Compañerismo, tradición y sustos en el encierro: la historia de cinco corredores de San Fermín
- Alberto, Patxi, Bruno, Gerardo y Pimpín, cinco mozos con vivencias únicas para el recuerdo
- Los toros de Fuente Ymbro han dejado en este cuarto encierro momentos tensos y siete hospitalizados
Llega el ecuador de las fiestas de San Fermín 2023, con el cuarto día de encierros en los que se aprecia menos afluencia de corredores, pero los mismos nervios previos a la carrera frente a la hornacina. Son numerosas las historias que asoman en la capital navarra, tantas, como mozos y mozas acuden a los encierros. Todas ellas tienen nombre y apellidos, como es el caso de Alberto, Patxi, Bruno, Gerardo y Pimpín. No vienen de la misma ciudad, ni siquiera comparten generación y, sin embargo, la pasión por correr delante de los astados es compartida.
Este lunes ha sido el turno de los de Fuente Ymbro, una ganadería fuerte y rápida, que, sin embargo, cada año, hacen gala de su nobleza. Las últimas informaciones hablan de once incidencias, entre ellas siete han requerido traslados al hospital.
"Le llevaba a hombros de pequeño y ahora corre a mi lado"
Experimentar la desazón previa al escuchar el cohete que anuncia la apertura de los corrales de donde saldrán los morlacos calle abajo, es un sentimiento único. Algo que conocen bien Patxi y Bruno, quienes recuerdan con un destello especial en los ojos, las primeras veces que el más joven acudió a los Sanfermines. Patxi rememora cómo le llevaba sobre los hombros ante la mirada de ilusión y sorpresa de un pequeño Bruno que hoy supera en altura a su portador.
"Empecé a llevarle con las peñas, participaba de las fiestas y era algo que desde pequeño le entusiasmaba", relata Patxi mientras le devuelve una amplia sonrisa de complicidad a su compañero de fiestas navarras.
Y fue unos años más tarde cuando Bruno se armó de valor y empezó a correr en los Sanfermines al lado de su maestro: "Cuando llega el día en que estás corriendo no te lo crees. Patxi es un corredor experimentado, es un privilegio para mí", explica.
Durante el encierro, tanto Bruno como Patxi intentan correr juntos, aunque aseguran que no siempre es tarea fácil: "El mejor consejo es tener serenidad, intento sustentarlo y verlo feliz. Intentamos estar juntos, aunque es difícil porque con todos los corredores se complica", concluye Patxi, el corredor más veterano que conforma esta pareja de amigos.
"Lo importante de hoy era acabar entero"
En 'La Hora de la 1' también hablamos con el corredor Alberto Ariza sobre su experiencia en los encierros de San Fermín. En este cuarto día de carrera se han vivido momentos de máxima tensión protagonizados por unos toros de gran tamaño y musculatura: "Siempre corro en la curva de Telefónica y precisamente este lunes he corrido mal. Era un encierro difícil. Lo importante de hoy era acabar entero", explica.
"Cuando corres en lo que estás pensando es en buscarte hueco, el braceo de los corredores te sale solo, es instintivo. Cada carrera es un mundo, a veces acabas y estás muy contento, pero cada día es una cosa nueva. Cuando ves a un compañero que ha sido pillado es difícil gestionarlo, pero es parte de la esencia, si no tuviéramos ese miedo al toro no sería lo mismo", relata este corredor experimentado.
Para finalizar, Ariza ha confesado lo que supone para él correr en Sanfermines:"Es un sueño que tengo desde niño, me levantaba, me ponía el 'pañuelico' al cuello y veía el encierro. He tenido la suerte de que ahora esos corredores que yo veía y admiraba por la tele son ahora mis amigos. Estar delante de los toros es muy bonito".
"Los segundos debajo del toro se hacen muy largos"
No todas las carreras de los encierros acaban con final feliz. Algunos resultan más accidentados que otros. Es el caso de Gerardo Fortuño un corredor habitual de las fiestas de Pamplona, natural de Villareal, Castellón. Este domingo sufrió una caída aparatosa en los encierros que le mantiene hospitalizado: "Los segundos se hacen muy largos debajo del toro cuando te está embistiendo. Yo sabía que el resto de morlacos venían detrás e intenté evitar la montonera. Luego me pisó varias veces y me encontré al toro cara a cara", relata.
Tras el susto, Gerardo está deseando conocer a los dos mozos que le echaron una mano y sobre todo al que cogió el rabo al animal. Asegura que "gracias a ellos no fue a peor": "A ver si tengo suerte y puedo hablar con ellos", apunta desde la cama del hospital.
Precisamente Pimpín es el mozo que tiró del rabo de este toro, no se lo pensó dos veces y actuó para evitar que el toro cornease más veces a Gerardo: "Tenemos años de experiencia, vi que había alguien en peligro y actué, solo pensé en ese compañero".
"No pasé miedo, es algo que se me hace fácil hacerlo. Mi intención era llegar y poder girar al toro. Todavía no he hablado con Gerardo, pero me han comentado que quería hablar conmigo y le llamaré y charlaremos un rato. Siento que no hice más de lo que debía", finaliza Pimpín.