El difícil camino de los psicodélicos en la salud mental: "Solo una investigación seria eliminará los prejuicios"
- Se espera que para el 2027 el sector tenga un mayor crecimiento, llegando hasta los 8,3 mil millones de dólares
- La financiación, un estatus legal y mayor apertura de los comités de ética son los retos que destacan los expertos
LSD, hongos 'mágicos', MDMA, ketamina, psilocibina..., son sustancias que siguen dividiendo a la opinión pública, sin embargo, cada vez más empresas e instituciones se están apuntando a esta línea de investigación. Un sector que busca romper tabúes sobre su uso en el sistema de salud mental, aunque, según apuntan los expertos, requiere muchos matices.
En los últimos años, se ha registrado un aumento del interés de los investigadores sobre la posibilidad de que las drogas psicodélicas (incluyendo las empatógenas y disociativas) sirvan para tratar afecciones médicas como los trastornos mentales. Australia se ha convertido en el primer país en autorizar el uso de psicoterapia asistida con psilocibina, presente en los llamados hongos alucinógenos, y con MDMA, conocida como éxtasis, a partir del próximo 1 de julio. En este sentido, países como República Checa, Alemania, Reino Unido o Estados Unidos, están probando, aunque de manera semiexperimental, en terapia, y se prevé que se desbloquee para su uso clínico más adelante. Algo bien diferente a lo que ocurre en el caso español, donde los pasos están siendo más lentos.
¿Una puerta de entrada a nuevos psicofármacos?
Desde los 2000, se habla de una auténtica revolución en el campo de la psicología, psiquiatría y la salud mental gracias a los avances en los estudios con psicodélicos. Una investigación reciente encontró que 10 de los medicamentos convencionales recetados con mayor frecuencia lograron una diferencia significativa en solo el 15% de los pacientes que lo tomaron. "Los psicofármacos no estaban curando ese trastorno mental sino que lo estaban enmascarando. [...] Por el contrario, la sustancia psicodélica actúa como un catalizador de un proceso psicoterapéutico [...] haciendo que sea más efectivo y por tanto el paciente pueda curarse, sin necesidad de un uso crónico del fármaco", explica Antón Gómez-Escolar, psicofarmacólogo, investigador y divulgador en 'La drogopedia de Antón'.
Desde hace décadas, se llevan estudiando este tipo de sustancias, especialmente por asociaciones como MAPS, sin embargo los pasos eran pequeños. "Antiguamente teníamos a disposición muy pocas técnicas de neuroimagen, no se podía saber el efecto de estas sustancias en el cerebro. Sin embargo, ahora ya se puede ver cómo actúa, tener un mejor conocimiento y control de los efectos y reducir los riesgos", explica este divulgador, quien recalca que la tecnología ha permitido grandes avances dentro del sector.
“Antiguamente teníamos a disposición muy pocas técnicas de neuroimagen“
En un reciente estudio publicado en la revista Nature NeuroScience se demostró en ratones que los efectos positivos de las drogas psicodélicas, pueden separarse de las alucinaciones. Efectos positivos como la neuroplasticidad. "Es el proceso que permite a las neuronas configurar sus conexiones con otras, permitiendo a las redes que forman puedan adaptarse", explica este experto, quien comenta que, gracias a estas sustancias, nuestro cerebro se vuelve mucho más flexible, teniendo una mayor capacidad para aprender.
Sin embargo, Irene Moreno insta a la prudencia en torno a este tipo de estudios clínicos, ya que sus resultados deben de observarse a largo plazo, así como pasar por una serie de importantes filtros debido a los efectos secundarios y riesgos que acompañan, que algunos investigadores relacionan con la psicosis.
Aumento de la inversión en el sector
Los psicodélicos clásicos, que incluyen al DMT, la psilocibina, la mescalina y el LSD, los empatógenos, como el MDMA, y los disociativos, como la ketamina, forman parte de los conocidos como alucinógenos. Se trata de un sector que deja atrás sus años de clandestinidad y que se espera que para el 2027 esté valorado en 8,3 mil millones de dólares"Según los estudios que se están haciendo tratando el estrés postraumático con el MDMA, en el 68% de los casos ya no tienen síntomas", comenta Lucas Fernández, filósofo y presidente fundador de la Asociación Científica Psicodélica. Sin embargo, los efectos de esta sustancia pueden durar varias horas, por lo que se están investigando otros más rápidos como el DMT y el 5-MeO-DMT, con el objetivo de reducir los costes en el tratamiento.
Además de la depresión, la ansiedad, en especial relacionada con el miedo a la muerte en personas terminales, también existen ensayos para el tratamiento de migrañas o las cefaleas en racimo.
“En el 68% de los casos ya no tienen síntomas“
Dentro de este mercado, Europa parece albergar algunos de los actores clave del espacio, como Beckley Psytech en Reino Unido, organización centrada en el desarrollo de medicamentos psicodélicos seguros, quien recientemente obtuvo la aprobación de la FDA para probar un compuesto (5-MeO-DMT) que se encuentra en algunos sapos para tratar adicciones como el alcoholismo. Sin embargo, la aprobación de estas sustancias pasa por cuatro fases, que no destacan por ser especialmente rápidas. Por el momento, salvo la esketamina, solo pueden ser administradas en una etapa preclínica o bajo estudios clínicos controlados en humanos.
Fases de la psicoterapia asistida con psicodélicos
La psicoterapia asistida con psicodélicos se compone de cuatro fases: La primera es conocida como cribado y preparación, donde se evalúa si la persona puede beneficiarse de la experiencia psicodélica de una forma segura o si, por el contrario, tiene algún tipo de condición que pueda hacerla peligrosa. "Si bien son muy seguros a nivel físico, no dan apenas problemas en el cuerpo, y no son adictivos, si que tienen el problema de precipitar episodios psicóticos en personas que tengan está propensión", afirma Gómez-Escolar.
En el caso de que la persona sea acta, se pasa a la fase de preparación psicológica donde se enseña al paciente cómo va a ser la experiencia, cómo sobrellevar las situaciones, gestionar la ansiedad o el miedo, etc. "Se define una intención clara, la cual guiará la experiencia psicodélica", recalca el investigador. La siguiente fase corresponde con la administración de la sustancia, donde el paciente, bien descansado, acude a la clínica para que el terapeuta, con el que ha estado preparando los días anteriores la sesión, le administre la sustancia. Este proceso podrá durar entre 4 o 6 horas, dependiendo del tipo de psicodélico. Mientras, la persona estará tumbada con un antifaz y unos cascos con música. "Está en un viaje introspectivo, pensando en aquellas cosas que vayan emergiendo durante la experiencia", añade.
“Se define una intención clara, la cual guiará la experiencia psicodélica“
En los días posteriores, el profesional trabajará en la conocida como fase de integración. "Consiste en coger toda esa cantidad de ideas que surgieron y empezar a trabajar sobre ellas en la psicoterapia", comenta. Normalmente, los estudios son realizados por parte de universidades y farmaceúticas, quienes subcontratan estudios más pequeños en diferentes partes del mundo. Sin embargo, no todos los casos son así. "El caso del MDMA es excepcional, [...] ya que lo está promocionando una asociación, MAPS", explica Carlos Alonso, fundador de inawe, un Observatorio y plataforma de divulgación sobre el uso de psicodélicos en contexto terapéutico. "Gracias a estos avances se va a aprobar en un periodo de 1 o 2 años su uso para estrés postraumático", añade.
Una situación lenta en España
A principios de los años 2000, se realizaron los primeros ensayos clínicos con el uso del MDMA en la Universidad Autónoma de Madrid de la mano del investigador José Carlos Bouso. El tratamiento se centraba en el estrés postraumático presente en mujeres que habían sufrido violencia sexual. "Fue pionera [...] se estaba demostrando un éxito extraordinario, sin embargo, cuando esto se filtró a la prensa, la Universidad, por presiones políticas y mediáticas, canceló los ensayos", explica Lucas Fernández.
Este experto resalta que, en la actualidad, los pasos que se están dando en materia de ensayos son lentos en nuestro país, destacando el estudio de la ibogaína y la psilocibina. Esta primera sustancia, procedente de una planta africana, se ha centrado en adicciones a opiodes, como la metadona. "El éxito ha sido extraordinario. Con 5 sesiones, mientras se va incrementando la dosis, la mayoría de los pacientes consiguen desengancharse", comenta este filósofo.
“Con 5 sesiones [...] la mayoría de los pacientes consiguen desengancharse “
"Hay otros dos ensayos que se encuentran en una fase incipiente con psilocibina, el principio activo de los hongos alucinógenos. Uno en Barcelona y otro en Sevilla", recalca. Las últimas informaciones que ha recibido hablan de que ya se están reclutando a pacientes con depresión resistente al tratamiento. Este experto comenta como el tipo de sociedad y su exposición al discurso de los medios de comunicación acerca de este tema son factores que explican los avances mayores o menores en su investigación. Actualmente, solo la ketamina, y su derivada (la esketamina), son utilizadas dentro del sistema público en España.
La falta de financiación, la escasa formación, el estatus legal y una mayor apertura de los comités de ética, encargados de la evaluación para su aprobación, son los principales retos a los que apuntan los especialistas. "El caso de los psicodélicos, frente a otros fármacos, es diferente, ya que son compuestos prohibidos y fiscalizados internacionalmente", compara Antón. Al mismo tiempo, este divulgador destaca que queda mucho por saber sobre los mecanismos de acción profundos de estas sustancias, así como encontrar la "forma perfecta" de administrarlas.
Un cambio largo y difícil en la percepción
En el ámbito de la psicofarmacología, Antón destaca que los últimos avances importantes han sido en los antidepresivos convencionales, pero sin grandes logros. "La bombilla no se inventó mejorando la vela. Hace falta una innovación radical que no sea seguir trabajando e intentando mejorar las moléculas que ya conocemos y que, por mucho que trabajemos con ellas, la eficacia no va a ser mejor", defiende.
"Solo la investigación seria y la difusión de los resultados, bajo cautela, permiten acabar con [...] los prejuicios", argumenta, por otra parte, Lucas. En este sentido, Jaime Rojas recalca cómo, pese al veto que ha existido durante años por los riesgos que se asocian a este tipo de sustancias, cada vez existe una mayor inversión en estudios por parte de instituciones prestigiosas, así como una mayor demanda por parte de la población. "Fíjate como de desesperada está la gente, la cual ha probado todo tipo de tratamientos, que incluso nos preguntan si clandestinamente lo hacemos", agrega.
“Solo la investigación seria y la difusión de los resultados, bajo cautela, permiten acabar con [...] los prejuicios“
Estos potenciales fármacos del futuro no estarán listos de la noche a la mañana. El proceso de desarrollo, prueba, licencia y distribución hemos visto que es largo. Una vez que las agencias reguladoras aprueban un medicamento, pasa de ser una sustancia ilícita a una reconocida. Sin embargo, para ganarse su respaldo, el sector necesita seguir ganando argumentos clínicos a largo plazo, así como conseguir ganarse a la opinión pública, aun bastante dividida.