El 'vaper', la puerta de entrada al tabaco entre adolescentes: "Se venden como si fueran juguetes"
- Desde 2015 se ha duplicado el porcentaje de adolescentes consumidores, según las últimas encuestas
- Los adolescentes “no tienen percepción de riesgo” y el vapeo no es inocuo, confirman los expertos
“Empecé vapeando y ahora no me veo capaz de dejar el tabaco”. Cinco años han pasado desde que Juan empezó a vapear “en fiestas” con sus amigos. Ahora tiene 21 años y es consciente de que socializar en compañía de un 'vaper' le ha hecho un flaco favor.
Son muchos los jóvenes en la misma situación que Juan. Desde el año 2015 hasta hoy se ha duplicado el porcentaje de consumidores de vapeo y, precisamente, a los 18 años, más de la mitad de los jóvenes han consumido o consumen vapeadores, según la encuesta sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias en España del Ministerio de Sanidad.
En la mayor parte de los casos los jóvenes relacionan el vapeo con el ocio, salir de fiesta y pasarlo bien con los amigos. De hecho, según un estudio de la Asociación Española Contra el Cáncer, un 37,6% de los adolescentes piensa que vapear es “una buena forma de compartir experiencias con amigos”.
Esto se debe a que los adolescentes “no tienen percepción de riesgo” en lo que al vapeo se refiere, cuenta a RTVE.es Rodrigo Córdoba, portavoz de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria.
Pero lo que para muchos empieza siendo una diversión sin riesgo, acaba siendo la antesala del tabaco y en muchos casos deriva en una adicción a la nicotina.
Puerta de entrada al tabaco
Que los vapeadores sean la puerta de entrada al tabaco no es difícil de entender. Acceder a ellos siendo menor no es complicado. Un joven de 15 años, que prefiere permanecer en el anonimato, ha contado a RTVE.es que algunos 'vaper' se venden incluso en el instituto. Su precio varía entre los siete y los 15 euros, en función del sabor y las caladas, ha explicado el menor.
Jaime tiene 19 años, pero hace cuatro que empezó a fumar con 'vaper'. Reconoce a RTVE.es que en alguna ocasión lo ha hecho delante de sus padres: “Si fumase tabaco me matarían, pero con los vapeadores no es lo mismo”, explica el joven.
Algunos padres, como a Jaime, permiten a sus hijos utilizar vapeadores. El gran desconocimiento sobre los cigarrillos electrónicos hace que no estén mal vistos entre la sociedad, los falsos mitos los dejan como aparatos incluso sanos, que ayudan a superar la adicción al tabaco y a la nicotina, y la gran publicidad detrás de ellos los hace productos muy atractivos. Pero la realidad es muy distinta.
Peligros de los vapeadores
Los vapeadores tienen asociados numerosos peligros. Los riesgos directos son el asma y la bronquitis, confirman los expertos. “Uno de los líquidos que usan los vapeadores es el propilenglicol, producto que se usa como anticongelante, y produce retención bronquial, altera la mucosa epitelio bronquial y tiende a producir bronquitis y asma”, advierte Rodrigo Córdoba.
No solo aumenta la posibilidad de sufrir enfermedades respiratorias, “también enfermedades cardiovasculares”, explica Carlos Rábade, coordinador del Área de Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. También están “asociados al riesgo de neoplasias de procesos tumorales, porque algunos componentes tóxicos que se desprenden del humo de este tipo de dispositivos son agentes carcinógenos o agentes que se asocian a un mayor riesgo de procesos tumorales”, matiza el profesional.
Con estos datos sobre la mesa son muchos los expertos que confirman que los vapeadores de inocuos no tienen nada. Carlos Rábade va más allá, hace especial énfasis en que “lo único que es más sano que el tabaco es dejar el tabaco y dejar toda la nicotina, fundamentalmente porque no está demostrado que los vapeadores generen o produzcan menos daño que el tabaco”.
Lo que sí está demostrado es que no ayudan a dejar de fumar, sino todo lo contrario, favorecen las recaídas. Son muchos los que acuden a ellos como mecanismo de salida, pero “la mayor parte de ellos no consiguen dejar de fumar y vuelven otra vez al tabaco”, matiza Rábade.
Adolescentes, colectivo de riesgo
Los jóvenes son la diana perfecta para este producto. El consumo y la adicción al tabaco se adquieren fundamentalmente entre los 14 y los 18 años, “con lo cual son un objetivo de la industria tabaquera”, explica el coordinador del Área de Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica.
“Tienen un mayor riesgo de vapear y, por lo tanto, de fumar en un futuro”, corrobora Rábade. La publicidad dirigida a ellos, desde edades muy tempranas, amplía este riesgo y preocupa a los expertos: “Los vapeadores se venden como si fuera fueran ‘juguetes o productos de entretenimiento’ desde los 12 o 13 años”.
Las redes sociales forman parte de esa atracción fatal. “El 90% de los influencers que están promocionando el cigarrillo electrónico están financiados por la industria”, explica Rodrigo Córdoba. ¿Por qué? La respuesta es fácil para los expertos: las ventas de tabaco han caído en España estrepitosamente en los últimos quince años. “De 4.200.000.000 unidades han pasado a 2.100.000.000”, confirma Córdoba. Motivo suficiente para que la industria tabaquera “busque captar nuevos clientes entre los menores”, incide.
Información y legislación, punto de partida para mejorar
Y a las consultas empiezan a llegar estos jóvenes. Muchos de ellos fumadores duales, consumidores de cigarrillo electrónico y tabaco. Un problema que empieza a emerger en la sociedad y que solo puede mejorar con más información y legislación.
Se requieren “campañas de difusión que, junto con los medios, ayuden a informar sobre sus peligros a la población general, que son quienes deben de saberlo”, explica la responsable de prevención de la AECC, Karen Ramírez. Un paso básico para muchos expertos que llevará a la población a conocer a fondo los vapeadores y sus peligros.
Pero, informar y divulgar deben ir de la mano de la legislación. “La administración sanitaria tiene que tener una determinación a la hora de legislar y prohibir, en la medida de lo posible, el acceso a este tipo de dispositivos y también el promocionarlos entre aquellos ejemplos a seguir entre adolescentes”, confirma Alberto Ruano, coordinador de epidemiología del Grupo Español de Cáncer de Pulmón.
La apuesta es legislar con iniciativas que ya han funcionado de manera relativamente exitosa en la lucha contra el tabaco y que “podrían ser también aplicables a la reducción de la prevalencia de consumo de dispositivos de vapeo”, matiza Ruano. En definitiva, informar y legislar para acabar con lo que está siendo el nuevo comienzo del tabaco.