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El TEDH condena a Rusia por no investigar de forma adecuada el envenenamiento del opositor ruso Navalny

  • El origen de esto se remonta a la intoxicación que sufrió Navalny el 20 de agosto de 2020 cuando volaba desde Siberia a Moscú
  • Una sentencia simbólica, ya que Moscú se ha desvinculado del Tribunal y mantiene al opositor en la cárcel

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Imagen de archivo de Alexei Navalny
Imagen de archivo de Alexei Navalny

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha condenado a Rusia por no haber querido llevar a cabo una investigación judicial pertinente para aclarar las denuncias del opositor Alexei Navalny de haber sido envenenado con un agente neurotóxico, en agosto de 2020, por razones políticas.

En su sentencia publicada este martes, los jueces europeos subrayan que la investigación preliminar que llevaron a cabo las autoridades rusas no fue objeto de ningún control y no permitió a Navalny estar asociado para hacer valer sus derechos.

A su parecer, el carácter puramente preliminar de esa investigación, que descartó desde el principio cualquier envenenamiento, así como la negativa a lanzar un procedimiento penal para verificar las alegaciones del opositor, muestran a su parecer que no se quiso verificar si hubo un móvil político y si estuvieron implicados agentes del Estado.

Rotos todos los puentes con la UE

Rusia ha violado el artículo 2 del Convenio Europeo de Derechos Humanos sobre la protección del derecho a la vida porque no llevó a cabo una investigación que pudiera considerarse efectiva y tendrá que pagar 40.000 euros a Navalny en concepto de daños morales.

Una sentencia que difícilmente se cumplirá teniendo en cuenta que Moscú ha roto todos los puentes con el Consejo de Europa, del que forma parte el Tribunal de Estrasburgo, desde su expulsión en marzo de 2022 como consecuencia de la invasión de Ucrania.

Como fijan los tratados, el TEDH es competente para examinar todos los casos sobre Rusia referidos a hechos sucedidos hasta seis meses después de esa expulsión, aunque se presenten en el futuro.

Intoxicación sufrida en 2020

En el origen de este asunto está la intoxicación que sufrió Navalny el 20 de agosto de 2020 cuando volaba desde Siberia en dirección a Moscú y que le llevó a perder el conocimiento.

La tripulación del avión decidió desviarse y aterrizar de urgencia en la ciudad de Omsk para que pudiera recibir asistencia médica.

Aunque los representantes del político, conocido por ser uno de los mayores críticos del presidente ruso, Vladímir Putin, reclamaron una instrucción penal por sus sospechas de un envenenamiento, el instituto forense rápidamente concluyó que no había detectado ninguna sustancia sospechosa.

Dos días después de su hospitalización en Omsk, gracias a una iniciativa internacional, Navalny fue evacuado a Berlín, donde pudo ser tratado en otro hospital.

El 2 de septiembre, el Gobierno alemán anunció que los test toxicológicos que se le habían hecho demostraban de forma inequívoca que había ingerido un agente de tipo Novichok, conocido por haber sido desarrollado por investigadores de la antigua Unión Soviética y haber sido utilizado, por ejemplo, en el Reino Unido contra Serguéi Skripal.

Esos resultados fueron confirmados más tarde de forma independiente por tres laboratorios especializados en Francia y en Suecia, así como por la Organización para la Prohibición de Armas Químicas.