La inflación y la falta de monjas fuerzan el cierre de algunos conventos: "Las ganancias no han sido como otros años"
- Su economía que se ha resentido además por la subida de la luz y las materias primas
- La artesanía y la fabricación de dulces son su fuente de ingresos
En España hay más de 700 conventos femeninos de clausura, que viven sobre todo de su trabajo artesano. Pero la subida de los precios, unida al envejecimiento de las religiosas, hace cada vez más difícil mantenerlos abiertos y cada año desaparece alguno.
En el monasterio del Espíritu Santo del Puerto de Santa María, en Cádiz, la hermana María nos enseña la ropa que ha hecho para una muñeca. "Mira este con su dientecitos, que bonito y su gorrito todo abrochado", muestra sonriente.
En el monasterio del Espíritu Santo las hermanas viven del trabajo de sus manos. Cosen ropa para muñecas y elaboran una gran variedad de dulces artesanos, con lo que van tirando, aunque llegan justas a final de mes.
"Hambre no pasamos, pero sí necesidad en alguna cosa sí", explica a TVE la hermana María.
La bajada de las ventas que arrastran desde la pandemia ha empeorado ahora su situación. Una economía que se resiente además por la subida de la luz y las materias primas.
"Nosotros no estamos al tanto de ello, porque de año en año solemos comprar la misma cantidad, pero de un año a otro me pegue un susto terrible y las ganancias no han sido como otros años", continúa la religiosa.
Los dulces y los turistas, su fuente de ingresos
En otro convento de Coria, Cáceres, las monjas han tenido que subir el precio de sus dulces, su única fuente de ingresos junto a las visitas turísticas.
La superiora del monasterio de la Madre de Dios explica que los precios se han subido, pero "muy poquito porque si no no vendemos".
Estos ingresos que, aseguran las religiosas, no alcanzan, para sufragar los gastos de unos edificios y conventos que acumulan siglos de antigüedad.
"Hay arreglos de mantenimiento que se han ido dejando y que ahora tienen que invertir y se han encontrado con una situación más precaria que anteriormente", señala a TVE Juan Carlos Ortega, director del instituto pontificio de Claune.
Los conventos piden ayuda
Setenta conventos han pedido ayuda a su institución que depende de la Santa Sede. Conscientes de la problemática, la Fundación Contemplare, que vende en su web productos de 120 monasterios, ha puesto en marcha una especie de apadrinamiento, en el que se ofrece conocer a una comunidad religiosa y ayudar en sus necesidades.
Se pretende que "haya un intercambio en el que se puede pedir que recen por mi tía que está enferma o que si necesitan que alguien las lleve en coche, pues que se organice", indica Alejandra, de la fundación Contemplare.
Todo para preservar una vida monacal, cada vez más precaria por la falta de vocaciones y el envejecimiento de las religiosas.