Australia indulta a una madre que llevaba 20 años en prisión por asesinar a sus cuatro bebés tras revisar el caso
- Kathleen Folbigg fue condenada en 2003 por matar a sus cuatro hijos cuando eran bebés
- Ha sido puesta en libertad tras una investigación que vinculaba las muertes con mutaciones genéticas
Las autoridades australianas han anunciado este lunes el indulto a Kathleen Folbigg, en prisión desde hace dos décadas por el asesinato de sus cuatro bebés, tras revisarse su caso a raíz de una investigación coordinada por una científica española que vinculaba los decesos a fallos genéticos.
"Ha sido indultada. También me gustaría decir que aprovechamos la oportunidad, como era de esperar, para asegurarnos de que la señora Folbigg fuera puesta en libertad sin demora", ha indicado el fiscal general del estado australiano de Nueva Gales del Sur, Michael Daley, durante una rueda de prensa en Sídney.
La gobernadora del estado de Nueva Gales del Sur ha firmado el indulto tras conocer las conclusiones de un informe sobre el caso a cargo del juez retirado Thomas Bathurst, informaron este lunes las autoridades.
El jurista ha llegado a "la firme consideración de que hay dudas razonables sobre la culpabilidad de Folbigg" en cada una de las muertes, después de que una investigación científica coordinada por la inmunóloga española Carola García de Vinuesa vinculara las muertess a fallos genéticos.
El indulto no implica que la mujer, de 55 años, quede absuelta por los delitos que se le atribuyeron, lo que es competencia del Tribunal Penal de Apelaciones, y cabe la posibilidad de que Folbigg reclame una indemnización.
Ha sido puesta en libertad tras recibir el indulto
La mujer, de 55 años, ha sido puesta en libertad después de recibir el indulto de la gobernadora de Nueva Gales del Sur, Margaret Beazley, y se ha recluido en una granja en el norte del estado al lado de su amiga y férrea defensora, Tracy Chapman
En un comunicado, Chapman ha agradecido el apoyo recibido y ha afirmado que los últimos 20 años "han sido terribles para Kathleen", sobre todo por el "dolor y el sufrimiento que ha tenido que soportar tras la pérdida de sus cuatro hijos".
"Todos ellos se extrañan todos los días", ha indicado en referencia a los menores fallecidos. Por su parte, la abogada de Folbigg, Rhanee Rego, ha considerado el indulto como un "momento decisivo de un viaje largo y doloroso” y ha indicado que el caso expone que el "sistema legal puede cometer errores".
“Este caso debe reavivar la discusión para fortalecer las interacciones entre el derecho y la ciencia, para hacer reformas importantes para que el sistema legal tome decisiones basadas en la mejor evidencia científica disponible, no en la especulación", ha manifestado en declaraciones a la prensa local.
La muerte de los bebés
Los hijos de Kathleen Folbigg, Caleb, Patrick, Sarah y Laura, fallecieron entre 1989 y 1999 en Hunter-Newcastle, a unos 120 kilómetros de Sídney, cuando éstos tenían entre 19 días y 18 meses, mientras estaban bajo su cuidado.
Casada en 1987 con Craig Folbigg, todo comenzó cuando Kathleen gritó a su marido la noche del 20 de febrero de 1989 "algo le pasa a mi bebé", al descubrir que su primogénito, Caleb, no respiraba, muriendo 19 días después de nacer.
"Pasó de nuevo", lloró Kathleen Folbigg al pedirle a su marido que regresara a casa cuando su segundo bebé, Patrick, quien ya padecía de daño cerebral, ceguera parcial y ataques epilépticos, murió un 13 de febrero de 1991 a los ocho meses de edad.
En el tercer caso, Folbigg halló muerta a su hija Sarah, de diez meses y medio el 30 de agosto de 1993. Seis años más tarde, el 1 de marzo de 1999, su cuarta hija, Laura, fallecía a los 18 meses después de que su madre la pusiera a dormir la siesta.
Inicialmente, los expertos consideraron que Caleb y Sarah fueron víctimas de una muerte súbita y Patrick de un ataque de epilepsia, mientras dejaron como "indeterminadas" las causas de la muerte de Laura, lo que abrió la puerta a investigar posibles infanticidios.
El papel de una inmunóloga española
El caso dio un giro en 2020, cuando un equipo de científicos, coordinado por la inmunóloga española Carola García de Vinuesa y liderado por el danés Michael Toft Overgaard, concluyó que las muertes de los bebés de Folbigg podrían deberse a causas genéticas.
La investigación científica, publicada en la revista especializada Europace, de la Asociación Europea de Cardiología, vincula una mutación genética (CALM2) de dos hijas de Folbigg, Sarah y Laura, con la muerte súbita cardíaca.
Además, el estudio, conformado por un equipo internacional de 27 científicos, ha constatado que los niños portaban variantes raras de un gen que mata a roedores por ataques epilépticos.
Proceso legal
Folbigg, quien siempre ha defendido su inocencia, logró que el Tribunal Penal de Apelaciones le rebajara su condena en 2005 a 30 años, con derecho a pedir la libertad condicional después de 25 años de cárcel.
En 2008, las autoridades australianas ordenaron una investigación no judicial del caso, pero el entonces juez Reg Blanch, a cargo de la revisión, determinó que las evidencias contra la acusada, así como sus diarios, demostraban su culpabilidad.
"La única conclusión razonablemente abierta es que alguien causó intencionadamente daño a los niños, y la asfixia fue el método obvio. Las pruebas no apuntaban a otra persona que no fuera la señora Folbigg", recalcó entonces Blanch.
Reapertura del caso
Folbigg fue condenada en 2003 a 40 años de prisión, rebajados a 30 años en 2005, por el asesinato de tres de sus hijos y por el homicidio de otro de ellos y ha apelado sin éxito en varias oportunidades su condena, defendiendo su inocencia y asegurando que sus hijos murieron por causas naturales en la localidad de Hunter Valley, a unos 120 kilómetros de Sídney.
El caso fue reabierto a raíz de una carta enviada en marzo de 2021 a las autoridades australianas por un centenar de científicos, incluidos dos premios Nobel, para solicitar el indulto y la liberación inmediata de Folbigg.