Vox se erige como pieza clave para desalojar a Sánchez de la Moncloa "sin chantajes" del PP
- Las encuestas pronostican una caída de escaños que, sin embargo, serían suficientes para gobernar en coalición con el PP
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Vox ha convertido el “no regalaremos nuestros votos” en su máxima de cara a las elecciones generales del 23 de julio. Ya lo advirtió en los comicios autonómicos y municipales y lo acabó cumpliendo al cerrar dos pactos de gobierno con el PP en la Comunidad Valenciana y en Extremadura y en más de 140 ayuntamientos. Ahora llega el turno de Santiago Abascal, el líder de una derecha "sin complejos" que, tras dos mociones de censura fallidas esta legislatura, ve una oportunidad de desalojar a Pedro Sánchez de La Moncloa este 23J y hacerlo, tal como auguran las encuestas, de la mano de un acuerdo con los populares.
Mientras las voces más críticas del PP acusan a Vox de “anteponer los sillones a las políticas”, por ejemplo en la Región de Murcia, donde la investidura de Fernando López Miras parece abocada al fracaso; la formación que preside Santiago Abascal defiende entrar en los gobiernos para cambiarlo todo desde dentro. Y recuerdan que la pasada legislatura ambas formaciones firmaron un acuerdo programático en esa región y el PP “no cumplió ningún punto del acuerdo".
Lo cierto es que la estrategia que comenzó en Castilla y León en 2022, que forzó al popular Alfonso Fernández Mañueco a incorporar por primera vez en España a un partido de extrema derecha en un gobierno, ha seguido prosperando y Vox ha hecho valer sus votos allí donde han sido necesarios. “No vamos a ceder a chantajes del PP”, insisten los de Abascal.
El propio Alberto Núñez Feijóo ha avalado públicamente los acuerdos autonómicos, pese a las reticencias iniciales. Y, en previsión de lo que pueda ocurrir tras el 23J, ha defendido que no suponen "renunciar a sus principios", en clara referencia a las posiciones que Vox mantiene en temas como la violencia de género, el colectivo LGTBI o el negacionismo climático.
De hecho, en los últimos días ha ido un paso más allá y ha reconocido que es "lógico" que Vox entre en los gobiernos en aquellos lugares donde el PP necesite sus votos afirmativos. Si bien marca una barrera de 150 diputados para gobernar en solitario, algo que los de Abascal rechazan de plano: “El PP consiguió una mayoría absoluta en 2011 y no sirvió para nada. Imagínense lo que pueden ser 150 o 160 diputados del PP. Nuestro compromiso es protagonizar un cambio y derribar todo lo que ha hecho la izquierda”.
De momento, los sondeos auguran una clara victoria para Alberto Núñez Feijóo, aunque lejos de la mayoría absoluta para gobernar "sin intermediarios", como Feijóo propone. El PP no obtendría por sí solo más diputados que la suma de la izquierda, por lo que necesitaría los votos afirmativos de Vox para llegar a la Moncloa. La suma de ambos se quedaría en 176 escaños, cifra en la que se encuentra la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados.
Los de Abascal, no obstante, reducirían su representación en la Cámara Baja de los 52 diputados actuales hasta 39, según el promedio de sondeos de DatosRTVE. Una cifra de la que desconfían en el partido, al considerar que las encuestas se han convertido “en máquinas de propaganda política” que buscan desmovilizar a su electorado.
Abascal planta cara al PP con un discurso más duro
Abascal se ha marcado como objetivo prioritario desalojar a Sánchez de La Moncloa, pero también mantener a su partido como tercera fuerza política en el Parlamento. Para ello, el líder de Vox ha pasado de centrar sus ataques en el presidente del Gobierno a extenderlos al líder del PP, a quien acusa de jactarse de querer derogar el ‘sanchismo’ y a su vez pedir a los socialistas que se abstengan para que gobierne la lista más votada. “Va a derogar el 'sanchismo' pactando con Sánchez", criticaba en el arranque de campaña.
De hecho, los populares ya no representan para Vox la “derechita cobarde”, sino que ahora lo catalogan como “un partido de centro izquierda" por sus cambios de postura respecto a la ley del aborto, la reforma laboral o la ilegalización de Bildu.
Por contra, los de Abascal se presentan a las elecciones con un discurso más duro, con el fin de atraer el voto de aquellos que echan en falta una mayor contundencia en la derecha tradicional. Prueba de ello es su programa electoral para el 23J, que entre otras medidas propone acabar con el modelo de Estado autonómico, ilegalizar los partidos independentistas o eliminar todas las "leyes de género", entendiendo como tales la del aborto, la de contra la violencia de género o la ley trans.
Para los de Feijóo, el programa de Vox constituye un órdago difícil de encajar, ya que buena parte de las propuestas serían inasumibles en un hipotético acuerdo de gobierno. “No solo es que estén lejos de lo que defiende el PP, sino que en un porcentaje muy alto son un delirio", señalaba en una entrevista en RNE el vicesecretario de Cultura del PP y 'número tres' por Madrid, Borja Sémper, quien mantiene con Abascal una estrecha relación de amistad “a prueba de bombas”, como él mismo reconoce.
Ambos se conocieron hace más de dos décadas, durante su etapa en el PP vasco, partido al que Abascal se afilió con 18 años y donde ocupó diferentes puestos de responsabilidad hasta el año 2013. Fue entonces cuando decidió abandonar la formación, acusando de “traición” al entonces presidente Mariano Rajoy por “la excarcelación de terroristas”, su "falta de respuesta a los nacionalistas en Cataluña y País Vasco" o su "inacción en la legislación abortista". Posteriormente, fundó Vox bajo los mismos valores que echaba en falta en su anterior partido.
Presentes en tres gobiernos autonómicos y más de 140 ayuntamientos
La formación, no obstante, no obtuvo notoriedad hasta el año 2018, cuando irrumpió en el Parlamento de Andalucía con 12 escaños. Desde entonces, Vox ha ido mejorando sus resultados elección tras elección.
En las municipales y autonómicas de 2019 amplió su representación a ocho parlamentos más (Aragón, Asturias, Islas Baleares, Cantabria, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, Región de Murcia y Castilla y León); y, ese mismo año, consiguió entrar en el Congreso con 24 diputados y ser quinta fuerza, para duplicar sus escaños unos meses después con la repetición electoral y alzarse como el tercer partido más votado de España.
Aunque no sería hasta 2022 cuando conseguirían “su mayor gesta”, como ellos mismos lo denominan: pasar de las propuestas a la gestión en el seno de un Gobierno. Y lo hizo de la mano del PP de Alfonso Fernández Mañueco, recién llegado Feijóo a la dirección de los populares. Tras este acuerdo, Vox se hizo con la vicepresidencia autonómica y tres consejerías.
Más tarde, ese pacto de coalición se replicaría en más de 140 ayuntamientos repartidos por toda España y en dos autonomías: la Comunidad Valenciana, donde Vox tendrá una vicepresidencia con Cultura y las consejerías de Agricultura y Justicia; y en Extremadura, donde finalmente se quedará con la de Mundo Rural, pese a las reticencias iniciales de la líder del PP en la región, María Guardiola, que se negaba a gobernar con quien "niega la violencia machista”.
“España se la juega”
Abascal llega al 23J en un momento dulce para su formación y pretende aprovecharlo. Con el lema "Decide lo que importa", centrará su campaña electoral en los “muchos aspectos” que preocupan a los españoles que hoy “no están en el centro” del debate público, como a su juicio son la caída del poder adquisitivo de los españoles, la inmigración ilegal o los elevados precios de los suministros y de la vivienda.
El líder de Vox recorrerá España de norte a sur para denunciar "todo el daño que ha hecho Pedro Sánchez a España y a los españoles en los últimos cinco años", con especial atención a aquellas circunscripciones con un papel decisivo en el reparto de los escaños.
Entre ellas, visitará con frecuencia Castilla y León, donde sacará pecho de su primer año al frente del Ejecutivo e intentará movilizar al electorado demostrando que los votos a su formación “no quedan en papel mojado”. También hará lo propio en Andalucía, la región donde Vox cuenta con mayor representación en un Parlamento, aunque en este caso está por ver cuánto podría afectarles la participación del partido de Macarena Olona en las elecciones, sobre todo en ‘feudos’ como Granada.
En total, Abascal visitará un total de 30 ciudades y participará en 24 mítines con la promesa de “reconstruir todo lo que ha destruido y levantar todo lo que ha derribado” el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Según aseguran desde el partido, “España se la juega” el 23 de julio y la presencia de Vox no se quedará en un mero “relevo”: trabajarán para construir una “alternativa completa” y dar un giro de “180 grados” a las “políticas destructivas” del Gobierno.
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