Millones de fragmentos de chatarra espacial sobrevuelan nuestras cabezas
- La basura espacial vuela a 25.000 kilómetros por hora y puede provocar colisiones, destruir satélites o caer a la Tierra
- Ya puedes ver el preestreno de Basura espacial en RTVE Play
Millones de piezas de satélites en desuso y de carcasas de cohetes orbitan sobre la Tierra a una velocidad de vértigo. En medio de este mar de basura espacial navegan, sin protección alguna, potentes satélites imprescindibles en nuestra vida cotidiana.
El riesgo de colisión es enorme y los científicos advierten de la urgencia de limpiar el espacio si queremos seguir explorándolo y utilizar los sistemas de comunicación dentro de 30 años.
¿Una secuela de Gravity?
“Hay una nube de basura espacial a cien kilómetros de nuestras cabezas y vamos hacia ella“
El 15 de noviembre de 2021, a 400 km de la Tierra, la Estación Espacial Internacional (EEI), que se desplaza a más de 25.000 kilómetros por hora, recibe un mensaje que alerta a los astronautas de a bordo. "Deberíamos prepararnos para un procedimiento de emergencia. Hay una nube de basura espacial a cien kilómetros de nuestras cabezas y vamos hacia ella", informaba el astronauta de la Estación, Matthias Maurer. Y prosigue, "esto se parece al principio de la película Gravity y la historia no termina bien".
“Son proyectiles que van de diez a veinte veces más rápido que una bala de escopeta de caza“
Rusia había procedido a unas maniobras militares y había destruido uno de sus viejos satélites en órbita. La explosión provocó que los miles de piezas de chatarra se dirigieran a la EEI a más de siete kilómetros por segundo. "Son proyectiles que van de diez a veinte veces más rápido que una bala de escopeta de caza", explica el cosmonauta Jean Françoise Clervoy.
Y es que conviene no olvidar que alrededor de nuestro planeta giran más de 150 millones de estas piezas de metal . Esa basura espacial es incontrolable, no la vemos ni somos conscientes del peligro que entraña, pero puede dañar seriamente a satélites activos esenciales para nuestro día a día.
Así ocurrió en 2009. El satélite activo Iridium-33 colisionó a 800 kilómetros de altitud con el satélite ruso inerte Kosmos 22-51. Ese choque accidental multiplicó por dos el número de grandes objetos de basura en el espacio. "A partir de este momento, la industria en general se dio cuenta de que era necesario tomarse en serio la sostenibilidad del espacio", asegura Walt Everetts, vicepresidente de Operaciones satelitales de "Iridium Comunications".
Radares para vigilar la basura espacial
Incidentes como el del Iridium empujan a que la vigilancia en el espacio se convierta en una prioridad. Gobiernos y empresas privadas desarrollan tecnología punta como el potente radar ubicado en las Azores. Es uno de los más potentes del mundo, capaz de escanear y detectar cualquier objeto que se encuentre a 2.000 kilómetros de altitud.
“Son como autobuses enormes solo que sin frenos y sin conductor“
Los técnicos han visto que hay una zona en la que varias carcasas de cohetes soviéticos de 9.000 kilos se cruzan con satélites de tres toneladas. "Son como autobuses enormes solo que sin frenos y sin conductor", explica, con esta analogía, el ingeniero Darren McKnight. Lo que preocupa seriamente a estos científicos espaciales es que cada accidente en órbita genera nueva basura y ésta, a su vez, provoca nuevas colisiones. Es lo que denominan "síndrome de Kessler". Y este escenario ha obligado a los investigadores a buscar soluciones con urgencia.
Contaminación espacial
Desde hace décadas, la ciencia intenta retirar del cielo lo que hemos ido dejando allí haciendo un pésimo uso del espacio que, parece no ser de nadie, pero que es de todos. Intentando poner remedio a los desmanes cometidos, un grupo de expertos trabaja en los limpios y estrellados cielos de Tenerife, en un proyecto, aún en fase experimental.
“Estamos explorando la posibilidad de desplazar la basura espacial desde el suelo, gracias a la luz del láser“
Desde el Observatorio del Teide se prueba un minucioso láser capaz de seguir a los satélites situados a 36.000 km de altitud y posicionarlos milimétricamente. "Estamos explorando la posibilidad de desplazar la basura espacial desde el suelo, gracias a la luz del láser", describe el ingeniero de la Agencia Espacial Internacional, Andrea di Mira. Pero estiman que, para ponerlo en uso aún pasarán unos diez años.
Mientras tanto, otros investigadores ya han extendido redes para capturar escombros espaciales o velas para ralentizar los satélites, entre otras soluciones.
Pero si hay una misión de limpieza del espacio que sobresale hoy por encima de todas es la del desarrollo del robot que con cuatro brazos articulados atrapará una pieza de 112 kilos que da vueltas desenfrenadamente en el espacio en todas direcciones. La ingeniera de Spaceclean, Muriel Richard-Noca, lo explica con mucha claridad utilizando esta comparación. "Es como intentar frenar un coche que no ha tomado bien una curva en los Alpes y que está a punto de caer por un precipicio enorme, y solo tienes unos segundos o escasos minutos para sujetarlo mientras está girando".
No son meteoritos, es basura
La tecnología demuestra que hemos dejado casi 10.000 toneladas de objetos orbitando alrededor del planeta y esto origina otro problema asociado: el de que la basura espacial pueda caer en tierra.
“Todas las semanas se registran varias caídas de objetos espaciales sobre la Tierra“
Lo que a veces confundimos con un meteorito, son los restos de un cohete de varias toneladas. "Todas las semanas se registran varias caídas de objetos espaciales sobre la Tierra", asegura Laurent Francillout, subdirector de Control del Espacio en el Centro Nacional francés de Estudios Espaciales. Amenazas de imprevisibles consecuencias que nos deben hacer reflexionar sobre lo que sobrevuela nuestras cabezas.