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El aumento de donaciones y la eficacia de los antivirales impulsan los trasplantes de hígado a pacientes alcohólicos

  • Desde 2019 está permitido realizarles trasplantes y no tienen que acreditar seis meses de abstinencia antes de la operación
  • Hasta el momento se han beneficiado de este cambio 30 enfermos

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Aumentan los trasplantes de hígado a pacientes alcohólicos

En 2022 hubo en España más de 1.100 trasplantes. Un tipo de cirugía a la que se han ido acogiendo más perfiles de pacientes desde que en 2015 se hicieron universales los antivirales contra la hepatitis C y la lista de espera se descongestionó.

Esto hizo posible que entraran en ella otros enfermos, como los de hepatitis alcohólica grave. Simplificar los requisitos para poder acceder a un trasplante de hígado es fundamental para estos pacientes.

Desde 2019 ya no tienen que acreditar seis meses de abstinencia antes de la operación. Hasta ahora son 30 los pacientes que se han beneficiado de ello.

El tiempo, clave en estos casos

La eliminación de ese requisito ha sido clave en muchos casos. "La gravedad de la enfermedad podría hacer que no pudieran esperar ese tiempo", explica Rosa Martín, vocal de la asociación de investigación del hígado. Martín recuerda que "en esos casos la supervivencia es mala porque no existía un tratamiento específico".

Se les suele administrar corticoides. Si no responden bien a ellos, explican los expertos, la mortalidad asciende al 70%. Ahora los pacientes son sometidos a una evaluación exhaustiva para determinar si son aptos para un trasplante.

"Entre el paciente, los familiares, el equipo tratante, el experto en adicciones, el psiquiatra, pensemos que va a tener posibilidades de después del trasplante mantener la abstinencia" es fundamental, matiza Rosa, que asegura que "una vez seleccionado, el pronóstico es igual de bueno que el de cualquier paciente trasplantado por otras razones".

La red de apoyo, fundamental

Desde la Federación de Trasplantados Hepáticos insisten en la importancia del acompañamiento antes y después de la operación.

Eva Pérez, miembro de la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos, recuera que "se hace un trasplante, pero el problema sigue estando, que es el alcohol". Ese es el motivo por el que "deberíamos intentar es ayudar, para que no haya luego una recaída", sentencia Pérez.

Y si eso fuera poco, hay otro frente para ellos: el estigma. Prejuicios que, aseguran, sienten que les frenan durante toda su vida.