Las Cúpulas de la Energía, un ejemplo del fracaso inmobiliario y del despilfarro
- La Junta de Castilla y León destina casi 14 millones de euros para continuar con las obras en Garray, Soria
- 'Cadáveres de hormigón', un proyecto transmedia para navegar en 3D por el interior de estos espacios
- Ya puedes ver el documental en RTVE Play
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Desde el yacimiento celtíbero de Numancia en Soria, se ven en el horizonte las llamadas Cúpulas de la Energía. Un edificio singular, diseñado por los arquitectos Mansilla y Tuñón que iban a formar parte de la Cuidad del Medio Ambiente proyectada por la Junta de Castilla y León en 2003 en el municipio de Garray, a cinco kilómetros de la capital soriana.
Aquel ambicioso proyecto con viviendas, equipamientos y campos tecnológicos, denunciado por los ecologistas al estar en una zona de especial protección medioambiental, fue paralizado en los tribunales. Solo se puso en marcha el parque empresarial, que sigue funcionando, y se empezaron a construir cinco de los siete gajos de este edificio de usos múltiples.
“Para calefactar estas cúpulas en el invierno soriano haría falta todo el petróleo de Arabia Saudí“
“Este es un edificio escultura, pero desde el punto de vista práctico son absurdas”, dice Luis Giménez, arquitecto jubilado y representante de ASDEN (asociación soriana para la defensa y el estudio de la naturaleza). En su opinión, son producto de “aquella megalomanía que recorrió el país, años en los que los políticos para pasar a la historia tenían que hacer barbaridades como esta. Son un monumento al despilfarro. Para calefactar estas cúpulas en el invierno soriano haría falta todo el petróleo de Arabia Saudí”.
En cambio, la alcaldesa de Garray y vicepresidenta de la Diputación de Soria, María José Jiménez, espera que los 14 millones de euros que la Junta de Castilla y León va a invertir en acabar las cúpulas sirvan para revitalizar no solo la economía de este pueblo de unos 700 habitantes, sino la de toda la provincia de Soria. La edil especula con que “hubiese pasado si no se hubiera paralizado el proyecto de la Ciudad del Medio Ambiente. Tal vez si se hubiese construido este edificio emblemático no habría tanta despoblación en la zona”.
Efecto Guggenheim
"Todas las ciudades españolas y algunos pueblos han querido copiar el éxito del Guggenheim”, dice Ramón López de Lucio, arquitecto y catedrático de planeamiento urbanístico. Siempre con el mismo método de marketing: se busca un arquitecto estrella y se intenta remedar el éxito de la ciudad de Bilbao, pero “¿Cuántos éxitos ha habido parecidos al Guggenheim? Cero, ninguno”, concluye.
Para Erik Harley, creador del particular movimiento artístico pormishuevismo, el efecto Guggenheim no existe. “Hubo un tiempo en que estábamos a un puente o a una sala polivalente del futuro y ahora esos puentes se caen y esas salas están vacías”, asegura. Según los expertos, el territorio está lleno de buenas intenciones, mal pensadas que se han convertido en fracasos y lo peor, dicen, es que muchos de ellos los siguen pagando los contribuyentes.
Los cadáveres de hormigón que siembran el territorio recuerdan aquel tiempo, el de la burbuja inmobiliaria, aquellos años en los que se construían 800 mil vivienda al año. Son también exponentes de un fracaso colectivo. Se levantaron muchas construcciones que no servían para nada, que nunca llegaron a funcionar y que siguen sin tener un futuro claro.