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La tuberculosis bovina desata un conflicto ganadero en Castilla y León: ¿qué es?, ¿se puede contagiar a humanos?

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Qué es la tuberculosis bovina, origen del conflicto en Castilla y León con los ganaderos

El intento de irrupción violenta este lunes de un grupo numeroso de ganaderos en una sede de la Junta de Castilla y León en Salamanca ha atraído la atención hacia un conflicto que lleva semanas abierto en la comunidad. El origen está en las infecciones de tuberculosis bovina en diversas explotaciones, sobre todo, salmantinas, y la decisión del Gobierno regional de flexibilizar las medidas contra la enfermedad.

La resolución, impulsada por Vox, se encontró con la oposición del colegio de veterinarios y del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, que publicó una orden para impedir que las vacas castellanoleonesas pudieran salir de la comunidad. Pero, ¿por qué tanto revuelo?, ¿qué supone la enfermedad?, ¿cómo se contagia?, ¿qué controles existen?

El Tribunal Superior de Justicia ha decidido dejar sin efecto tanto la medida de la Junta, como la respuesta consecuente del Gobierno, por lo que a partir de este miércoles, los controles vuelven a los cauces de la normativa nacional y europea hasta ahora.

¿Qué es la tuberculosis bovina?

La tuberculosis bovina es una enfermedad bacteriana crónica. Es diferente a la que afecta tradicionalmente a los humanos, aunque los síntomas pueden ser similares.

Según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), los signos clínicos más habituales en los animales son debilidad, pérdida de apetito y peso, fiebre, dificultad para respirar, tos y otros signos de neumonía, así como diarrea y ganglios linfáticos prominentes, los nódulos o "tubérculos", de los que deriva el nombre de la infección. A la larga, puede provocar la muerte.

¿Cómo se contagia?, ¿puede afectar a los humanos?

La tuberculosis bovina se transmite por el contacto directo con animales infectados o, de forma indirecta, al comer piensos contaminados. "La vía de infección habitual en los rebaños bovinos es la inhalación de gotículas infectadas que un animal enfermo expulsa al toser. Los terneros pueden infectarse al ingerir calostro o leche de vacas infectadas", indica la OMSA.

Los humanos pueden contagiarse también de los animales, aunque es menos común. Una vía posible es el contacto directo con heridas o tejidos infectados. "La transmisión también se puede producir a través de los derivados de los animales, cierto es que el en el caso de la carne un tratamiento térmico sería suficiente", explica al Telediario Beatriz Romero, experta de la OMSA y del Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (VISAVET) de la Universidad Complutense Madrid. Es decir, cuando la carne está lo suficientemente cocinada, tampoco hay riesgo.

¿Qué controles existen?

La OMSA informa que en las regiones donde la higiene alimentaria "se aplica con coherencia, el riesgo para el público en general se ha reducido", aunque sí puede afectar a profesionales de las ganaderías, mataderos y carnicerías.

En España y la Unión Europea, para evitar la propagación de la enfermedad, el ganado pasa por varios controles. "Hay dos herramientas principales del control de la enfermedad. Una son las pruebas diagnósticas rutinarias a todos los rebaños y otra es la restricción de movimientos de los rebaños que son positivos", apunta Bernat Pérez, investigador del Centro de Investigación en Sanidad Animal (IRTA-CReSA) en TVE.

Según establece el programa nacional para erradicar la tuberculosis, las medidas que hay que tomar cuando se detecta un caso positivo dependen de la prevalencia de la enfermedad en esa zona. "Si un animal sale positivo, ese animal se tiene que sacrificar de forma obligatoria", completa la veterinaria Romero. "Si un animal se mueve y se sabe que en esa explotación hay tuberculosis, eso puede tener una grave repercusión en el resto de explotaciones. Y no solo de explotación sino también de toda la salud pública".

En algunas comunidades y en función de la prevalencia, un positivo supone el sacrificio de todos los animales de la explotación.

El choque entre Junta y Gobierno

La Consejería de Agricultura y Ganadería castellanoleonesa publicó a mediados de mayo una resolución para "flexibilizar" los requisitos en materia de tuberculosis bovina, frente al "fracaso total" de la normativa nacional y las "imposiciones arbitrarias" de la Unión Europea, en palabras del vicepresidente autonómico, Juan García-Gallardo, de Vox, que forma parte de la Junta en coalición con el PP.

"Es un orgullo ver cómo [los ganaderos] agradecen que les defendamos contra viento y marea frente a las imposiciones de la Agenda 2030", afirmó en García-Gallardo en un tuit el 26 de mayo.

Pocos días después, el Consejo de Colegios Veterinarios de Castilla y León pidió a la Junta que corrigiera "lo antes posible" la medida, mientras el Ministerio de Agricultura y Pesca emitió una orden que impedía mover al ganado bovino de la comunidad, con la excepción de las provincias de Valladolid, León y Burgos, libres de la infección.

Además, el Gobierno interpuso un recurso en el Tribunal Superior de Justicia, al considerar que se estaba poniendo en riesgo a las explotaciones ganaderas no infectadas en la misma autonomía, el resto de España y la UE. "La Comisión Europea, tras tener conocimiento de la resolución autonómica, ha urgido al Gobierno de España a tomar medidas para poner coto", indicó el Ministerio en un comunicado.

Finalmente, el tribunal ha acordado como medida cautelar suspender la resolución de la Junta y queda sin efecto también la orden ministerial, lo que supone volver a la ruta habitual de acciones para erradicar la tuberculosis bovina.

Las protestas ganaderas

El intento de asalto a la Delegación de la Junta en Salamanca, que fue frenado por la policía y se saldó con doce heridos y un detenido, derivó de una protesta convocada por Unión por la Ganadería, una agrupación que une a veintidós asociaciones del campo salmantino. Reclamaban el cese de diversos técnicos de la Consejería que plantearon sus dudas sobre la relajación de los controles sanitarios, en contra del criterio de la dirección.

Otros grupos como Alianza UPA-COAG no se han mostrado a favor de la flexibilización de medidas, aunque sí han expresado su preocupación por el incremento de la prevalencia en las provincias de Salamanca y Ávila, que se sitúa en un 2%. Así, llaman a realizar un mayor control solbre la fauna silvestre.