James Mangold, heredero de Indiana Jones: "La mayoría del cine comercial es anestesiante, aunque peor es el cínico"
- Estrena Indiana Jones y el Dial del Destino, última entrega del personaje creado por Steven Spielberg y George Lucas
“Rueda todo como si fuera un tráiler”. Fue el consejo que Steven Spielberg le regaló a James Mangold como esencia para filmar a Indiana Jones. No fue la única recomendación: Spielberg y el cineasta elegido para sucederle en la saga de aventuras hablaron todas las semanas durante meses. Spielberg rodaba The Fabelmans, pero sacaba tiempo para ver las tomas diarias que Mangold rodaba de Indiana Jones y el Dial del Destino, la quinta, esperada, y última película de la saga que echa el cierre por jubilación: Harrison Ford ha sido tajante y, con 80 años, el látigo y el sombrero se guardan en el armario.
Mangold (Nueva York, 1963) es un especialista de Hollywood más que versátil. En los últimos años ha firmado solventes películas de superhéroes (Logan), biopics (En la cuerda floja) o aventuras (Le Mans ’66). Aun así, dice que había algo irreal en que el director de En busca del arca perdida, que vio con 17 años, le reclutase para la aventura. “Hacemos películas sobre héroes, pero en mi mundo personal mis héroes eran George Lucas, Steven Spielberg, John Williams o Harrison Ford. Spielberg es probablemente la razón por la que soy director. Tener de repente a Ford frente a la cámara… es algo personal. Ha sido uno de los honores más profundos de mi vida”.
Había admiración y respeto absoluto, pero no sumisión. Mangold fue de cara con Spielberg y le señaló todo lo que creía que no funcionaba de Indiana Jones y la calavera de Cristal (2008), la anterior entrega de la saga (a saber, que no estaba claro qué contaba) y lo que había que volver a enderezar.
La propuesta de Mangold es que el MacGuffin, la pieza arqueológica sobre la que pivotase la aventura, contuviera de algún modo el tema de la película. Así, el 'Dial del destino' hace referencia al Mecanismo de Anticitera, un artilugio de más de 2.000 años que la película atribuye a un diseño Arquímedes para viajar en el tiempo.
Y el tiempo es la materia de la película: en el prólogo, la tecnología rejuvenece a Ford situándolo una vez más frente a los nazis en los estertores de la II Guerra Mundial. Pero, acto seguido, la realidad es la de los años 60 y un héroe crepuscular de 80 años vuelva a la carga con todo lo que implica el paso del tiempo.
"Soy un cineasta de la vieja escuela"
“Es claramente la película más grande que he hecho. Pero las dos películas de Lobezno o Le Mans ’66 eran lo suficientemente grandes como para estar preparado. Lo más difícil en una película de esta escala es sentirse desconcertado e intimidado no solo por la logística, controlar una bestia que tiene vida propia”, explica en una entrevista con RTVE.es.
Mangold se siente heredero de una tradición cinematográfica. En los años 80, su mentor fue nada menos que Alexander Mackendrick y el cineasta conserva en su despacho algunas de sus máximas en tarjetas que rezan lemas como ¡La autoexpresión (hablar sin acción) es aburrida!. O: Lo que está sucediendo ahora no es tan emocionante como lo que puede o no suceder a continuación.
También recuerda con cariño las lecciones de otra leyenda como Milos Forman (Alguien voló sobre el nido del cuco o Amadeus). “Me daba clase en la Universidad de Columbia. Todos los alumnos tenían un guion y le pedí si me podía ayudar a escribir uno. Le mandaba 20 páginas todas las semanas y me las devolvía llenas de notas. Cuando eres joven, a veces todo lo que necesitas es la atención de alguien grandioso. A Milos no le importaba una mierda los puntos de inflexión en la página x del guion, solo quería encontrar humanidad”.
Para Mangold, grosso modo, el panorama del cine se divide en dos corrientes: la “anestesia”, en la que engloba las películas de entretenimiento que no dejan rastro en el espectador, y el “cinismo” que define como “películas sobre el mundo que vivimos que nos llevan a la paranoia”. Y defiende una tercera vía: “Soy un cineasta de la vieja escuela. No me gusta el cinismo y el sarcasmo. Me gustan las películas antiguas, donde existen amenazas que desearía que existieran en el cine actual. Steven y George son cineastas que beben de la edad de oro, son lo opuesto a lo cínico. Creen en el ser humano, en los desvalidos, cuentan historias con humor y corazón. Incluso una película bella, sin corazón, está inerte”.
En las propias palabras de Spielberg, Top Gun Maverick salvó “el culo de Hollywood” el año pasado. ¿Dependen las salas del éxito de taquillazos nostálgicos? “Top Gun Maverick dio un gran éxito a un negocio que casi quedó destruido por la pandemia. Creo que en EE.UU., Reino Unido y otros países el cine en salas está de vuelta y la gente lo quiere ver", afirma optimista.
¿Qué comparte Mangold con el doctor Jones? “Que me encanta estar solo”, dice automáticamente. “Me gusta que a veces es socialmente torpe, que prefiere un buen libro. No soy un arqueólogo, pero me gusta explorar la escritura y pensar sobre la narrativa y el cine. La pasión hacia mi arte es un gran consuelo para mí. Y el cine en sí mismo es una gran aventura cada vez que emprendo una película: viajas por el mundo y se siente como una cuestión de vida o muerte en la que hay mucho en juego".