Gabriel Rufián, el independentista republicano de la lengua afilada que vende caro el apoyo de ERC
- Es uno de los artífices de la mesa de diálogo para Cataluña y ha protagonizado duras intervenciones en el Congreso
Gabriel Rufián (ERC) es uno de los políticos más mediáticos del panorama actual. El republicano ha protagonizado momentos que se han hecho virales en el Congreso de los Diputados, donde suele sacar a relucir una lengua afilada contra sus adversarios, y es prácticamente un ‘influencer’ de las redes sociales. Pero más allá de las formas, este independentista hace gala de la mano tendida y la política útil y el grupo parlamentario que ha presidido en los últimos años ha sido uno de los socios clave del Gobierno de Pedro Sánchez.
Rufián, que se ha definido a sí mismo como “charnego”, nació en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) en 1982, hijo de padres andaluces que emigraron a Cataluña a principios de los años 60. El republicano se interesó pronto por la política y se alineó con las tesis independentistas. En 2012, se integró en Súmate, una asociación de castellanoparlantes afín a ERC que defendía la independencia de Cataluña, y en 2015 se sumó a la Asamblea Nacional Catalana (ANC).
Llegó al Congreso de los Diputados en enero de 2016 como portavoz adjunto con Joan Tardá, su mentor parlamentario y a quien ha mostrado su cariño en reiteradas ocasiones. ''Hacer política con él es como jugar al fútbol con Messi'', llegó a decir el republicano pese a que, como anécdota, es aficionado del Español y no del Barça. Tras las generales de abril de 2019, en las que Oriol Junqueras concurría como cabeza de lista al Congreso, Rufián pasó a liderar el grupo parlamentario ante la condena al líder de ERC, que le impidió ser diputado. Ya sí en la repetición electoral de noviembre de ese año fue cabeza de lista al Congreso en una apuesta personal de Junqueras para ampliar la base electoral de Esquerra en las zonas metropolitanas catalanas donde el independentismo es minoritario. Entonces, ERC consiguió 13 diputados y se convirtió en quinta fuerza en el Congreso.
En las pasadas elecciones municipales, Rufián fue cabeza de lista de Esquerra a la Alcaldía de Santa Coloma, que ganó el PSOE por una abultada mayoría absoluta de 17 concejales frente a los cuatro de ERC, que quedó en segunda posición. Pese a haber sido elegido concejal, Rufián ha decidido volver a encabezar la lista ahora al Congreso de los Diputados para otros cuatro años más en la política nacional.
En lo académico, Rufián se licenció en Relaciones Laborales en la Universidad Pompeu Fabra y realizó posteriormente un máster de Dirección de Recursos Humanos. Aparte de su trayectoria política, ha sido colaborador habitual de tertulias de actualidad y él mismo es entrevistador en el programa de Youtube 'La Fábrica". Ya como anécdota, es padre de un niño que nació el Día de la Hispanidad.
Un portavoz de palabras duras, clave para el Gobierno de coalición
En la pasada legislatura, Rufián formó un tándem con EH-Bildu en el Congreso y ambos apoyaron cuestiones tan importantes como los Presupuestos Generales del Estado, la ley de vivienda o el ingreso mínimo vital. Y logró sacar al PSOE la reforma del delito de malversación en el marco de la derogación del de sedición, una reforma del Código Penal que la derecha calificó como "a la carta" del independentismo. Pero nunca ha ofrecido sus apoyos gratis, como demostró su rechazo a la reforma laboral.
"El PSOE no hace, al PSOE se le obliga a hacer", es una de sus frases más repetidas. Incluso en 2018 llegó a ser expulsado del Congreso por la entonces presidenta del mismo, Ana Pastor, por llamar al socialista Josep Borrell “hooligan” y el ministro “más indigno de la democracia española”.
Y es que el republicano ha sido muy duro en el Congreso con prácticamente todos los partidos, incluso con Unidas Podemos, con quien tiene múltiples coincidencias. Llegó a preguntarles si eran "más útiles fuera que dentro del Gobierno" tras el giro de España en su política con Marruecos y a decir que tragaban "demasiados sapos". Pero algunos de sus reproches más duros han sido contra la vicepresidenta segunda y candidata de Sumar, Yolanda Díaz, cuya relación se tensó enormemente a raíz de las negociaciones de la reforma laboral (que ERC no apoyó) y a quien acusó recientemente de "traicionar" a Podemos y "apuñalar" a quienes la "pusieron" donde está.
Pero el principal foco de sus críticas ha sido la derecha, muy en particular los "fascistas" de Vox, aunque también ha llamado al PP "nostálgicos del franquismo". Y no se ha salvado Junts pese a compartir una visión independentista. Rufián sigue asociando al partido de Puigdemont con la Convergència de derechas y la corrupción del caso 3%, pese a que hasta hace menos de un año eran socios de los republicanos en la Generalitat de Cataluña. Fueron muy sonadas estas declaraciones contra el expresidente catalán Carles Puigdemont y su entorno en Bruselas por las supuestas reuniones con gente cercana al presidente ruso, Vladímir Putin: “Se creían James Bond con los rusos”. Posteriormente pidió disculpas por vincular a Junts con el entorno de Putin. Pero también llegó a llamar “tarado” a Puigdemont por haber declarado la independencia y tuvo que matizar después sus palabras ante la petición del presidente catalán, Pere Aragonès (ERC).
Los postconvergentes, por su parte, han sido muy críticos con Rufián por su mano tendida al Gobierno y por la mesa de diálogo para Cataluña que él mismo pactó con el PSOE en diciembre de 2019 para apoyar la investidura de Sánchez. Una mesa que tan solo se ha reunido tres veces, la última hace un año (y las dos últimas sin Junts). Y es que la apuesta de ERC por el diálogo con el Ejecutivo central para resolver el “conflicto político” catalán, en contraste con la unilateralidad para alcanzar la independencia por la que aboga Junts, ha sido foco de críticas entre el independentismo más duro que en varias ocasiones ha llamado a Rufián “botifler” o “traidor”.
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