El cambio climático sí entiende de política: el votante de izquierdas de grandes urbes, el más a favor de tomar medidas
- Los votantes de ciudades grandes son “habitualmente” más propensos a apoyar políticas de transición verde
- La prohibición del diésel o los impuestos a los SUV generan la mayor brecha por tamaño de municipio, sobre todo en la izquierda
El cambio climático importa, indistintamente, se viva en el campo o la ciudad, pero hay diferencias en el apoyo a las medidas concretas para hacerle frente en función del tamaño del municipio en el que se resida y el partido al que se vote. En las grandes ciudades, por ejemplo, son "más toleradas" las medidas restrictivas del uso del vehículo privado que en los pueblos y ciudades pequeñas. Una diferencia -en función del lugar en el que se vive- que se aprecia también entre los votantes de un mismo partido, aunque los de izquierdas se muestran más favorables a las políticas de transición verde que los de derechas. De hecho, el votante de izquierdas de las grandes ciudades -aquellas de más de 500.000 habitantes como pueden ser Madrid, Barcelona o Valencia- es el más favorable a las políticas verdes.
Esta es una de las conclusiones del estudio El peso del territorio en las posiciones sobre la transición verde, publicado este jueves por el EsadeECPol y que subraya que "las diferencias que existen en torno a las políticas de transición verde entre habitantes de ciudades y pequeños municipios se restringen a políticas concretas, más que a actitudes generales, valores o emociones".
"El tamaño del municipio en el que se vive no es especialmente determinante en definir la importancia que se le da al cambio climático", señala el estudio y amplía a DatosRTVE su autor, Jorge Galindo: "Hay consensos generales en la población y el cambio climático es algo que importa más allá de la dimensión territorial (...) Hay muy poca población española que no crea que hay cambio climático o que no crea que sea un problema. Estamos en la siguiente fase de la conversación: el de las medidas".
En la actitud hacia estas últimas, sí existe una "variación significativa" en función del tamaño del municipio, según el estudio, que analiza tres tipos de políticas: aquellas destinadas a restringir el uso del vehículo privado, aquellas centradas en la ganadería -especialmente las macrogranjas-, y aquellas que implican la instalación de proyectos de renovables. La investigación, realizada a partir de una encuesta realizada en dos oleadas en 2022 y 2023, cruza también los datos por recuerdo de voto en las últimas elecciones generales de 2019.
Los votantes de Vox, los más reticentes a tomar medidas
Al respecto, el estudio de EsadeEcPol señala que "los votantes de Unidas Podemos [en 2019] parecen ser los más favorables a todas las políticas propuestas, con puntuaciones muy altas en todas las áreas geográficas". Por el contrario, las personas que votaron a Vox, un partido de extrema derecha que niega el cambio climático, "tienden a tener las puntuaciones más bajas en la mayoría de las políticas y áreas, lo que sugiere que son menos propensos a apoyar estas políticas de transición verde".
En el estudio publicado el año pasado, ya se concluyó que "la probabilidad de ser reticente a las medidas de transición verde consideradas pasaba del 8% entre las personas situadas en el extremo izquierdo del eje ideológico al 33% cuando se situaban en posiciones de derecha".
Las medidas referentes al transporte, como prohibir los coches diésel en 2025, aumentar los impuestos a los grandes vehículos tipo SUV o subir los impuestos especiales a la gasolina, son las que "más brechas" abren tanto por tamaño de municipios como por partido. Los ciudadanos que viven en ciudades grandes son más proclives a apoyar estas medidas restrictivas aunque estas "no llegan a obtener el consenso de la mayoría".
Según el estudio, "la probabilidad de estar muy en contra" de la prohibición de los diésel en los municipios más pequeños es del 55% frente al 40% en los municipios más grandes, mientras que "la posibilidad de estar muy a favor" es de menos del 10% en los pueblos y del 20% en las grandes urbes. En el caso de grabar más la gasolina pasa algo similar. Los que están muy a favor de esta medida pasan del 5 al 10% y los "muy en contra" bajan del 62 al 50%. Sin embargo, si la medida son ayudas para coches o buses híbridos o eléctricos hay más apoyo.
Detrás de estas cifras, el informe del EsadeEcPol señala una posible causa: "por regla general, habitar un municipio más grande (presumiblemente más denso en alternativas de transporte público) (...) te hace más tolerante con políticas restrictivas al uso del vehículo privado".
Distancias más significativas entre los votantes de izquierdas
Las diferencias por tamaño de municipios se observan también dentro del grupo de votantes de un mismo partido, especialmente entre votantes de izquierda y en las políticas restrictivas del vehículo privado. La mayor brecha se da entre los votantes del PSOE en 2025, con una distancia de 1,75 puntos entre los que viven en pueblos y ciudades pequeñas de menos de 50.000 habitantes, que se sitúan en el 2,87 en una escala del 0 (muy en contra) al 10 (muy a favor), y los que viven en ciudades grandes y se sitúan en el 4,62.
La segunda mayor brecha, de 1,64 puntos, también se da entre los votantes socialistas respecto a una subida de los impuestos de los coches grandes (tipo SUV): los que viven en pueblos y ciudades pequeñas se sitúan en el 4,34 y los que residen en las ciudades más grandes, en el 5,93.
La izquierda, más proclive a medidas como prohibir las macrogranjas
Los votantes de Unidas Podemos y el PSOE son más favorables a medidas como prohibir las macrogranjas o aumentar los impuestos que pagan este tipo de explotaciones, que los del Partido Popular y Vox. En el caso de las medidas agropecuarias, aunque se aprecian variaciones por tamaño de municipio, la brecha no es tan acusada como en las políticas de transporte.
Igual que en las medidas de restricción del uso del transporte privado, las medidas impositivas o de prohibición reciben menos apoyo que las ayudas o subvenciones. Hay más apoyo a subvencionar la carne de explotaciones sostenibles o subvencionar a ganaderos que tengan granjas ecológicas, que a aumentar el IVA de la carne, por ejemplo. En el caso de las subvenciones a las granjas incluso, los votantes de Vox superan a los del PP en apoyos.
"Se aprecia en general que la población española es más refractaria a impuestos, un poco menos refractaria a prohibiciones y más favorable a ayudas. Esto no es una sorpresa, pero es importante que lo tengamos como telón de fondo y hay que tenerlo en cuenta a la hora de tomar las medidas para hacerlas equilibradas (...) Pensamos que no se puede hacer una transición (verde) sin la dimensión impositiva y fiscal pero igualmente, probablemente, no tiene que ir sola también por viabilidad política", explica Galindo, director adjunto de EsadeEcPol.
Más consenso respecto a la instalación de renovables
En el caso de la instalación de proyectos de energías renovables, la mayoría de los ciudadanos está a favor -también los votantes de Vox- aunque la probabilidad de que sean apoyados es de un 44% en los municipios más pequeños y del 63% en los más grandes.
El estudio destaca dos conclusiones: en primer lugar, que las brechas territoriales en torno al cambio climático y la transición verde están más relacionadas con medidas concretas que con una "polarización de valores o emociones", lo que sugiere que "las discrepancias pueden ser más fáciles de abordar si se centran en aspectos concretos y tangibles en lugar de diferencias ideológicas o emocionales"; y en segundo lugar, que es necesario "abrir un diálogo más profundo y enfocado en los territorios y contextos concretos".
Los autores abogan por no ver las diferencias territoriales como un "obstáculo" sino como una "oportunidad" para diseñar políticas teniendo en cuenta las peculiaridades locales.