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Análisis | Cumbre de la OTAN

Suecia, un año a la espera de ser de la OTAN por el veto turco: "Si la ecuación es correcta, Erdogan lo permitirá"

  • Se esperaba que después de las elecciones turcas, Ankara diera luz verde a la entrada de Suecia 
  • Suecia y la OTAN afirman que Estocolmo ha cumplido su parte del acuerdo alcanzado en la cumbre de Madrid

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El submarino sueco HMS Gotland en un puerto en la base naval de Karlskrona, en Suecia
El submarino sueco HMS Gotland en un puerto en la base naval de Karlskrona, en Suecia

Más de un año después de que Turquía, Finlandia y Suecia firmaran un acuerdo en la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid por el que Ankara aceptaba la entrada de los dos países nórdicos en la Alianza Atlántica, el Gobierno turco continúa bloqueando el ingreso de Suecia.

El objetivo de Estocolmo de conseguir su incorporación a la OTAN en la cumbre que celebra la Alianza los días 11 y 12 de julio en Lituania parece complicado. Turquía exige que Suecia tome medidas para impedir las protestas que se celebran en el país escandinavo en contra del Gobierno turco antes de obtener la luz verde para unirse a la Alianza.

"Para muchos aliados, lo que Turquía está pidiendo son realmente concesiones políticas de Suecia que se diferencian de preocupaciones por la seguridad nacional", afirma a RTVE.es Christopher Skaluba, quien dirige la Iniciativa de Seguridad Transatlántica en el think tank Atlantic Council.

"Desde el punto de vista turco, dirán que no son concesiones políticas y que, de hecho, su principal desafío en seguridad nacional es responder al terrorismo. En particular, el terrorismo procedente del PKK, que Estados Unidos y otros países definen como una organización terrorista", señala en referencia al Partido de los Trabajadores del Kurdistán. "Es una perspectiva que está muy mezclada", añade.

Por su parte, Carlos Ortega, doctorando en Política en la Universidad de Estambul, opina que "a la larga, Suecia acabará entrando, pero las demandas de Turquía son cada vez más en lugar de cada vez menos". "Todo es una transacción, tú me das y yo te doy, es la política exterior de Erdogan. Si la ecuación le sale correcta, Erdogan permitirá a Suecia entrar", asevera.

Concesiones a Turquía para que levante el veto

El Gobierno turco asegura que Suecia no se toma en serio sus preocupaciones de seguridad y recalca que no ha cumplido con el acuerdo alcanzado en la cumbre de la Alianza de Madrid.

Turquía ha dicho en reiteradas ocasiones que Suecia debe tomar medidas contra el PKK y los miembros de la organización del clérigo turco Fethullah Güllen, a la que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, acusa de llevar a cabo un intento de golpe de Estado en 2016.

Ankara trata a ambos grupos como organizaciones terroristas y señala que Estocolmo alberga a miembros de estos grupos. Por ello, Turquía exige su extradición como un paso hacia la ratificación de la entrada de Suecia a la OTAN.

"La versión oficial turca es que Suecia y la OTAN son incapaces de responder a las necesidades de seguridad de Turquía. Dice que hay terroristas, que dieron un golpe de Estado en 2016, que hay un problema de terrorismo y Suecia tiene que responder", explica Ortega.

Para Turquía, Suecia "no ha hecho ninguna concesión". "Al principio había tres demandas: no apoyar a asociaciones relacionadas con el PKK kurdo, abandonar los embargos impuestos a Turquía por la invasión del norte de Siria y extraditar a los sospechosos de terrorismo. Ankara considera que Suecia no está colaborando con Turquía para la seguridad común", detalla Ortega.

Tanto el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, como el Gobierno sueco aseguran que Estocolmo ha cumplido su parte del acuerdo alcanzado en la cumbre de Madrid, incluida la promulgación de una nueva ley antiterrorista en el país.

La ley, que entró en vigor a principios de junio, tiene por objetivo tipificar como delito de terrorismo la pertenencia a determinadas organizaciones kurdas en Suecia e impone hasta cuatro años de prisión a quienes participen en actividades terroristas o cooperen con organizaciones terroristas.

"Según el Gobierno sueco y el secretario general de la OTAN, Suecia ha cumplido todo lo que se acordó en el acuerdo trilateral entre Turquía, Finlandia y Suecia. Este acuerdo establece condenar al PKK, algo que Suecia ha hecho", indica a RTVE.es el profesor asociado de la Universidad de Defensa Sueca, Jacob Westberg. "También tenemos una legislación que hará más difícil para una organización terrorista recoger fondos en Suecia, convirtiéndolo en un delito", añade.

En los últimos meses, se han celebrado en Estocolmo manifestaciones en las que los participantes colgaron imágenes de Erdogan de postes de luz e incluso ondearon banderas del PKK. Por esta razón, Turquía considera que el cambio de legislación en Suecia "no tiene sentido" si los partidarios del PKK siguen celebrando protestas en el país.

La quema del Corán "agita las aguas"

Durante el primer día de la celebración del Eid al Adha, la mayor festividad de los musulmanes, un hombre quemó un ejemplar del Corán en Estocolmo, en una concentración a la que acudieron alrededor de 200 personas.

El acto fue permitido por la Policía sueca y se produjo después de que los tribunales del país anularan, alegando la protección de la libertad de expresión, las decisiones policiales de prohibir las manifestaciones contra el Corán.

En reacción a esta situación, el ministro turco de Asuntos Exteriores, Hakan Fida, se preguntó si el ingreso de Suecia en la OTAN sería una carga o un beneficio para la Alianza y recalcó que su país no veía con buenos ojos la futura incorporación sueca.

"En el acuerdo alcanzado en Madrid no se especifican algunas de esas demandas que Turquía ha presentado posteriormente", recalca Westberg. "Por ejemplo, no trata la idea de limitar los derechos de manifestación o la libertad de expresión. Entonces lo que parece ser el mayor problema actualmente es que algunas personas en Suecia emplean este derecho a la libertad de expresión para quemar el Corán, pero no es parte del acuerdo como tal", añade.

Tras las elecciones presidenciales celebradas a finales de mayo en Turquía, en las que Erdogan logró la victoria para gobernar durante un tercer mandato, se esperaba que el Gobierno turco diera luz verde a la entrada de Suecia en la Alianza. Sin embargo, Ankara ha añadido nuevas condiciones que Estocolmo debe cumplir.

Skaluba asegura que se siente "sorprendido de que esto continúa una vez que han pasado las elecciones en Turquía". "Parecía que esta cuestión tendría menos importancia para Erdogan desde una perspectiva política", señala.

"Por lo que sé de lo que me han dicho y lo que he estado escuchando sobre las negociaciones entre Turquía y Suecia, no había una tonelada de progresos, pero tampoco una marcha atrás. Había una sensación de que estaba listo para llegar a un acuerdo de algún tipo y se creía que se llevarían estas negociaciones a Vilna, para anunciar en la propia cumbre que al final cedía. Da la impresión de que la quema del Corán ha agitado las aguas un poco", opina el experto del Atlantic Council.

Por su parte, Ortega recalca que el presidente turco está empleando el asunto de la adhesión de Suecia para sacar beneficios políticos. "La realidad es que Turquía quiere apuntarse esos goles. Al final estas personas son miembros del PKK, que es una organización terrorista internacional, y en el caso de que sean extraditados eso sería un gol", afirma desde Estambul.

"Gracias a estas tensiones, Erdogan ganó mucha popularidad en las elecciones. En mi opinión, todo esto es parte de una nueva campaña para las elecciones locales", añade.

Entrar en la OTAN, una prioridad nacional

La invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 llevó a Suecia y Finlandia a solicitar el ingreso en la Alianza tras verse amenazadas por su vecina Rusia, una decisión que para Suecia supuso un giro histórico, tras llevar dos siglos sin participar en un conflicto armado fuera de sus fronteras y sin unirse a una alianza militar.

"Los suecos están claramente inquietos por el clima de seguridad en una parte del mundo que está muy cerca de ellos", explica Skaluba. "Sienten la necesidad de unirse a la OTAN después de siglos de neutralidad. Claramente, entrar en la Alianza es una prioridad nacional", añade.

Suecia ya coopera estrechamente con la Alianza y cuenta con una fuerza aérea y una flota de submarinos adaptada a las condiciones del mar Báltico, lo que supone un impulso para la OTAN en la región.

El Gobierno sueco ha admitido que su seguridad ha mejorado tras solicitar su ingreso en la OTAN. Ha recibido garantías de apoyo de países como Alemania, Estados Unidos o Reino Unido y Stoltenberg ha dicho que sería inconcebible que la Alianza no apoyara a Suecia en caso de que se viera amenazada.

Westberg subraya que el hecho de que Suecia no entre en la OTAN "no es solo un problema para Suecia". "Es un problema para todos en la región del mar Báltico", recalca. "Todos los socios de la OTAN de la región del Báltico están muy interesados en que Suecia entre tan pronto como sea posible porque les preocupa también su seguridad", indica.