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Orgullo LGTBIQ+

Discriminación, cárcel o incluso muerte: la situación de las personas LGBTIQ+ en los cinco continentes

  • Al menos 64 países criminalizan la homosexualidad, ya sea con multas, castigos físicos, cárcel o la pena capital
  • RTVE repasa la situación de las personas LGBTIQ+ en los cinco continentes

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Así es ser LGTBI+ en los cinco continentes

Estos días se está celebrando la semana del Orgullo LGBTIQ+ para reivindicar un año más los derechos conquistados. Como mínimo hay 64 razones para seguir haciéndolo. Son el número de países que aún criminalizan la homosexualidad, ya sea con multas, castigos físicos, penas de cárcel o incluso con la muerte, como es el caso de once naciones.

Aunque en el resto de países la diversidad sexual no sea delito, no significa que los miembros del colectivo no estén ampliamente discriminados y sean rechazados por una amplia mayoría global. A continuación, haremos un viaje alrededor del mundo para conocer, en línea generales, la situación de las personas LGBTIQ+ en los cinco continentes.

Europa, deberes pendientes

Europa es sin duda el continente donde más derechos y libertades tienen reconocidas las personas sin importar su orientación o su identidad sexual. Ningún país del ‘viejo mundo’ criminaliza la homosexualidad y cada vez más naciones están aplicando leyes para reconocer la autodeterminación de género y proteger al colectivo frente a la discriminación y los delitos de odio.

Sin ir más lejos, España ha aprobado recientemente la Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, más conocida como la 'ley Trans', ha permitido a nuestro país subir hasta el cuarto puesto del ranking anual de ILGA-Europe, que mide con porcentajes la situación del colectivo en función de la regulación de derechos y protección existentes en cada territorio. En este sentido, España tiene una nota del 74,10% sobre 100. Por delante se encuentran países como Dinamarca, con un 75,54%, Bélgica con un 76,37% y Malta, que encabeza la lista con un porcentaje del 89,29%.

Aunque los datos confirmen a Europa como uno de los lugares más favorables para el colectivo LGTBIQ+, lo cierto es que al viejo continente aún le quedan muchos deberes por hacer. En todos los países sigue habiendo discursos, sobre todo de movimientos ultraconservadores, que rechazan la diversidad sexual y la atacan directamente, ya que, para ellos, se trata de una grave amenaza contra los valores tradicionales.

Estas voces se ven acentuadas sobre todo en los países del este. Dentro de la Unión Europea encontramos estados que, por su profunda tradición católica, apenas cuenta con una legislación que proteja los derechos de las personas LGTBIQ+. En este sentido, ILGA Europe, sitúa a Polonia como el peor país de la UE para los miembros de este colectivo, con un porcentaje de tan solo 15,05%. Para hacerse una idea, el propio gobierno polaco considera todo lo relacionado con la diversidad sexual como “una ideología tan peligrosa y dañina como el adoctrinamiento bolchevique”. Incluso en el año 2019, un centenar de municipios polacos se autoproclamaron como “zonas libres de LGTB”.

Azerbaiyán es considerado el peor país de Europa para el colectivo LGTBIQ+

Pero si volvemos a revisar el ranking de ILGA Europe, Azerbaiyán es considerado el peor país de Europa para el colectivo LGTBIQ+, con una nota del 2,41%. Le sigue la Turquía de Recip Tayyip Erdogan, con un porcentaje del 4% y Armenia con un 8,41%. Aunque prácticamente al mismo nivel se encuentra Rusia, con un 8,45%, que los últimos años ha reforzado su legislación anti-LGTBI, prohibiendo, entre otras cosas, la “propaganda de relaciones sexuales no tradicionales”.

Oceanía, mar de contrastes

Oceanía es un continente cuyo territorio está compuesto por un total de 14 países, cada uno con su propia legislación en materia LGTBIQ+. Australia y Nueva Zelanda son los países donde más derechos tienen reconocidos y donde están más aceptada la diversidad sexual de sus habitantes. Eso no significan que las islas estén libres de discursos discriminatorios. Por ejemplo, en algunas zonas del sur de Australia aún se llevan a cabo terapias de conversión, a pesar de estar prohibidas en el resto del país. Y hasta 2022, seguían siendo legales en Nueva Zelanda. Pese a ello, son considerados destinos gay friendly.

Pero quitando algunas islas que siguen siendo parte de territorios europeos y por tanto aplican sus leyes, todavía quedan seis islas que siguen penalizando la homosexualidad con entre 3 y 10 años de prisión. Estos países siguen arrastrando parte de su pasado colonial, como Papúa Nueva Guinea o Samoa, lo que castigan es la sodomía y, por tanto, las relaciones entre mujeres sí están permitidas.

También debemos destacar que existe una gran riqueza de identidades de género en la comunidad indígena que ha sobrevivido a las leyes coloniales. Un ejemplo lo encontramos precisamente en Samoa, donde permanece la figura de los Fa’afafine, hombres que son educados como mujeres por sus familias, y que son identificados como un “tercer género” que forman parte de la cultura samoana. No se les determina ninguna orientación sexual, ya que tienen tanto hombres como mujeres como parejas sentimentales y ofrecen muchos servicios sociales en favor de su comunidad, con labores de que van desde la enseñanza a encabezar causas humanitarias, ganando de esta manera mucha popularidad en un país donde está mal visto vestir como mujer si no eres un Fa’afafine.

América, el 'viejo' mundo

América, considerado durante muchos años como el “nuevo mundo” y como una tierra repleta de nuevas oportunidades, sigue arrastrando en parte de su territorio pensamientos del “viejo mundo” en temas LGTBIQ+.

Sin embargo, sería faltar a la verdad el hecho de que, en muchos países del continente americano, han avanzado bastante en reconocer derechos que demandaban, y siguen demandando, los miembros del colectivo. El matrimonio homosexual o, por lo menos, las uniones de hecho, es legal en la mayoría de naciones. Canadá fue calificada en el año 2021 por la revista National Geographic como el destino más gay friendly del mundo, con una legislación que prohíbe la discriminación por motivos de orientación sexual y garantiza el respeto de todos los derechos básicos de las personas del colectivo LGTBIQ+.

Además, países como Argentina han aprobado leyes de identidad de género muy vanguardista, que ha sido copiada por otros gobiernos como los de Panamá, Ecuador, Chile Colombia, Uruguay, Bolivia, Costa Rica y algunos estados de México. Incluso varios estados latinoamericanos, Bolivia, Ecuador, México y Cuba, además de algunas jurisdicciones de Argentina y Brasil, ofrecen una protección constitucional contra la discriminación por orientación sexual. El resto de países, a excepción de Paraguay, Guyana y gran parte de la región del Caribe, cuentan como mínimo con leyes parciales de protección de los derechos y la integridad de la comunidad LGTBIQ+.

Por desgracia, al igual que ocurre en Europa, una cosa es la legislación, que sigue siendo muy importante, y otra muy distinta es la aceptación de la sociedad frente a este colectivo. Toca hablar de países que no solo no tienen leyes favorables en materia de orientación e identidad sexual, sino que además la siguen criminalizando al colectivo con leyes que provienen de su pasado colonial.

Para empezar, tenemos el caso de Paraguay, donde su propia constitución prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo. Y tampoco cuenta con leyes que reconozcan al colectivo LGTBIQ+. Pero esta situación palidece cuando nos trasladamos a varias islas del Caribe como Jamaica, Antigua y Barbuda o Dominica entre otras, donde las penas de cárcel por cometer el delito de sodomía (sexo entre hombres) van desde los 5 a los 15 años. Y en el caso de Guyana, el castigo asciende a la cadena perpetua. Al igual que ocurría con algunas islas de Oceanía, las relaciones entre mujeres no están prohibidas.

Mención aparte merece EE.UU., donde en 2023 se está llevando a cabo una oleada de iniciativas legales anti LGTBIQ+. Según los datos de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles, se han presentado cerca de 500 proyectos de ley contra dicha comunidad en lo que llevamos de año, más del doble que en todo el 2022. Esto ha llevado a la organización a declarar el estado de emergencia para los miembros del colectivo. Entre las leyes más conocidas, se encuentra la aprobada por el gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, la ley denominada popularmente “No Digas Gay” que prohíbe hablar en los colegios sobre cualquier tipo de materia relacionada con la orientación sexual.

Entra en vigor la polémica ley "No digas Gay" en Florida, que prohíbe a los maestros hablar de su orientación sexual

Asia, la muerte social

En Asia, los derechos las personas LGTBIQ+ siguen siendo muy limitados en comparación a otras partes del mundo. Pero poco a poco se puede observar un cierto aperturismo a una legislación favorable para este colectivo en algunos países. Taiwán e Israel cuenta con una amplia gama de derechos reconocidos en el colectivo, siendo el primero el único país de Asia donde es legal la unión entre personas del mismo sexo. Tailandia, a pesar de su legislación poco liberal, es uno de los destinos más tolerantes con este colectivo. Y aunque aún queda mucho camino por recorrer, países como India y Singapur han despenalizado las relaciones homosexuales.

Japón no cuenta con leyes que protejan los derechos LGTBIQ+

Pero a pesar de que la homosexualidad no está castigada en la mayoría de países del sudeste asiático, los gays, lesbianas, bisexuales, transexuales y otras personas con otros tipos de orientación e identidad sexual, siguen sufriendo de mucha discriminación. Japón, por ejemplo, es el único país del G7 que no cuenta con leyes que protejan los derechos LGTBIQ+ y además exige la esterilización forzosa para personas que deseen cambiar de género.

Y si nos vamos a China, la situación empeora considerablemente, donde a pesar de ser legal las relaciones homosexuales, existen políticas de tolerancia cero frente a este colectivo, cuyos líderes políticos consideran una importación de occidente.

Pero la peor situación la encontramos en los países musulmanes, donde la mayoría la homosexualidad está criminalizada. Las penas varían entre los dos años de cárcel a la cadena perpetua, pasando por castigos físicos como la flagelación. Y en un total de ocho países se puede aplicar la pena de muerte. Sin embargo, en cuatro países este extremo solo se trata de una posibilidad que depende de la interpretación de la Sharía, la ley islámica. Son el caso de Afganistán, Pakistán, Emiratos Árabes Unidos y Qatar, mientras que en Brunei actualmente se aplica una moratoria. En Arabia Saudí, Yemen e Irán, las ejecuciones sí son una certeza.

En Arabia Saudí, Yemen e Irán, las ejecuciones sí son una certeza

Aunque cabe destacar que tanto en Pakistán como en Irán sí que están permitidas las operaciones de cambio de género, algo paradigmático teniendo en cuenta la dura legislación es que existe en ambos países contra el colectivo LGTBIQ+. Pero eso no quita que las personas trans son profundamente rechazadas en ambas sociedades.

África, desierto de derechos

Es el continente que concentra más países que criminalizan la homosexualidad. De los 54 Estados africanos, en 32 está considerada como un delito. Y en la gran mayoría de administraciones, la personas LGTBIQ+ son “invisibles” a nivel legal, ni se les reconoce ni se les nombra y, por ende, no están protegidas ante la discriminación y la violencia.

Uno de los casos más sonados este año en los medios de comunicación fue el de Uganda, donde se ha aprobado una de las leyes más duras en materia de derechos LGTBIQ+. Solo con declararse gay se puede condenar a una persona a cadena perpetua.

Aunque los peores países en esta materia son Somalia, Mauritania y en doce estados del norte de Nigeria, donde se puede condenar a muerte a las parejas del mismo sexo.

En Uganda, solo con declararse gay se puede condenar a una persona a cadena perpetua

Como viene siendo habitual, la diversidad sexual es completamente rechazada tanto por las sociedades donde predomina la religión católica como la musulmana. Cualquier sentencia que falle a favor de los derechos de este colectivo, recibe manifestaciones de protesta por parte de las comunidades religiosas más conservadoras.

A pesar de este oscuro panorama, existen en el continente algunos avances en materia de orientación e identidad sexual. Ahí tenemos por ejemplo el caso de Sudáfrica, al que se le puede calificar como un “oasis” en medio de este desierto de derechos. Es el único país africano que ha legalizado en matrimonio entre personas del mismo sexo y cuanta con leyes muy progresista en lo que se refiere a temas LGTBIQ+, lo que ha llevado a que se convierta en una especie de refugio para los miembros de este colectivo que son perseguidos por su condición sexual.