La ONU prorroga su misión política en Sudán, pero sin dar respaldo claro a su jefe
- La destitución de Volker Perthes ha sido exigida por el Ejército sudanés
- Desde el 15 de abril han muerto por este conflicto armado al menos 850 personas y más de 5.500 han resultado heridas
La ONU ha prorrogado este viernes por seis meses el mandato de su misión política en Sudán, pero el Consejo de Seguridad no ha logrado un acuerdo para respaldar públicamente al jefe de esa operación, Volker Perthes, cuya destitución ha sido exigida por el Ejército sudanés.
El Consejo de Seguridad ha aprobado por unanimidad una resolución de carácter técnico que permitirá que la misión, conocida con las siglas de UNITAMS, continúe operando más allá del 3 de junio, cuando expiraba su actual mandato.
El Consejo de Seguridad pide un cese inmediato de las hostilidades
En paralelo, los quince países han acordado un comunicado sobre la crisis en Sudán, en el que reclaman al Ejército y al grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) un cese inmediato de las hostilidades, medidas para facilitar el suministro de ayuda humanitaria y un proceso de diálogo para resolver el conflicto.
En él, expresan apoyo a la UNITAMS y piden que continúe su trabajo, pero no hacen ninguna mención a la situación de Perthes, que se encuentra fuera del país después de que el líder de facto sudanés, el general Abdelfatah al Burhan, pidiese la semana pasada su destitución acusándole de "desinformar" sobre la crisis.
Aunque el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, y varios Estados miembros defendieron al diplomático, Rusia ya dio a entender esta semana que no lo apoyaba tras haber perdido la confianza de Jartum.
Este viernes, tras la votación, numerosos países han expresado explícitamente su respaldo a Perthes, algo que no han hecho Rusia, China o los Estados africanos del Consejo de Seguridad, que han subrayado la necesidad de cooperar con las autoridades nacionales y escuchar sus opiniones.
Al menos 850 muertos y más de 5.500 heridos desde el 15 de abril
Las negociaciones de los dos textos aprobados este viernes -la resolución y el comunicado- se han alargado durante buena parte de la jornada y han obligado a retrasar su adopción en varias ocasiones.
Moscú, junto a China y los países africanos del Consejo de Seguridad, han considerado hasta ahora que el órgano no debería involucrarse demasiado en la crisis, una postura en línea con la del Gobierno militar sudanés, y que no debe haber interferencias en lo que consideran asuntos internos del país.
Del otro lado, las potencias occidentales querían una resolución más clara sobre la situación actual y que el mandato de la misión se adaptase a este nuevo contexto.
Estados Unidos, por ejemplo, ha lamentado este viernes que fuese "imposible lograr un consenso para un mandato actualizado, que es más necesario que nunca".
La división ha terminado en el compromiso de sacar adelante una resolución de carácter técnico y un comunicado de prensa -que tiene un rango mucho menor- de tipo más político.
El conflicto en Sudán ha dejado al menos 850 muertos y más de 5.500 heridos, y ha provocado el desplazamiento interno y externo de más de 1,3 millones de personas, según Naciones Unidas.