Encanto desigual en Cannes: Wes Anderson repite y Aki Kaurismäki enamora
- La película del esteta estadounidense, rodada en Chinchón, llena el festival de estrellas como Tom Hanks o Scarlett Johansson
- Fallen leaves, de Aki Kaurismäki, enamora por su ligereza y encanto
Un personaje de Asteroid City se pregunta si la obra de teatro que representa tiene sentido. “No importa, sigue contando la historia”, contesta otro. El día de Cannes es de Wes Anderson, que sigue contando historias sin parar en las que todo cabe en dentro de un envoltorio encantador y que ha llevado a Cannes un batallón deslumbrante en la alfombra roja que, literalmente, ha venido en un autobús: Tom Hanks, Scarlett Johansson, Bryan Cranston, Steve Carell, Adrien Brody, Matt Dillon, Jason Schwartzman o Hong Chau.
Nadie quiere perderse aparecer en una película de Anderson (solo Bill Murray, al contraer Covid-19 antes de rodar, tuvo que renunciar). Asteroid City es la película que Anderson rodó en Chinchón (Madrid) durante la pandemia. En el seco paisaje madrileño, el director creó un peculiar pueblo de los años 50, cercana a una zona militar de pruebas nucleares.
Anderson usa su habitual dispositivo de narraciones imbricadas: un programa de televisión sobre la preparación de una obra de teatro y, dentro, la obra misma que se sitúa en la pequeña población desértica donde quedan atrapado un fotógrafo de guerra con sus cuatro hijos (Jason Schwartzman), una estrella de cine que se cuestiona su oficio y fama (Scarlett Johansson entre Kim Novak y Marilyn Monroe), y todo un catálogo de científicos, militares o cowboys. Anderson despliega a sus personajes como su fueran clicks con los que jugar.
En El gran hotel Budapest, Anderson depuró completamente su ya estilizadísima mirada convirtiendo sus películas con actores en indistinguibles de las animadas en cuanto a control de todo lo que aparece en pantalla Asteroid city es una película temáticamente más caótica incluso que la episódica La crónica francesa.
Anderson, rey del posmodernismo, solo tiene que elegir un universo nostálgico y volcar su apabullante esteticismo. Los años 50, el medio oeste, el teatro de la era dorada de Broadway, el cine clásico, alienígenas, la primera televisión, la música de Jhonny Duncan & The blue grass boy o Buddy Hollyday: todo fagocitado por el filtro del cineasta, sus decorados impolutos, sus gigantescos forillos, sus medidísimos cuadros y movimientos de cámara.
La fórmula Anderson funciona porque su nivel artístico está muy por encima de la media, aunque la único realmente nuevo sea la paleta de colores elegida para su desierto. Solo en la breve escena de Margot Robbie asoma la emoción. En otra idea deslizada, se habla de la curiosidad como motor de la vida: habrá que esperar a la película que Anderson está ya postproduciendo, La maravillosa historia de Henry Sugar, pare ver si su curiosidad evoluciona.
Aki Kaurismäki: comedia, elegancia y belleza
El cineasta finlandés Aki Kaurismäki regaló a la competición una cinta en la línea de sus mejores películas. Fallen leaves es un respiro de ligereza, duración (apenas una hora y cuarto) y la película más romántica del festival.
Con su habitual laconismo narrativo, estilizados encuadres y colores, Kaurismäki transporta a su mundo de rockeros, trabajadores y bares para celebrar el encuentro de dos solitarios: una reponedora de un supermercado (Alma Pöysti) y un obrero (Jussi Vatanen) que se necesitan, pero carecen de habilidad social alguna
Fallen leaves es una carta de amor a los perdedores y, aunque como en el caso de Anderson no suponga una voedad, una de sus grandes películas. Kaurimaki se ríe con cariño hasta de la propia cinefilia cuando a la salida de la película de zombies de Jim Jarmusch, Los muertos no mueren, dos espectadores discuten si les ha recordado más a Bresson o Godard. Al fin la comedia pura en Cannes y todavía queda Nanni Moretti por delante. La competición por la Palma de Oro se pone divertida.