Sandrone Dazieri: "Las enfermedades mentales siguen dando miedo"
- RTVE.es entrevista al escritor italiano, creador del Spaguetti crime, o thriller pegado al presente
- Presenta No huyas, su última novela con dos líneas temporales sobre un asesino en serie
Sandrone Dazieri (Cremona, 1964) es quizás junto al fallecido Andrea Camilleri uno de los escritores de suspense más populares y exitosos de Italia, pero hasta aquí se alargan las coincidencias.
El cremonés escogió el camino consciente de cabalgar muy pegado a lomos del presente: vertiginoso y mutable. Este artesano de la palabra trabajó como periodista y cocinero, una profesión que abandonó porque pasaba horas preparando platos que engullían en cinco minutos, relata divertido.
El también guionista no reniega del tradicional Giallo (la novela negra italiana) pero es uno de los abanderados del Spaguetti crime: una vertiente del thriller que se adentra en las trampas de internet, el terrorismo o la precariedad.
Lenguaraz, reflexivo, risueño y conversador infatigable que no esquiva las preguntas espinosas, quizás reflejo de su pasado como reportero de investigación, la bonhomía que desprende contrasta con la oscuridad densa que abunda en sus novelas que bordean el gore.
Sandrone Danzieri cocina ambientes enclaustrados donde serpentean perdedores en los márgenes a los que aplica el escapelo psicológico descarnado. "Yo soy un inadaptado y mis personajes también porque no se acoplan a los mecanismos normales del mundo y los evidencian".
Y desarrolla la clave de la atracción de sus textos. "La violencia nos fascina en la novela negra porque es algo liberador, es algo que no haríamos en nuestra vida pero a mi me interesa saber por qué alguien se convierte en asesino", explica.
Tras cerrar la serie de los investigadores adrenalíticos Colomba y Dante, el novelista retorna con No huyas (Alfaguara) donde levanta una arquitectura formal colosal enredada en angustia con una eclosión final "inevitable". Una novela coral sobre un asesino en serie y un secuestro con personajes en todos los peldaños de la escala de grises enfocada en la corrupción.
Muy estilo Danzieri en la forma y el trasfondo porque subraya sin descanso que busca el divertimento ligero, sí, pero también depositar sus dilemas morales en los lectores a los que plantea preguntas aunque "no tengo que enseñar nada", indica con modestia en una entrevista para RTVE.es a su paso por España.
PREGUNTA: Afirma que la literatura ayuda a entender la realidad y la tecnología, pero con la Inteligencia Artificial se cuestionan los límites éticos en su aplicación, ¿como creador que opina del uso de la IA en las artes?
RESPUESTA: No creo que la Inteligencia Artificial pueda crear arte aunque sí puede volver a elaborarlo. Hasta ahora tenemos un ejemplo de expertos que cogen lo que hay y lo reproducen. Lo que sí puede provocar son formas nuevas de desempleo porque puede ser un atajo para los empresarios para ahorrar costes. No solo hablo de fábricas de calzado, también de periódicos, televisión o lo que tiene que ver con el mundo artístico. Creo que a los que hacen Inteligencia Artificial no les interesa nada el arte pero sí manipular la realidad a través de la tecnología.
Hemos creado un mundo en el que las noticias llegan en digital y se pensaba que la imagen era objetiva. Ahora hemos visto que no, ya que se utiliza para relatar una historia que no existe. Ahí radica el problema pero también es una posibilidad: si no me puedo fiar de internet me tendré que fiar de las personas, de los periodistas que asumen las responsabilidades. Eso es algo positivo siempre que se les deje trabajar de esta forma.
“Las cosas avanzan cuando se supera el egoísmo personal“
P: En la novela existen dos líneas temporales en Italia separadas por treinta años: en el pasado reina la corrupción, el machismo, la homofobia, algo que desaparece en el presente, ¿se han producido transformaciones sociales o cree que podría haber una involución?
R: Creo que las cosas han cambiado a mejor. Incluso cuando yo tenía 20 años, en los 80, los insultos racistas eran lo normal. Si querías insultar a una persona le decías que era homosexual o que su madre era una puta. Había una regla es que si te decían que eras un hijo de puta tenías que pelear. Esto ha cambiado completamente pero no quiere decir que se haya transformado la sociedad que tiene a su alrededor. Estoy muy contento de que dos personas homosexuales se puedan casar pero en Italia no pueden ni tampoco adoptar.
Las cosas avanzan porque se ha superado el egoísmo personal pero no lo hacen por sí solas. Las mujeres han luchado para conseguir el derecho al voto porque los movimientos civiles han ayudado, pero el mundo de la economía sigue siendo corrupto y esto crea corrupción moral y material que son dos cosas distintas.
La corupción moral dice: haz lo que quieras y pasa de los demás y así actúan los hombres de éxito. Cierro un ojo y te doy dinero, ya no soy malo porque nadie sabrá que soy una persona mala. Ahora se le dice al juez o al policía vente con nosotros a nuestro partido. La única forma de solucionarlo es divulgar la cultura y contar la realidad tal cual es.
"Muchos escritores solo se miran el ombligo"
P: Otro de los temas de No huyas es el de la salud mental. Usted ha hablado abiertamente sobre la importancia de recibir ayuda y sus tratamientos desde niño, ¿cree que ha dejado de ser un tabú?
R: Mi padre falleció cuando yo tenía cuatro años y esto acarreó problemas a toda mi familia. Es una mochila que llevo y me hizo pasar por malas rachas. Recurrí a la psiquiatría y a la psicología para no tener que despertarme por la noche y gritar.
Un paciente mental es una persona que siempre lo será y es algo que tienes que aceptar. El tabú es decirle a alguien que está loco y que siga siendo un insulto. Flota la idea de que la persona que tiene problemas de salud mental hay que encerrarla y dejarla en ciertos centros. En los 70 hubo un movimiento para clausurar los manicomios pero la enfermedad mental sigue dando miedo. Siempre le digo a todo el mundo que nadie es normal en la distancia corta, tampoco tú. Hay mucha presión social y viene desde el poder que decide lo que es normal y lo que no.
P: Se publica mucha novela negra, ¿cree que hay una burbuja de este tipo de género o existe margen para la innovación?
R: Un escritor debe intentar innovar en cada novela e intentar cambiar el presente aunque este cambie rápidamente. El 99% de los escritores y no solo hablo de novela negra se niegan a hablar de esto porque hablan de la vida, del amor o de sus propias historias. Construyen libros divertidos e intrigantes pero siempre con los mismos personajes que cristalizan y se convierten en inútiles. Es el modo de la novela burguesa, que realmente no me interesa nada, pero es la que está triunfando actualmente.
P: ¿Se refiere a la literatura autobiográfica o vivencial?
R: Sí, digamos que se puede escribir una biografía y al mismo tiempo hablar del mundo o solo mirarte el ombligo y hablar de ti aunque el primer caso es mucho más difícil.
Con respecto a la abundancia de novela negra, también sacan muchas canciones y el 90% son horrorosas. Pero eso no impide que los buenos puedan escribir canciones buenas. No, no creo que afecte. Al fin y al cabo, uno puede escuchar lo que quiera. La cuestión es cuánto éxito quieras tener. Yo también quiero ser rico, evidentemente, pero intento mantenerme siempre en el camino de hacerme un poco rico y también contar mis cosas.