Muere Cormac McCarthy a los 89 años, premio Pulitzer y gran novelista estadounidense
- Entre sus obras más emblemáticas están La carretera, Todos los hermosos caballos o No es país para viejos
- El autor había publicado hace poco más de seis meses dos novelas, Stella Maris y El Pasajero
El escritor estadounidense y ganador de un premio Pulitzer Cormac McCarthy ha muerto por causas naturales este martes a la edad de 89 años en su casa de Santa Fe, Nuevo México, según ha confirmado la editorial Penguin Random House, que cita a su hijo, John McCarthy.
McCarthy, considerado como uno de los mejores escritores estadounidenses desde Ernest Hemingway o William Faulkner, con los que a veces se le comparaba, alcanzó el éxito tardíamente gracias a sus obras más emblemáticas La carretera (Premio Pulitzer en 2007), Todos los hermosos caballos (Premio Nacional del Libro y Premio Nacional de la Crítica en 1992), Meridiano de sangre o No es país para viejos, que fue adaptada al cine por los hermanos Cohen y con la que Javier Bardem ganó el Oscar a mejor actor de reparto.
El autor había publicado hace poco más de seis meses dos novelas, Stella Maris y El Pasajero, que se vendían juntas, lo que demuestra que ha estado en activo casi hasta el final de sus días, aunque la editorial ya hizo saber entonces que no iba a conceder ninguna entrevista ni a participar en labores de promoción.
Nacido el 20 de julio de 1933 en Providence, Rhode Island, McCarthy era uno de los seis hijos de una familia católica irlandesa. Hijo de un abogado, se crio en Tennessee con relativa comodidad, pero la clase media estadounidense no era para él. "Sentí muy pronto que no iba a ser un ciudadano respetable. Odié la escuela desde el día en que la pisé", declaró al New York Times en una entrevista en 1992.
Novelas "líricas" y con crudas descripciones
McCarthy escribía con un estilo distintivo y sobrio que evitaba las normas gramaticales, pero que atraía al lector a su mundo de sangre y polvo. El diario The Washington Post define sus novelas como "líricas y con frecuencia brutalmente violentas", que no ahorraban escenas de salvajismo ni de ternura, todo ello en un afán de "explorar el lado oscuro del alma humana". Sus crudas descripciones de las perversiones humanas le granjearon rápidamente un círculo fiel de admiradores.
McCarthy, que vivió en Ibiza (España) y en El Paso, hablaba español y no era raro que insertase diálogos en español sin traducción en algunas de sus novelas. Por ello, algunos críticos han señalado que en la prosa de McCarthy el español y el inglés se modulaban mutuamente y eso constituía un hecho diferencial de su estilo.
Retraído, reservado y desvinculado de las ataduras materiales –vivió mucho tiempo en moteles de mala muerte–, Cormac McCarthy solo concedió un puñado de entrevistas en su vida y nunca pisó las alfombras rojas.
En su única entrevista televisiva, dijo a la popular presentadora Oprah Winfrey que exponerse a los medios de comunicación "no es muy bueno para la mente. Si pasas mucho tiempo pensando en cómo escribir un libro, probablemente no deberías hablar de ello, tienes que hacerlo".
"Cormac McCarthy, quizás el mejor novelista estadounidense de mi tiempo, ha fallecido a los 89 años. Estaba lleno de experiencia y creó una excelente obra. Lamento su fallecimiento", ha lamentado el escritor Stephen King en redes sociales.