El baile de vetos y acuerdos entre PP y Vox: del 'sí' en la Comunidad Valenciana al 'no' rotundo en Extremadura
- En solo una semana los partidos de Feijóo y Abascal pasan de cerrar un acuerdo exprés en una región a poner vetos en otra
- El PP ve compatibles las estrategias, mientras que Vox les acusa de hacer un "regalo" a Sánchez con sus "contradicciones"
En solo una semana PP y Vox han pasado del acuerdo fraguado en muy poco tiempo para gobernar en coalición en la Comunidad Valenciana, en el que los 'populares' cedían a la formación de extrema derecha la vicepresidencia y dos consellerias, al total y absoluto desacuerdo en Extremadura, donde ya se habla sin tapujos de repetición electoral ante el 'no' rotundo del PP en esta región a compartir gobierno con los de Santiago Abascal.
Tampoco en Baleares el PP quiere a Vox en el Govern, aunque le ha dado la presidencia del Parlament; ni en la Región de Murcia, donde el PP ha dejado directamente fuera de la Asamblea a los de Vox, que amenazan con elecciones.
En Aragón, con la gobernabilidad también en el aire, el PP negocia con los regionalistas del PAR y Aragon Existe con el fin de depender menos de Vox en el gobierno, pero ya ha cerrado un acuerdo para que Marta Fernández, de Vox, presida las Cortes.
De la geometría variable a las "matemáticas de Estado"
Así, las relaciones entre PP y Vox fluctuan entre el encuentro y el desencuentro según se mire a un punto u otro del mapa de España. Un PP que históricamente se ha jactado de hacer y decir lo mismo en todas las comunidades, se ha visto obligado a poner en práctica tras las elecciones del 28M una geometría variable a la que no está acostumbrado. Estrategias diferentes en cada comunidad, mientras todos los 'barones' y 'baronesas' del PP cuentan con el apoyo directo de su presidente, Alberto Núñez Feijóo, que avala las diversas negociaciones con todas sus contradicciones.
Una geometría variable de la que ha tenido que hacer forma de gobierno el PSOE, pero que el PP prefiere llamar en su caso "matemáticas de Estado", según dijo el número tres del partido, Elías Bendodo, que afirmó que el PP puede "hablar con todos y pactar con casi todos".
El PP defiende que cada territorio, en base a los resultados obtenidos, negocia como quiere y ve coherente y compatible defender a la vez el 'sí' de Carlos Mazón a Vox en la Comunidad Valenciana y el 'no' rotundo de María Guardiola al mismo partido en Extremadura. Y lo defiende apelando a los números: mientras que Vox logró el 12 % de los votos y 13 diputados en la Comunidad Valenciana, la región con mayor número de representantes de Vox; en Extremadura consiguió el 8 % y cinco diputados. En la una consideran que debe entrar y en la otra, no.
Pero más allá de los números, los discursos cambian de una región a otra: mientras que Mazón rubricó la semana pasada un pacto de gobierno en el que no aparece el concepto violencia de género o violencia machista y solo se habla de violencia intrafamiliar , y no se escribe ni una sola línea sobre cambio climático; Guardiola se niega a gobernar con quien "niega la violencia machista" con duras críticas a Vox y en defensa de sus principios, que dice "son los del PP".
¿Qué ha pasado entre medias? En medio de ambas posiciones ha habido un carrusel constante de críticas por parte de la izquierda y de colectivos feministas al PP por abrazarse a quienes manejan discursos negacionistas con la violencia contra las mujeres por el hecho de ser mujer que ha hecho que Feijóo haya salido al paso para dejar claro que "la violencia de género existe".
El PP ha visto que cada pacto alcanzado con Vox es escrutado al detalle- Feijóo se ha quejado incluso de que "otros pactos" no se analizan con tanto detalle- y se agarra a esta relación nada estable con Vox precisamente para contrarrestar la idea repetida en campaña por el PSOE y por Sumar que dicen que PP y Vox son lo mismo y que si Feijóo llega a La Moncloa hará vicepresidente sin dudar a Abascal, tal y como repite el presidente y candidato del PSOE, Pedro Sánchez, en su frenética agenda de entrevistas y actos de precampaña durante esta semana.
El PP hace así de la necesidad virtud y llama al voto útil del espacio de la derecha a su partido para evitar estos "líos" con Vox, al que hace el único culpable de la posibilidad de llevar a repetición electoral a Extremadura y a la Región de Murcia.
Desde el PP insisten en que "esto no es un zoco ni un mercadeo" y dicen que no van a acceder "al poder a cualquier precio" como, en su opinión, hace Sánchez.
En esta semana Feijóo ha insistido en que su modelo es el de Juanma Moreno en Andalucía o el de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, esto es, el de las mayorías absolutas, pero ante la pregunta repetida en las entrevistas ¿qué va a hacer si necesita a Vox para gobernar? y ¿hará a Abascal su vicepresidente? no se moja, consciente de que puede depender de sus votos para llegar a La Moncloa. Insiste en que su objetivo es gobernar en solitario, pero no descarta gobernar con Abascal, ni siquiera hacerle vicepresidente.
Y de paso, en medio de los problemas para conformar gobiernos y pactos con Vox, el PP también pone en la palestra la teoría de la abstención del PSOE para evitar que la ultraderecha entre en los gobiernos.
Lo cierto es que los sondeos siguen apuntando, a dos semanas de que arranque la campaña, a que el PP necesitará a Vox para alcanzar la mayoría absoluta.
La recién reelegida presidenta de la Comunidad de Madrid- la primera de las presidentas investidas tras el 28M- aseguró en el pleno de la Asamblea que el PP tendrá "la mano tendida" a Vox tras las elecciones generales para desbancar al Gobierno de Sánchez porque España "necesita un cambio", pero a la vez criticó al de Abascal. Cree que la existencia de Vox se basa en ir "contra el PP" y que se han convertido en "colchón y la gran ayuda" del Gobierno de Sánchez.
PSOE alerta en los "retrocesos" que suponen los pactos PP-Vox
Desde el PSOE no se creen las desavenencias de PP y Vox mostradas en las negociaciones autonómicas e insisten en poner cada día de manifiesto los peligros en cuanto al "retroceso" de derechos que, a su juicio, supondrá un gobierno de coalición de PP y Vox.
Sánchez, que no tiene problema en decir que si es necesario pactará con Yolanda Díaz y Sumar para revalidar el gobierno progresista en La Moncloa, pide a Feijóo que haga lo propio y diga cómo y con quién pactará y a cambio de qué. Y califica de "lamentable espectáculo" el ofrecido esta semana de los dos partidos "poniendo en riesgo algo tan serio como la defensa de la violencia de género".
"Lo importante no es si el pacto entre el PP y Vox es en una olla exprés como en la Comunidad Valenciana o a fuego lento como en Extremadura, lo importante es el riesgo que suponen", abundó a última hora de este jueves el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. El miedo a estos retrocesos es lo que "preocupa" a los ciudadanos, añadió.
El presidente de Extremadura en funciones, Guillermo Fernández Vara, cree que PP y Vox están experimentando con su comunidad como "banco de pruebas" cómo serán sus relaciones a partir del 23 de julio y se muestra convencido de que los pasos de Guardiola son exclusivamente para "beneficiar" a su partido. Cree que con la crisis de Extremadura tratan de "tapar" el pacto alcanzado a la primera en la Comunidad Valenciana.
Desde Castilla-La Mancha, el presidente de Castilla-La Mancha en funciones, Emiliano García-Page (única mayoría absoluta del PSOE el 28M) ha pronosticado que los acuerdos pactados entre el PP y Vox en los gobiernos municipales y autonómicos movilizará al electorado de izquierda en las próximas elecciones generales. Cree que el "baile contradictorio" del PP en los pactos "puede hacer reaccionar a muchos otros".
Vox cree que la "espiral de contradicciones" del PP es un "regalo" para Sánchez
Vox se mantiene firme en sus ansias por entrar en los gobiernos del PP y considera que la "incoherencia" que demuestra el PP a cuenta de los pactos postelectorales le ha hecho entrar en una "espiral de contradicciones" que, a su juicio, es "un regalo" para Sánchez de cara a las elecciones del 23J.
Abascal ha acusado directamente a Feijóo de "sacrificar" Extremadura y la Región de Murcia por sus "intereses personales" y por "ambición política". Insiste en que no dará sus votos gratis al "socialismo azul del PP" por su "cara bonita" y reivindica que no es el "coche escoba" del PP.
En las próximas semanas se escribirán, seguro, nuevos capítulos de las relaciones entre PP y Vox con el foco puesto en si resuelven o no las comunidades en las que están llamados a entenderse y siguen en el aire, y sobre lo que unos y otros digan de cara a las elecciones generales. Todos los partidos están ya inmersos en el 23J cuando el 28M no está, ni mucho menos, resuelto.