El camino hacia una inclusión laboral plena: "A muchas empresas todavía les da miedo la palabra discapacidad"
- Solo una de cada cuatro personas de este colectivo tiene trabajo, según datos de Fundación ONCE
- Los profesionales señalan la importancia de una formación que se ajuste a sus necesidades
“Ya le llamaremos”. Fue la frase que tantas veces escuchó Pedro Ángel, un hombre de 48 años con discapacidad intelectual, cuando tuvo que enviar currículums en distintas etapas de su vida. Y es lo mismo que reciben como respuesta muchas personas con distintas discapacidades, donde sólo una de cada cuatro personas de este colectivo tiene un empleo, según datos del observatorio ODISMET de Fundación ONCE.
Ahora, tras haber pasado por distintos trabajos y por largas etapas en el paro, Pedro Ángel lleva cerca de dos años encargándose, junto al resto de su equipo, de supervisar la tornillería con la que después se fabrican los motores de los aviones de Iberia. Se trata de un empleo cualificado que requiere un nivel mayor de responsabilidad que otros en los que se había desarrollado anteriormente y dice estar encantado con su labor.
“No puede haber un tornillo en mal estado, una tuerca o cualquier pieza estropeada porque de eso va a depender que salga bien de fábrica y funcione todo bien en los motores de Iberia, se necesita mucha concentración”, cuenta a RTVE.es Pedro Ángel. Llegó a este centro especial de empleo gracias a Envera, una organización que trabaja con entidades públicas y privadas con el objetivo de conseguir trabajo estable a las más de 500 personas con discapacidad a las que prestan servicios.
María José, otra de las empleadas de Envera con discapacidad física, recuerda ahora, ya al borde de su jubilación, cómo le rechazaron en varios empleos hace ya 30 años, antes de comenzar en su puesto actual. Lo achaca a la poliomielitis que sufre en su brazo derecho desde los tres años, pese a que no le impidiera en absoluto realizar ninguno de los empleos para los que postuló.
Del rechazo de una agencia de viajes a gestionar vuelos
“Entonces, no estaba bien visto que una persona con una discapacidad como la mía, que se ve al momento, trabajara de cara al público. Parecían contentos, me decían 'ya le llamaremos’, pero nada”, cuenta María José a RTVE.es, mientras recuerda los procesos de selección en los que fue rechazada después de haberse formado para trabajar en agencias de viajes.
A sus 64 años, María José trabaja como Coordinadora de Transformación Digital en Envera, donde está al frente de un equipo de seis personas con discapacidad física y sensorial. Su función es corregir errores en las reservas de miles de pasajeros de Iberia y sus compañías afiliadas que no podrían volar si no fuera por este trámite, al contener sus billetes un error en origen.
"Puede ser un cambio de nombre que no se ha procesado, un retraso en el avión del que no se ha notificado al pasajero, duplicidad de las reservas, viajes con mascotas", explica María José. "La paradoja de la vida es que no me quisieron en varias agencias de viajes y ahora me dedico a corregir, entre otras cosas, lo que ellas no han gestionado bien".
La importancia de una formación a medida
Tanto María José como Pedro Ángel, al hacer balance de sus carreras profesionales, resaltan la importancia de haber recibido una formación previa que se adaptó a sus necesidades y a las tareas que ahora desarrollan en sus puestos de trabajo. Lamentan, además, que muchas empresas no den el paso hacia la inserción laboral de personas con discapacidad.
"Todos tenemos discapacidad en mi departamento y desarrollamos un trabajo cualificado, que requiere mucha concentración, sin ningún impedimento", dice María José. "Todo ello se consigue con el tiempo necesario para el aprendizaje y la formación necesarias".
La formación que recibió en su asociación es lo que condujo a Lorena, una mujer de 35 años con discapacidad intelectual, a encontrar su actual trabajo como auxiliar de cultura en un museo madrileño. Ahora está encantada con su trabajo, aunque al ser un contrato fijo discontinuo con una jornada parcial (martes, miércoles y domingos), le gustaría encontrar algo más estable y con más horas semanales.
Muchas personas con discapacidad se enfrentan a contratos breves y jornadas parciales que implican bajos salarios, por eso, desde las distintas asociaciones, trabajan no solo para que consigan un trabajo, sino para lograr una inclusión plena con buenas condiciones laborales.
Oposiciones, otra salida laboral para las personas con discapacidad
Lorena está estudiando para presentarse a unas oposiciones. En su asociación, Avante 3, perteneciente a la red de asociaciones de Plena Inclusión Madrid, cuentan con un programa de formación y empleo que incluye un grupo de preparación de estos exámenes. Se trata de formación adaptada para las oposiciones específicas para personas con discapacidad intelectual, con un temario accesible.
“"Me ayudan a entender en qué he fallado y me lo vuelven a explicar"“
"Damos el temario, nos lo explican al ritmo que necesitamos y hacemos test, para ver cómo vamos. Así, preguntamos las dudas que tengamos y nos ayudan", explica a RTVE.es Lorena. Y confiesa que lo que más le cuesta es comprender y razonar la respuesta a las preguntas de los exámenes. "A veces me complico mucho, y acabo pensando que es una cosa, y es la contraria. Las profesoras, dice, "me ayudan a entender en qué he fallado y me lo vuelven a explicar".
Como dicen desde Avante 3, la formación que brindan va desde la práctica de habilidades sociales, pasando por el manejo de nuevas tecnologías, preparación de entrevistas o la gestión de la documentación necesaria, hasta sesiones de búsqueda de empleo activa en función de la formación y los intereses e inquietudes de las personas a las que brindan servicio. Además, ofrecen un programa de prácticas en distintos sectores gracias a acuerdos con distintas empresas que apuestan por la inclusión.
Desde Envera, también apuestan por el acompañamiento de las personas con discapacidad en las distintas etapas de su vida, pasando, por supuesto, por brindar la formación necesaria de cara a su inserción en el mercado laboral a través de programas flexibles y con los apoyos necesarios.
“"He descubierto que me encanta la cocina y en el futuro me gustaría trabajar de esto"“
Entre las personas que están recibiendo esa formación en Envera se encuentra Patricia. A sus 22 años, esta joven con discapacidad intelectual, está aprendiendo cocina en uno de los centros de Envera. Antes, cuenta, ya había realizado una FP de cocina y está encantada de poder seguir formándose en ese ámbito.
De hecho, en el momento en el que conversa con RTVE.es se encuentra realizando prácticas en una empresa de Catering, la última etapa de este periodo de formación que está a punto de acabar. "He descubierto que me encanta la cocina y en el futuro me gustaría trabajar de esto, ser cocinera", explica Patricia, que actualmente vive en una residencia y quiere encontrar trabajo al terminar su formación para poder mudarse a un piso tutelado.
Según datos del Informe anual del Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo de Fundación ONCE, en España, solo una de cada cuatro personas con discapacidad en edad laboral tiene un empleo. La tasa de paro de este colectivo se cifra en 22,5% frente al 14,7% de la población sin discapacidad.
“"A muchas empresas todavía les da miedo la palabra discapacidad"“
Sin embargo, casos como los mencionados demuestran que una inclusión laboral es posible. Como apuntan desde las organizaciones consultadas, para ello es necesario el compromiso de las distintas empresas, para que cada vez sean más las que abran las puertas a este colectivo.
"Trabajar con mi equipo me ha hecho ver que la inclusión laboral es posible, que tanto yo como mis compañeros, somos capaces, lo que pasa es que a muchas empresas todavía les da miedo la palabra discapacidad", cuenta María José. "Tendrían que venir a vernos empresas ordinarias a los centros especiales de empleo, para que vean cómo trabajamos y se les quiten los prejuicios".