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Recta final en Cannes: Moretti desenfada, Wenders emociona y Tran Angh Hunt abre el apetito

  • En El sol del porvenir, el cineasta italiano ofrece una salida al desencanto político de su generación
  • Wenders firma su mejor ficción en décadas con la historia de un bondadoso limpiador de urinarios de Tokio

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Juliette Binoche, en la presentación de 'The Pot-au-feu' en Cannes.
Juliette Binoche, en la presentación de 'The Pot-au-feu' en Cannes.

En Abril (1998), Nanni Moretti se fijaba los 70 años de edad para dejar de hacer películas para luego torturarse cómicamente: “¡90, tenía que haber dicho 90!”. Moretti ha soplando 69 velas y, justamente, parece que firma un falso testamento cinematográfico en El sol del futuro, donde ofrece una salida al desencanto político de su generación de manera festiva. Moretti parece despedirse al final de la cinta, pero ya lo ha desmentido: es un más ambiguo ciao. “No está bien que haga una película cada cinco años, aquí hay que acelerar, hay que apretar”, dice su alter-ego Giovanni en El sol del futuro.

Bailando "Voglio vederti danzare", de Franco Battiatto, Moretti y su reparto (Margherita Buy, Silvio Orlando, Barbora Bobuolva, Mathieu Amalric) tomaban la alfombra roja de Cannes con espíritu bufonesco. El mismo de su película, que se mofa de la violencia del cine, Netflix, e imagina un Partido Comunista Italiano que se hubiese distanciado de la Unión Soviética tras la invasión a Hungría de 1956 la y no hasta los años 70 como ocurrió en la realidad.

Como en tantas películas de su egocéntrica filmografía, Moretti interpreta a un director de cine que divaga sobre lo que le rodea y su vida personal. En este caso, su pareja quiere divorciarse tras un matrimonio ya demasiado largo mientras rueda una película sobre un circo de húngaros en la Italia de los 50 que huyen de la represión. La fórmula Moretti era un soplo de aire fresco a lo Woody Allen en el cine europeo de los 80 y, más allá de la simpatía que pueda despertar su desenfado, es una fórmula algo gastada.

Hermoso cuento de un limpiador de urinarios de Wim Wenders

Quién sí se ha reinventado, contra todo pronóstico, es el alemán Wim Wenders, puntal nuevo cine alemán de los años 70, que hace tiempo que parecía enfocado a los documentales de alta cultura. El ganador de la Palma de Oro por Paris, Texas (1984) ha presentado Perfect days, una de las mejores películas de la sección oficial a competición.

El alemán se traslada Tokio donde acompaña del día a día de Hirayama (interpretado por Kōji Yakusho), un callado, metódico y bondadoso limpiador de urinarios públicos. Entre limpieza y limpieza Hirayama es un hombre observador de los humanos que le rodean y contemplativo con la belleza del entorno.

Su existencia parece suspendida en el tiempo, con un apartamento trufado de libros y casetes que escucha en el coche y que sirven a Wenders para explotar su vena rockera (Lou Reed, The Animals, Van Morrison). Aunque se presenta como un hombre completamente taciturno, la película va abriéndose a su pasado familiar de manera precisa hasta lograr que Perfect Days sea la mejor ficción de Wenders en décadas.

Apoteosis de la cocina francesa en ‘The Pot-au-feu’

Tran Anh Hung, realizador vietnamita afincado en Francia desde hace décadas, firma en The Pot-au-feu una historia de amor decimonónica valiente en su desarrollo: sus treinta primeros minutos son la detallada preparación de un menú a cargo de Dodin Bouffant (un célebre y ficticio chef francés interpretado por Benoît Magimel) y su cocinera Eugénie (Juliette Binoche). The Pot-au-feu es una película preciosista destinada a activar los sentidos del gusto y el olfato.

Tran Anh Hung, uno de los cineastas asiáticos más reputados de los años 90 (El olor de la papaya verde o Cyclo) ofrece una carta de amor a la cocina francesa y, por extensión, a Francia. El corazón de la película es la historia de amor entre dos personas que se admiran tanto personal como profesionalmente. Y también un llamamiento a la calma apuntando a que el secreto de la vida es la pasión sin prisas. Una huida de la gravedad que comparten las tres películas.

Nanni Moretti bailando en la alfombra roja de Cannes.

Nanni Moretti bailando en la alfombra roja de Cannes. EFE/EPA/GUILLAUME HORCAJUELO