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Un área como la Comunidad Valenciana y 4.000 metros de profundidad: la difícil tarea de encontrar al sumergible Titan

  • Los equipos de rescate rastrean a contra reloj el origen de los sonidos que se han escuchado este miércoles
  • Estados Unidos, Canadá y Francia participan en la búsqueda, que cubre una extensión de 20.000 kilómetros cuadrados

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Centro de control del robot sumergible 'Victor 6000', utilizado en la búsqueda de Titan.
Centro de control del robot sumergible 'Victor 6000', utilizado en la búsqueda de Titan.

Los equipos de rescate trabajan a contra reloj para rastrear el origen de los sonidos que se han escuchado este miércoles en la zona del Atlántico Norte donde se busca al sumergible turístico desaparecido desde el pasado domingo con cinco personas a bordo, cuando descendió para visitar los restos del Titanic, situados a casi 4.000 metros de profundidad.

La Guardia Costera de Estados Unidos ha centrado las labores de los robots operados por control remoto (ROV) en el área donde un avión canadiense detectó los ruidos submarinos, mientras se reduce la ventana de tiempo para encontrar a los tripulantes con vida, a los que en el mejor de los casos ya solo les quedarían menos de 24 horas de suministro de aire. Según cálculos basados en los datos proporcionados por la propia compañía OceanGate Expeditions, propietaria del sumergible, el aire respirable del habitáculo se acabaría el jueves 22 de junio entre las 12:00 y las 13:00, hora peninsular española.

Equipos de Estados Unidos, Canadá y Francia participan en la búsqueda, que cubre un área de mar abierto de casi 20.000 kilómetros cuadrados -prácticamente tan grande como la Comunidad Valenciana-, donde su misión es encontrar un objeto de menos de siete metros de longitud y 2,5 de diámetro. Eso si ha logrado regresar a la superficie y se encuentra a la deriva, ya que, en caso de que el batiscafo se encuentre varado en el fondo marino, una de las mayores dificultades sería hacer que ascienda de nuevo, algo extremadamente complicado desde el punto de vista técnico.


En la operación participan aviones y buques de los servicios de guardacostas de Estados Unidos -que coordina el despliegue- y Canadá, equipados con cámaras y sonares. También colaboran barcos privados, y Ottawa prevé enviar más buques de su Guardia Costera.

Canadá ha lanzado al agua sonoboyas para escuchar cualquier sonido que pueda proceder del Titan, y también se ha unido a las labores de búsqueda el Deep Energy, un buque de colocación de tuberías que cuenta con un robot de exploración submarino, así como otras embarcaciones privadas de investigación, incluido el Polar Prince, que transportó al batiscafo a su punto de inmersión. Está previsto que el buque francés Atalante, que cuenta con el robot submarino 'Victor 6.000', llegue al área este mismo miércoles. Como su nombre indica, este robot puede operar hasta a 6.000 metros de profundidad, y lleva en funcionamiento casi un cuarto de siglo, por lo que cuenta con una amplia experiencia en este tipo de tareas.

Imagen del robot submarino 'Victor 6000', propiedad de Francia.

Imagen del robot submarino 'Victor 6000', propiedad de Francia. IFREMER / REUTERS

"No es una comunicación de seguridad"

A pesar de que la detección de estas señales ha reavivado la esperanza de encontrar con vida a los cinco tripulantes del sumergible, los especialistas ponen en duda que los sonidos hayan sido realizados de manera deliberada por el piloto o por alguno de los otros cuatro ocupantes.

José Luis Martín, marino mercante experto en submarinos, ha asegurado al programa de TVE Hablando claro que, "si los posibles golpes son ciertos, el piloto no está realizando una comunicación de seguridad. No se dan golpes cada 30 minutos, eso no comunica ni significa absolutamente nada". Martín ha puesto como ejemplo el procedimiento de emergencia llevado a cabo por la tripulación del submarino ruso Kursk, que naufragó en las aguas del Mar de Barents con 118 personas a bordo, y realizaron golpes en el casco con un martillo "con un intervalo de tres segundos", lo que "indicaba clarísimamente que aún había vida".

El modelo Titan de OceanGate tiene capacidad para sumergirse a 4.000 metros, a una velocidad de aproximadamente 30 metros por minuto. Puede transportar a cuatro personas más el piloto, con una autonomía de hasta 96 horas bajo agua, según datos de la propia compañía. Pero no es autónomo, y necesita que un barco nodriza lo remolque hasta el lugar de inmersión, lo guíe tanto en el descenso como en el ascenso, y luego lo recoja. Además, se tiene que abrir desde fuera, por lo que los tripulantes necesitan de asistencia para poder salir del habitáculo.

Sin embargo, el sumergible cuenta con un sistema de emergencia que, incluso en el caso de que se produzca una falla crítica del sistema eléctrico, le permitiría regresar a la superficie. Este hecho alimenta la esperanza de que, si no ha quedado atrapado en el fondo marino, haya podido emerger de nuevo, aunque se encontraría a la deriva y sin posibilidad de comunicarse o señalar su posición.

Pero los rescatistas no tiran la toalla y, en su último parte este miércoles, han asegurado que están buscando en la zona donde se han escuchado los sonidos a pesar de que no pueden determinar de dónde proceden. "Es una operación de búsqueda y rescate al 100%", han señalado.


Varias hipótesis sobre la mesa

Actuamente se barajan varias hipótesis para explicar el accidente. Una de ellas es que el batiscafo pudo encontrarse con los restos del Titanic y golpearse o engancharse con ellos. Así lo ha manifestado al programa La hora de La 1 el capitán de la Marina Antonio Poleo, que fue piloto de este tipo de sumergibles y actualmente es profesor de Náutica en la Universidad de La Laguna. En todo caso, según recalca este especialista, "técnicamente es inviable sacar a un sumergible que esté a 4.000 metros de profundidad".

"El sumergible pudo encontrarse con los restos del Titanic y golpearse o engancharse, es una suposición" - Ver ahora

En una entrevista concedida al Canal 24 Horas, Antonio Crucelaegui, director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales de Madrid, ha indicado que lo más probable es que se haya producido "un fallo electrónico debido a un fallo eléctrico". Según ha detallado, en este tipo de sumergibles "prácticamente todo funciona con sistemas eléctricos", y considera que "puede haber habido un fallo que solo afecte a las comunicaciones o algo mucho más grave, que afecte al sistema de propulsión, en cuyo caso podría haberse quedado en el fondo sin capacidad de maniobra". Igualmente, ha advertido de que "cualquier pequeño fallo a esas profundidades supone la muerte".

Antonio Crucelaegui: "Lo más probable es que haya ocurrido un fallo electrónico"

Crucelaegui considera que otra de las posibilidades es que el sumergible haya regresado a la superficie y haya quedado a la deriva en mitad del océano, lejos del barco nodriza y sin capacidad de comunicación.