterior, una comunidad muy amplia repartida por los cinco continentes. Estos deben demostrar para inscribirse que han vivido en Grecia al menos dos de los últimos 35 años y deben haber realizado una declaración de la renta este año o el pasado.
Un total de 22.825 griegos residentes en el extranjero han sido inscritos en el censo para votar. Se han instalado un total de 99 centros de votación en embajadas, consulados, iglesias griegas o sedes de asociaciones griegas de 85 ciudades de 35 países.
La condición era que hubiera al menos 40 votantes registrados en cada lugar. Las mayores comunidades son las de Reino Unido, con centros de votación en Londres, Glasgow, Birmingham, Leeds y Edimburgo. Por detrás quedan Alemania, Países Bajos, Estados Unidos, Bélgica y Chipre.
¿Qué preocupa a los griegos?
La economía y el paro, que ronda el 12%, siguen siendo una cuestión de primer orden entre las preocupaciones del griego de a pie. Pese a la que inflación se moderará este año, también lo hará el crecimiento, que la Comisión Europea sitúa en el 2,4% en las previsiones de 2023 que ha publicado esta misma semana y en las que se anticipa un nivel de endeudamiento cercano al 160% del PIB.
La inmigración sigue siendo un tema de debate recurrente (aunque las 18.000 llegadas registradas en 2022 distan mucho de las más de 850.000 de 2015) y en el terreno internacional los focos están puestos en Ucrania, por las derivadas del conflicto, pero también en Turquía, con quien existen pulsos y reproches recurrentes a cuenta principalmente de cuestiones de soberanía.