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Sudán

La odisea de Hawa, una embarazada que huyó de Jartum: "Ahora estamos a salvo, pero la guerra puede alcanzarnos"

  • Escapó con un embarazo avanzado a un centro de desplazados en Wad Madani, al sureste de la capital
  • Más de 700 personas han muerto y al menos 5.200 han resultado heridas en un mes de conflicto

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Hawa abraza a su hijo recién nacido, que dio a luz en el refugio temporal después de que su familia fuera desplazada.
Hawa abraza a su hijo recién nacido, que dio a luz en el refugio temporal después de que su familia fuera desplazada.

El conflicto en Sudán ha puesto del revés la vida de Hawa Abdallah Mahdi. Su historia refleja el destino de más de un millón de personas que han abandonado sus hogares para convertirse en desplazadas internas en un país donde vuelve a dominar la guerra. Esta vez entre el Ejército regular y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).

El líder de las FAR, Mohamed Hamdan Dagalo, conocido con el alias Hemedti, se disputa el poder con el general Abdelfatah al Burhan, quien está oficialmente al frente del país y es el actual jefe de las Fuerzas Armadas de Sudán, tras el golpe de Estado perpetrado en 2021. Dos pesos pesados del Consejo Soberano, el encargado de la transición a un gobierno civil.

Se desconoce quién dio el primer disparo cuando comenzaron los enfrentamientos el pasado 15 de abril, y desde entonces el fuego se ha intensificado en la capital Jartum, pero también en otras ciudades. Algo de lo que fue testigo Hawa. "Estaba embarazada, me encerré con mi marido y mis dos hijos en casa. Sin luz ni agua, escuchábamos los ataques a todas horas muy cerca de nuestro apartamento", explica en una entrevista con RTVE.es.

Con una gestación avanzada, cuatro días después del estallido del conflicto, necesitaba un lugar donde dar a luz, pero era imposible. "Los dos hospitales estaban siendo atacados", cuenta el comienzo de su periplo.

"Me daba miedo parir ahí arriba"

"Los niños en Jartum, rememora Hawa. Salió de la capital cuando ya no había agua, ni electricidad, ni tiendas de alimentos abiertas. Su madre y sus hermanas organizaron la huida viendo que se acercaba el parto y que la guerra se recrudecía.

Encontraron un camión, les "costó convencer al conductor porque veía que tenía la barriga muy grande", dice. Finalmente, accedió y se acurrucaron en la parte trasera del vehículo junto con otras personas decididas a desplazarse. "Era incómodo, me daba miedo parir ahí arriba. Fue un viaje largo y acabé exhausta", relata. Cogieron un trayecto por tierra complejo para poder sortear los puntos de control, y pese al polvo seco y al calor asfixiante llegaron a un lugar seguro.

En estos momentos, se encuentra en un centro de desplazados en Wad Madani, una ciudad ubicada a unos 140 kilómetros al sureste de la capital, donde reciben apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). La organización internacional calcula que cada hora siete niños mueren o son heridos a causa de la violencia en el país africano.

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Las FAR impidieron a su marido salir de Jartum

Su marido intentó alcanzarla un par de semanas después, pero las Fuerzas de Apoyo Rápido le impidieron salir de Jartum. Las organizaciones internacionales denuncian que algunos puntos de desplazados internos e incluso algunas instalaciones humanitarias han sido quemadas desde que estalló el conflicto hace más de un mes.

La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado constantes saqueos y ataques a sus instalaciones en Sudán. "El personal y los pacientes de la organización se están enfrentando repetidamente al trauma que supone la irrupción de grupos armados en sus instalaciones, saqueándolas y robando medicinas, suministros y vehículos", asegura la organización. Y es que los enfrentamientos han provocado el colapso del sistema sanitario.

Este contexto le impide a Hawa planificar los siguientes pasos. La incertidumbre se ha apoderado de su vida, su objetivo cada día es sobrevivir con sus hijos y las mujeres de su familia. "Ahora estamos a salvo, pero la guerra puede alcanzarnos", denuncia. Creía que el conflicto iba a durar pocos días y ya llevan más de un mes.

Más de 700 fallecidos y más de 5.000 heridos

"Dicen que siguen los combates", dice Hawa sobre la tregua que se ha alcanzado esta semana. No tiene claro que se está respetando. Los dos bandos han vuelto a negociar un cese de la hostilidad, esta vez de siete días, con la mediación de Arabia Saudí y Estados Unidos. Hasta ahora, ninguna de las partes ha respetado las treguas pactadas con objetivo humanitario.

Una madre desplazada prepara comidas para familias en un albergue temporal en Sudán

Una madre desplazada prepara comidas para familias en un albergue temporal en Sudán UNICEF

En lo que va de conflicto, más de 700 personas han fallecido y más de 5.000 han sido heridas. Un equipo de MSF ha intervenido quirúrgicamente a unos 400 pacientes con diversos tipos de traumatismos en poco más de dos semanas, en un hospital del sur de Jartum. Muchos han sufrido heridas de bala o lesiones provocadas por las explosiones que causan los continuos ataques aéreos y bombardeos.

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) estima que más de 260.000 personas se han visto obligadas a huir de Sudán, al menos 70.000 son refugiados que habían solicitado asilo que retornan a sus países de origen. Y es que Sudán alberga a las mayores poblaciones de refugiados de África. Antes del conflicto, acogía ya a más de un millón de refugiados que viven entre asentamientos informales o en campos en el este del país, sobre todo en el estado del Nilo Blanco y Darfur. La mayoría venían de Sudán del Sur y de Chad.

"Solo quiero poner a mis hijos a salvo"

Gacias al apoyo de otras mujeres, Hawa dio a luz a su niña Remes, que significa diamante. "La llamé igual que una de las mujeres que me ayudó cuando llegué aquí", dice. En las fotos que tomó en Wad Madani, Hawa posa con su hija en brazos, ahora está más aliviada aunque sigue preocupada por los que se han quedado bajo los combates. Le inquieta pensar que no hay ningún lugar seguro en Sudán y que el lugar donde se refugia pueda convertirse en un escenario de batalla.

En el centro de acogida hay muchas mujeres desplazadas con niños pequeños. Se turnan para cocinar y se apoyan entre ellas para la crianza. "Ojalá podamos volver a mi casa" dice antes de colgar. "Rezo para que todo termine", confiesa.

Desde UNICEF recuerdan que, como en cualquier crisis, "los niños y niñas son los más vulnerables y se deben llevar a cabo todos los esfuerzos posibles para mantenerlos fuera de peligro". La organización exige a las partes implicadas en el conflicto que cumplan con el derecho internacional y que garanticen que la infancia no quede atrapada en el combate. Hawa pide lo mismo: "Solo quiero poner a mis hijos a salvo". "Quiero que estudien", asegura un minuto después.

"Si sigue el conflicto seguiremos viendo a gente saliendo, nosotros estamos haciendo un plan de contingencia para ayudar a las 860.000 personas podrían necesitar salir en las próximas semanas", explica la portavoz de ACNUR en España, María Jesús Vega, a RTVE.es. Se espera que más de un millón se desplacen a países vecinos como Egipto, Chad, República Centroafricana, Etiopía, y Sudán del Sur.