Berlusconi, 'Il Cavaliere' de las mil caras y la eterna polémica
- El ex primer ministro italiano ha fallecido este lunes a los 86 de edad
- El magnate mediático forjó un imperio que le llevó a dominar la política italiana durante dos décadas
- En directo, el funeral de Estado de Silvio Berlusconi
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Silvio Berlusconi, el tres veces primer ministro de Italia, ha muerto este lunes a los 86 años en Milán. El líder de Forza Italia y miembro de la coalición de derechas que gobierna el país ingresó el pasado viernes en el Hospital de San Raffaele de Milán, menos de un mes después de abandonarlo por una infección pulmonar agravada por la leucemia crónica que padecía. Cuatro días después, su muerte ha conmocionado a Italia, donde detractores y fieles recuerdan su figura "histórica".
Il Cavaliere, el hombre polifacético que dominó y transformó la escena política italiana durante dos décadas, supo reinventarse para no caer en el olvido. Acorralado por numerosos escándalos de corrupción que siempre negó, siguió presente como eurodiputado y a finales del año pasado fue absuelto de las acusaciones de soborno a los asistentes a sus polémicas fiestas privadas.
Ese año también regresó a la primera línea de la política italiana como miembro de la coalición de gobierno que lidera la ultraderechista Giorgia Meloni, a la que reclamaba una cartera de Justicia que finalmente no consiguió. Además, en octubre, el mismo día en que fue abuelo por decimoséptima vez, el político volvió a ocupar un escaño en el Senado italiano, órgano del que fue expulsado hace nueve años por una condena por fraude fiscal que marcó su declive político, tras ganar en la provincia de Monza con el 50,32% de los votos.
En los últimos meses, en plena guerra en Ucrania, recibió críticas por comentarios en favor del presidente ruso, Vladímir Putin. Llegó a sugerir que el líder ruso tuvo que "inventarse" la "operación especial" para poner un gobierno decente en los territorios del Donbás y confesó haber retomado su amistad con el mandatario, según una grabación filtrada en Italia. Además, sus críticas al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, hicieron tambalear la presencia de su partido en el gobierno de Meloni.
En 2020 fue ingresado por una neumonía bilateral por COVID y, aunque fue dado de alta a los pocos días, desde entonces ha pasado en repetidas ocasiones por el hospital que hicieron temer por su frágil estado de salud, incluido un segundo ingreso en mayo de 2021 por problemas derivados del coronavirus. El político llevaba marcapasos desde 2006, en 2016 fue operado de una insuficiencia aórtica grave y en 2019 por una oclusión intestinal.
El imperio Berlusconi
Silvio Berlusconi nació en 1936 en el seno de una familia de clase medio baja en Milán. Estudió en un colegio católico milanés donde, según relató en su única biografía autorizada, llegó a sufrir acoso escolar. "Un día, durante una tormenta, un abusón se metió conmigo y yo reaccioné por primera vez. Le metí la cabeza en un charco y le dije '¿quién manda aquí? yo'. En ese momento fui señalado como líder para toda la vida", relató al periodista Alan Friedman.
Estudió Derecho Civil, pero durante su juventud fue todo un personaje polifacético. Trabajó como cantante en un crucero en el Mediterráneo y en un cabaret de París hasta que, a los 25 años, logró convertirse en asociado en una empresa inmobiliaria de un amigo de su padre. Ahí surgió su imperio, valorado ahora en una fortuna de más de 6.000 millones de dólares, según Forbes.
En la década de 1970, Berlusconi inventó Milano, un complejo residencial en su ciudad natal que supuso más que un negocio inmobiliario: fue el principio de la filosofía de vida berlusconiana, que saltaría a la industria televisiva con la compra de TeleMilano58 y la creación de una serie de canales locales y regionales. Conocido por su revolución de la publicidad, el italiano levantó el imperio cuyo principal propietario es, a día de hoy, su familia.
En 1986, adquirió el club de fútbol AC Milán y logró forjar una imagen heroica entre los italianos con las victorias del equipo. Y fue entonces cuando, aprovechando su fama, el magnate decidió dar el salto a la política.
Un populismo que marcó a una generación
En 1993, cuando Italia hacía frente al Tangentopoli, el mayor escándalo de corrupción política del país que se llevó por delante a la Democracia Cristiana, anunció su entrada en política. "He decidido meterme en política porque no quiero vivir en un país liberal", anunció a sus 57 años de edad.
Con un estilo populista que prometía la construcción del "milagro italiano", logró recabar el apoyo de los ciudadanos de la mano de la coalición conservadora Polo de la Libertad y llegó al poder. Seis meses después, fue forzado a dimitir por la investigación por sobornar a funcionarios de Hacienda.
Ya en 2001, el político arrasó y logró un segundo mandato entre 2008 y 2011, marcado por la crisis económica que sacudió Italia, los escándalos de corrupción y el descontento que generó en la comunidad internacional por su inicial oposición al bombardeo de la Libia de Gadafi.
Caída y corrupción
La corrupción, sus investigaciones judiciales por prostitución de menores y escándalos sexuales y la tensión con los socios internacionales fueron a finales de 2011 en el cóctel perfecto para su salida. El 12 de noviembre, entre gritos de "bufón", Berlusconi presentaba su dimisión tras la aprobación de los presupuestos de 2012, que incluían las reformas económicas exigidas por la Unión Europea a las que se oponía.
En sus 20 años de carrera política, Berlusconi esquivó decenas de investigaciones por conexiones con la mafia, presuntos sobornos al ex primer ministro Bettino Craxi y numerosos escándalos sexuales que niega. Pero no fue hasta 2010 cuando se le imputó en el caso que se convertiría en su talón de aquiles, el caso Ruby sobre prostitución y abuso de poder en las supuestas fiestas Bunga-Bunga en su domicilio que continúa abierto.
Berlusconi defendió su inocencia en todos y cada uno de los procesos judiciales, pero en 2013 llegó la condena por fraude fiscal que confirmaría su declive. Tras seis años de inhabilitación para el ejercicio de cargos públicos, el italiano trató de volver por lo alto de la mano de Matteo Salvini en 2015, pero su pérdida del liderazgo de la derecha fue tal en las elecciones de 2018 que tuvo que conformarse con terminar sus días como eurodiputado. La Italia que en los 90 validó su proyecto de país rechazaba entonces el retorno de Il Cavaliere tres décadas después.
Sin embargo, sí supo reinventarse pocos años más tarde, como parte de la coalición que llevó al primer triunfo de la ultraderecha en Italia en septiembre de 2022, de la mano de la primera mujer en presidir el gobierno italiano. Su partido, Forza talia se puso al frente de cinco ministerios. En octubre, en su primera intervención ante la Cámara Alta tras lograr su escaño como senador, afirmó estar "muy feliz" de su regreso.