Géneros en juego: "Ser deportista y decir que eres 'trans' da mucho miedo"
- El Comité Olímpico Internacional deja en manos de las federaciones los criterios sobre quiénes pueden participar
- La Federación Internacional de Atletismo prohibe la participación de mujeres transgénero
- Ya puedes ver el preestreno de 'Géneros en juego' en RTVE Play
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Casos como el de la nadadora Lia Thomas o el de Laurel Hubbard, primera atleta transgénero en competir en unos Juegos Olímpicos, han abierto el debate. En el aire, una pregunta: ¿Las mujeres transgénero tienen ventaja? Hasta el momento no hay estudios rigorosos al respecto como para aventurarse a dar un sí o un no.
“Si el proceso de hormonación comienza antes de la pubertad no habría ventaja alguna“
“Lo que sí sabemos es que si el proceso de hormonación comienza antes de la pubertad no habría ventaja alguna al no estar expuestos a la testosterona”. Así nos lo explica Gilberto Pérez, endocrino experto en medicina transgénero. Si la transición comienza después, la envergadura y fortaleza ósea se mantienen, pero la hormonación no siempre es un camino fácil; puede provocar fatiga, cansancio, dolor... aunque también se ganan masa muscular y fuerza".
Un ejemplo lo encontramos en el atletismo. En este deporte, las mujeres transgénero que hayan comenzado su transición después de la pubertad no podrán competir en pruebas femeninas internacionales. Así lo ha decidido la Federación Internacional de Atletismo hace solo unos meses.
“Crear una categoría solo 'trans', o una categoría donde participen hombres, mujeres y 'trans' no sería competitivo“
¿Cómo evaluar entonces? Entre las soluciones que se barajan está el estudiar caso por caso, deporte por deporte, evaluando si en una disciplina la fuerza y la masa muscular son determinantes. Otras soluciones pasan por crear una categoría solo 'trans', crear una categoría abierta donde participen hombres, mujeres y 'trans'. Son posibilidades que, según los deportistas, no serían competitivas.
Estudiando opciones está el Comité Olímpico Internacional, que deja en manos de las federaciones la decisión sobre quiénes pueden participar o no. “El COI tiene que hacer de mediador entre las distintas federaciones internacionales” Así lo explica María José Martínez Patiño, exatleta y asesora en la comisión médico científica de este organismo internacional.
Algunas federaciones ya han prohibido la participación de mujeres 'trans a nivel internacional, algo que no comparte la exatleta. “No podemos volver a los años 60. Hay que analizar con coherencia, desde el respeto, y siempre desde la ciencia. Hay que integrar en lo que ya hay”.
Luchar contra corriente, y en soledad
“En ese momento el mundo se me vino encima. Vino el médico de la expedición y me dijo: 'es mejor que finjas una lesión'“
El tiempo lo cura todo y María José Martínez Patiño exatleta injustamente apartada de la competición al presentar un cromosoma masculino, nos habla desde la serenidad de quién sabe lo que es pasar de la cima deportiva al ostracismo más absoluto. “En ese momento el mundo se me vino encima. Vino el médico de la expedición y me dijo: 'es mejor que finjas una lesión'”.
“Hubo momentos en los que pensé que era mejor desaparecer“
Prohibieron a los técnicos entrenarla, utilizar cualquier instalación, pero aun así ella siguió entrenando, a escondidas, de noche, en las pistas de INEF en Madrid. Por aquel entonces era una de las mejores vallistas de España. “Hubo momentos en los que pensé que era mejor desaparecer”. La prensa se cebó con ella, se filtraron sus resultados médicos. Aun así, decidió seguir luchando. Tres años de sufrimiento, en soledad, hasta que médicos y expertos internacionales le dieron la razón. Tenía un cromosoma masculino, pero nunca tuvo ventaja deportiva porque su cuerpo no asimilaba la testosterona.
“La mayor recompensa era volver a la competición y demostrar al mundo que no había engañado a nadie“
La federación de atletismo acabó pidiendo disculpas y rechazó la indemnización que le concedieron, el equivalente a 120.000 euros. “Renuncié a todos mis derechos obtenidos en los tribunales de justicia porque el mayor logro, la mayor recompensa era volver a la competición y demostrar al mundo que no había engañado a nadie”. Como ella, el 1,5 % de la población nace con diferencias en el desarrollo sexual
Ahora, María José Martínez Patiño forma parte de la Comisión Médico Científica de COI donde aporta su experiencia como deportista y como doctora en Ciencias Físicas y del Deporte, para que se tengan en cuenta, nos dice, otros puntos de vista que hagan del deporte un mundo mejor.
Dar la cara siendo transgénero
Te enfrentas a situaciones que dan mucho miedo. “Por ejemplo, vas a un equipo nuevo y piensas: tengo que ir, tengo que decir que soy 'trans'. Te montas la película en la cabeza y piensas: ¿y si no me aceptan?”.
Así lo vive Alex Alcaide hombre transgénero que actualmente juega en un equipo femenino puesto que su DNI sigue teniendo la F. En el mismo equipo, pero en un nivel superior, jugó Valentina Berr, en su caso mujer 'trans' que ahora, como divulgadora, intenta aclarar ideas sobre la realidad que viven mujeres y hombres 'trans'.
“Ya pasé una época de no vivir, ahora sabía que nadie me iba a parar“
Ambos han sufrido acoso e insultos tanto en el campo como en redes sociales. Un desgaste emocional que pasa factura. “Ya pasé una época de no vivir, ahora sabía que nadie me iba a parar. Esto me pilla tres años atrás y me hunde” apunta Alex.
“Es triste que tengamos que acabar justificando que no somos tan buenos, cuando el deporte va de lo contrario“
El acoso en internet y la presión que suponía para Valentina Berr los posibles controles de testosterona la llevaron a dejar el fútbol en su mejor momento deportivo. Si de algo me arrepiento, nos cuenta, es de no haberlo dejado antes. A día de hoy dice estar cansada de que se magnifiquen las capacidades de las deportistas 'trans'.
“Con esto de la súper fuerza de las personas 'trans' hay que aclarar que, si realmente la tuviéramos, no estaríamos aquí y seríamos más”. Opinión que comparte Alex: “Para nada destacamos entre nadie. Yo tengo compañeras que me dan mil vueltas”. La constante justificación, explica Valentina, es agotadora. “Es triste que tengamos que acabar justificando que no somos tan buenos, cuando el deporte va de lo contrario”.