Goirigolzarri no cree que haya sido un error el rescate a Bankia aunque no se recuperen las ayudas
- El presidente de Caixabank defiende que se rescató a los depositantes y no a los directivos
- Alerta de la baja productividad de la economía española y el alto nivel de déficit y deuda pública
El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, no cree que el rescate a Bankia haya sido un error si finalmente no se recuperan las ayudas a través de la salida del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) del capital de la entidad.
En un desayuno organizado por Nueva Economía Forum, Goirigolzarri ha defendido que cuando se rescató a Bankia en 2012 se rescató a los depositantes, y no a los accionistas, ni directivos ni empleados del banco.
Además, en caso de haber tenido que cubrir hasta 100.000 euros por depositante estipulado por ley, el coste hubiera ascendido a los 60.000 millones de euros, una cifra que se redujo a los 20.000 millones que, según ha recordado Goirigolzarri, costó el rescate a Bankia. "Cuando uno compara los 60.000 millones con los 20.000 millones es justificación suficiente" para las ayudas.
El Frob mantiene el 17% de las acciones
Con respecto a la salida del Frob, que tiene un 17% de CaixaBank como consecuencia de la absorción de Bankia en marzo de 2021, ha señalado que el importe de las ayudas que se recupere "dependerá de las decisiones que se tomen sobre la permanencia como accionista del Frob y de la evolución de la cotización".
Igualmente, ha pedido que se diferencien las razones que motivaron la inyección de capital en Bankia con la salida. "Tienen que tener otro tipo de racionalidad. Diferenciar la entrada y la salida me parece fundamental", ha sostenido.
Por otro lado, ha pedido al nuevo Gobierno, tras el 23J, que trabaje en dos cuestiones estructurales que afectan a la economía española, como son la baja productividad y los elevados niveles de déficit y deuda pública.
Buena evolución del PIB
A corto plazo, la economía española ha sorprendido positivamente, "incluso a los que el año pasado éramos optimistas", con un comportamiento del PIB en 2022 y en el primer trimestre por encima de las expectativas, así como del mercado laboral, a pesar de que el número de horas trabajadas siga por debajo de nivel prepandemia y que el 50% de la ocupación se concentre en el sector público.
En cuanto a la inflación, apunta que va a marcar la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) y, por tanto, va a tener un impacto importante en la evolución del PIB. Si bien la tasa general del IPC está ya registrando una tendencia descendente, ha pedido ser "muy realistas"; ya que la subyacente está mostrando "grandes dificultades" para reducirse.
En una visión más amplia, ha afirmado que España ha estado "siempre" por debajo de los niveles de renta per cápita de la zona euro y que, además, "desde hace años ha dejado de converger con Europa". Así, ha expuesto que en 2008, el PIB per cápita estaba un 10% por debajo de la media europea, mientras que en 2022, la brecha se amplió hasta el 17%.
"El punto débil más importante de la economía española es su baja productividad crónica, a la que solo se puede hacer frente con políticas desde el lado de la oferta", ha afirmado. Además, ha indicado que un factor de vulnerabilidad es el "desequilibrio" de las cuentas públicas, en referencia al aumento del déficit y de la deuda pública. De esta forma, ha señalado que, tras la pandemia, España sigue manteniendo ratios de deuda sobre PIB "muy elevadas", del 113%.