Cuatro de cada cinco menores palestinos detenidos por el Ejército israelí son objeto de agresiones y abusos sexuales
- Así lo ha revelado una investigación de Save the Children, que detalla incluso restricción a su acceso a comida
- Los menores palestinos aprenden a manejar cámaras para luchar contra la ocupación israelí
Cuatro de cada cinco menores palestinos detenidos por el Ejército israelí, según ha revelado una investigación de Save the Children.
La investigación detalla incluso agresiones o tocamientos en sus genitales, desnudos forzados, restricción a su acceso a comida y medicamentos, así como a sus familiares, en una odisea que desemboca en insomnio y pesadillas para una nueva generación completamente desilusionada con su futuro dentro del conflicto israelí-palestino.
La nueva investigación se lanza coincidiendo con la presentación que realizará, este lunes, la relatora especial sobre la situación de los Derechos Humanos en los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese, ante el Consejo para los Derechos Humanos de la ONU, ante el que presentará pruebas sobre las circunstancias de las detenciones anuales de entre 500 y 1.000 menores que acaban retenidos en centros de detención militar israelíes.
Los menores, denuncia la ONG, son interrogados en lugares desconocidos sin la presencia de sus padres o tutores legal, a veces sin poder pedir asistencia a los abogados.
Las cámaras, la única arma para luchar
Ante los abusos del Ejército israelí, las cámaras son "la única arma que tienen que utilizar para luchar contra la ocupación israelí", nos cuenta Imad Abu, activista incansable, que da clases a adolescentes en el manejo de una cámara. Documentar y denunciar todas las agresiones, es la único válido en un juicio.
Fue el ocurrido con dos palestinos en 2016. Tras un apuñalamiento, un soldado Israelí fue atendido mientras dos palestinos yacían en el suelo, uno de ellos seguía con vida. Nadie lo atendió y antes de abandonar el lugar, un militar lo ejecutó. Las imágenes sirvieron de prueba en el juicio contra el soldado, condenado a nueve meses de cárcel.
Por ello aprenden a manejar las cámaras. En las clases teóricas, reciben nociones técnicas de una cámara, a grabar desde el mejor ángulo y a garantizar su seguridad. "Yo grabo cuando veo algo que me parece que es un abuso", dice Jana, "pero nunca a menos de 25 metros de distancia". Además, disponen de tres cámaras para poner en práctica lo aprendido.
El material, en lugares seguros
La ciudad de Hebrón está dividida en dos, una parte bajo control palestino y otra bajo control israelí. Los palestinos no tienen libertad de movimiento y para pasar de una zona a otra deben pasar diariamente un check point.
Ahí es donde se producen muchas de las escenas que captan las cámaras de estos jóvenes. "Yo muchas veces siento miedo, pero creo que es muy importante que se grabe", dice Farah.
El material se guarda en un lugar seguro. Es importante que no lo confisquen porque puede ser una prueba judicial.