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La víctima de "la manada de Puerto Rico" de Gran Canaria asegura que los cuatro acusados la violaron

  • La Fiscalía cree que el testimonio de la mujer es "verosímil y coherente" y, entre las pruebas, ha citado sus lesiones
  • Los acusados se enfrentan a condenas de 58 a 61 años de cárcel, y uno de ellos ya había sido detenido por agresión sexual

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Imagen de los cuatro acusados en el banquillo
Son cuatro los acusados de haber violado en grupo a una mujer en la localidad turística de Puerto Rico

La Audiencia de Las Palmas ha celebrado este miércoles el juicio contra los cuatro acusados de violar supuestamente a una mujer en un parque de la zona turística de Puerto Rico, en Gran Canaria, la noche del 26 de febrero de 2021. La víctima ha asegurado que los cuatro procesados la penetraron tras intimidarla y acosarla, y ha negado que se tratara de unas relaciones consentidas. Este argumento lo han defendido todos los procesados ante el tribunal menos uno, que ha asegurado que "nunca estuvo con ella" ni participó ni vio lo que hacían los otros tres.

Los cuatro hombres se enfrentan a condenas de 58 a 61 años de cárcel cada uno y el fiscal rechaza sus versiones por considerarlas contradictorias y destinadas a eludir la responsabilidad sobre los hechos que les imputan. La Fiscalía también ha defendido que existe prueba suficiente para que se les imponga las penas que pide, entendiendo que cometieron delitos de agresión sexual. En sus conclusiones, ha explicado que su petición de condena se basa en el testimonio de la víctima, "verosímil y coherente", al igual que en el de los dos agentes de la Guardia Civil que acudieron al lugar donde ocurrieron los hechos y en el resto de la prueba practicada.

Entre las pruebas ha citado las lesiones que se le hallaron en ambas muñecas, en el interior de los muslos y en una rodilla de la denunciante, "compatibles con el de una violación", según el médico forense que la asistió. A las tesis del Ministerio Fiscal se oponen las defensas, que reclaman un fallo absolutorio.

Así, para el acusado Aziz L., ha mantenido la condena que inicialmente reclamaba de 61 años por dos delitos agravados de agresión sexual que se le atribuyen directamente y otros tres también de agresión sexual, los cometidos presuntamente por sus compañeros. Los otros tres acusados, -Mohammed E.B., Hicham E.A. y Hamza E.Z.-, se exponen también a la pena de 58 años de cárcel, solicitada por el fiscal desde el principio, como presuntos autores de un delito agravado de agresión sexual y otros cuatro de agresión sexual.

Uno de los acusados ya había sido detenido por una agresión sexual

Los cuatro acusados se sitúan en el lugar de los hechos, ya que han admitido que llevaban días viviendo en el parque porque les habían echado del hotel donde estaban alojados, tras haber llegado en patera a la isla. Así lo ha señalado el fiscal al tribunal de la Sección Segunda, a la que también ha destacado que, en un mensaje del móvil que se intervino a uno de los imputados, se refieren a que esa noche tuvieron suerte porque habían podido "trincar a una inglesa".

En este móvil se hallaron otros mensajes alusivos a la supuesta agresión, en los que se decía que "habían cazado a una chica" y la llamaban "conejita", según ha referido el agente de la Guardia Civil que elaboró el informe y que tradujo las conversaciones del árabe.

La víctima ha manifestado al tribunal que ese día estuvo en una fiesta de cumpleaños y que, antes de volver a su apartamento, fue a dar un paseo al parque, donde fue abordada primero por Aziz L. que la cogió de la mano y la llevó a un lugar donde tenían mantas en el suelo. La mujer asegura que fue allí donde la obligó a que se acostara y le quitaron el teléfono móvil que llevaba y las gafas. En su relato sostiene que este acusado fue el primero que la penetró y después siguieron los otros tres hasta que, por último la volvió a penetrar Aziz L., al que reconoció por el fuerte olor a hachís y marihuana que desprendía. Según el Guardia Civil que instruyó el caso, este último acusado ya había sido detenido como presunto autor de una agresión sexual en la playa de Puerto Rico.

El instructor y jefe de la Unidad de la Policía Judicial de Arguineguín ha explicado que la víctima denunció los hechos el 28 de febrero, pero que ellos ya estaban indagando sobre una violación grupal. La farmacéutica donde había ido a comprar la píldora del día después ya lo había puesto en conocimiento de la Guardia Civil. Asimismo, ha indicado que estaba en situación de "postshock" y que, en un principio, no quería denunciar. Afirma el instructor también que su versión les pareció "muy creíble".

La defensa rechaza las tesis de la Fiscalía

Los abogados de los cuatro acusados han rechazado las conclusiones del fiscal y han sostenido que no existe prueba suficiente para imputarles unas condenas tan elevadas. La defensa de Aziz L. ha recalcado que la prueba válida es la que se expone en el juicio y que los hechos no sucedieron como alega el fiscal. Ha afirmado también que la ingesta de alcohol de la víctima, que ella misma reconoce, le llevó a desinhibirse, siendo "uno de los efectos conocidos" que produce. En este sentido, ha insistido, al igual que los acusados, en que se trataron de unas relaciones consentidas.

También ha dicho que la forma de reconocimiento de los otros tres acusados está "contaminada" al mostrarle a la víctima solo sus tres fotografías y no un álbum con más. Por otro lado, incide en que en el parte de lesiones del hospital no figuran lesiones, entre otras consideraciones para afirmar que existen dudas más que razonables sobre los delitos que se imputan.

Por su parte, el abogado de Hicham E.A. ha señalado que, en todo caso, el único delito que se le podría imputar a su defendido es el de omisión de socorro por no haber auxiliado a la víctima, pero no de violarla. Los otros dos letrados han incidido también en la falta de prueba inculpatoria y en que "ella se desentendió" y su actitud fue la de "hagan conmigo lo que quieran". Uno de los abogados ha hecho hincapié en que las relaciones tuvieron lugar en un parque, no en un "zaguán como en el conocido caso de "la manada", y que tampoco "intentó escapar" ni pedir ayuda.