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La desinformación en España y Portugal: 1.797 desinformaciones verificadas desde 2021

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Presentación del informe del proyecto Iberifier en la Fundación Telefónica de Madrid, con el sello VerificaRTVE en naranja
Presentación del informe del proyecto Iberifier en la Fundación Telefónica de Madrid

El fenómeno de la desinformación constituye en la actualidad una de las principales preocupaciones y amenazas de los países democráticos. El auge de las redes sociales ha provocado que los desinformadores propaguen los bulos y falsedades cada vez con mayor celeridad, a veces incluso más rápido que la información real y contrastada. Esta propagación de la desinformación la estamos viendo también en España y en Portugal, abarcando ámbitos como el político, el social o el económico. Para estudiar en profundidad este fenómeno, el proyecto Iberifier ha analizado más de 1.700 desinformaciones investigadas por los verificadores y medios que conforman este observatorio, con el objetivo de analizar en detalle el impacto de las falsedades en ambos países.

Desde la puesta en marcha de Iberifier en 2021, los verificadores y medios que conforman este observatorio han verificado un total de 1.797 desinformaciones. Financiado por la Comisión Europea, Iberifier es un centro de investigación vinculado al Observatorio Europeo de Medios Digitales (EDMO, del que forma parte VerificaRTVE) y que cuenta con la participación de un total de 23 entidades de España y Portugal, entre universidades, verificadores y centros de computación. Este proyecto analiza el ecosistema de medios digitales en los dos países vecinos y aborda el problema de la desinformación en la península ibérica.

En el acto de presentación del informe de Iberifier sobre el impacto de la desinformación en España y Portugal, celebrado en la Fundación Telefónica en Madrid el 4 de julio, la CEO de la Fundación Maldita.es, Clara Jiménez Cruz, ha explicado que de las más de 1.700 desinformaciones verificadas por Iberifier desde octubre de 2021, “el 50 por ciento es política y el 20 por ciento de ese 50 se centra en procesos electorales”. “El 10 por ciento del total corresponde a Ucrania”, ha indicado, antes de señalar que se han observado otras temáticas recurrentes como el cambio climático, los temas migratorios, las cuestiones de género o temas relacionados con la ciberseguridad.

Jiménez Cruz ha dicho que “los desinformadores se enganchan a las noticias de actualidad” y que, por esa razón, “no siempre circula sobre lo mismo”. A su juicio, una de las claves para luchar contra la desinformación en España es “crear comunidades” que ayuden a contrarrestar el impacto que tiene la desinformación. De acuerdo con los datos del Eurobarómetro número 96 publicado en 2022, el 82 por ciento de los españoles considera que la desinformación es un problema para el país y para la democracia en general. El estudio refleja además que el 54 por ciento de los españoles afirma que identifica fácilmente estos contenidos desinformativos.

Mapa que muestra en porcentaje la percepción que tienen los ciudadanos de la UE de la desinformación como un problema / Fuente: Eurobarómetro nº96

Mapa que muestra en porcentaje la percepción que tienen los ciudadanos de la UE de la desinformación como un problema / Fuente: Eurobarómetro nº96 VerificaRTVE

Sobre el uso que damos en la actualidad a nuestros dispositivos móviles, Carlos Franganillo, moderador del acto de presentación del informe de Iberifier y presentador de la segunda edición del Telediario de TVE, ha resaltado el salto tecnológico que se ha experimentado a nivel internacional en los últimos quince años. “Todos hoy en día llevamos computadoras tan potentes en los bolsillos capaces de emitir información, de grabar, de distribuir y de replicar muchos contenidos y mensajes”, ha afirmado.

En su informe Análisis del impacto de la desinformación en los ámbitos político, económica, social y de seguridad, modelos de gobernanza y buenas prácticas: los casos de España y Portugal, Iberifier aborda un estudio comparativo del impacto de la desinformación en la península ibérica en contextos específicos como las falsedades difundidas sobre la pandemia del nuevo coronavirus o las relacionadas con la guerra de Ucrania.

En el caso de España, el investigador principal de Lengua y Cultura española del Real Instituto Elcano, Ángel Badillo Matos, ha destacado algunos factores que explican por qué el fenómeno de la desinformación está emergiendo en este país. “Cuando un sistema garantiza la libertad de expresión es más difícil combatir la desinformación porque no puedes prohibir ciertos mensajes de la esfera pública”, ha indicado. Otro de los puntos mencionados por Badillo es la “polarización ideológica y afectiva” que se está produciendo en España. También ha señalado el aumento de las campañas de desinformación en español y ha asegurado que estos contenidos creados para afectar a cualquier país hispanohablante pueden llegar a España con mayor facilidad que la desinformación construida en otros idiomas.

María José Rementería, investigadora del Centro de Supercomputación de Barcelona, ha destacado que el informe de Iberifier permite medir el impacto social de las desinformaciones. Así, se ha referido a que la desinformación puede tener un menor impacto, de tipo superficial, y puede alcanzar una mayor intensidad, generando un “cambio de actitud” o un “refuerzo” de una posición previa. En el siguiente nivel, puede derivar en un “cambio de comportamiento” y en el escalón más grave se traduce en “un impacto social” que se materializa, por ejemplo, en la “reducción de la confianza institucional”. Según esta investigadora, “el impacto de las campañas de desinformación depende de la confianza y credibilidad en las instituciones” porque “cada país tiene reacciones diferentes” ante este tipo de contenidos. Rementería ha señalado que estas campañas desinformativas “siempre apelan a la emoción” y ha advertido de que la situación se dirige “hacia una polarización de la sociedad que es muy peligrosa porque hace que no haya diálogo”.