Establecer rutinas y ocio al aire libre: claves contra la ansiedad y las "conductas adictivas" de los niños en verano
- La falta de actividades en vacaciones afecta especialmente a los niños con TDAH, que en España sufre el 5,9% de los menores
- Que la rutina se difumine y haya viajes o cambios "puede agravar" el nivel de ansiedad e hiperactividad, dicen los expertos
Con el año escolar ya terminado y la ausencia de clases en verano, los niños disponen de más tiempo libre. Esta ruptura con la rutina en muchos casos provoca frustración, sobre todo en aquellos que padecen TDAH, un trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Para evitarlo, los expertos aconsejan que se realicen actividades complementarias, se opte por campamentos estivales y se realice ejercicio físico al aire libre.
“Llevábamos desde los tres años sospechando que nuestro hijo tenía trastorno por déficit de atención e hiperactividad, pero no se le diagnosticó hasta los ocho”, explica Cristina Lagares, madre que prefiere proteger la identidad del pequeño. Como él, un 5,9% de niños y adolescentes sufre este trastorno en España, que afecta también al 2,8% de los adultos, según la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad (FEAADAH).
El TDHA, que este jueves 13 de julio celebra su Día Internacional -España lo conmemora el 27 de octubre- es un trastorno del neurodesarrollo que está presente en la persona cuando nace y se caracteriza, principalmente, por tres síntomas: déficit de atención, hiperactividad o impulsividad, explica a RTVE.es Alejandro Megías, pedagogo y terapeuta infantil de la asociación ASPATHI de Sevilla.
En época estival, padres de niños con TDAH buscan actividades alternativas que les permitan seguir unos hábitos cuando tienen vacaciones y no van al colegio. Es una forma de hacer frente a una rutina más difuminada. Que haya viajes o cambios “suele ocasionarles que el nivel de ansiedad e hiperactividad se vea más agravado”, explica Megías.
Rutinas diarias, aire libre y menos pantallas
Nerea García, madre de un niño de 9 años con TDAH cuyo nombre prefiere mantener en el anonimato, explica que éste va a un campamento urbano que le permite seguir una actividad diaria. “Se trata de una rutina mucho más lúdica, y además, también aprovechamos para hacer actividades al aire libre que no podemos hacer durante el invierno”, sostiene.
“Es muy bueno que se despierten a una hora razonable y constante todos los días”, explica por su parte Pilar Tirado, neuróloga pediátrica del Hospital La Paz de Madrid. La especialista también aconseja que estos niños realicen ejercicio físico y mantengan su horario de comida y descanso de manera regular.
Daniel Martínez Ruiz mantiene estos horarios de comidas y descanso para su hijo Ignacio. Este tiene 8 años y está diagnosticado de TDAH. Junto con él, establece una estructura mínima diaria, pero a la vez le libera “del corsé del día a día”. Además, procura que realice actividades físicas al aire libre todos los días. “Ahora mismo hace ejercicio en la playa, pero cuando no se puede lo realiza en el campo u otros entornos", explica Martínez.
La médico Tirado también recomienda que los niños con TDAH realicen técnicas de relajación y que eviten utilizar de manera constante las pantallas, el ordenador, el móvil o las tablets. Esto, explica, es aconsejable “para evitar conductas adictivas y la aparición de ansiedad”.
En este aspecto también coincide José Carlos Espín, psiquiatra y coordinador de la unidad de salud mental infantojuvenil del Hospital 12 de Octubre, el cual asegura que se tiene que fomentar el desarrollo de actividades y evitar que estén en casa y hagan un uso continuado de las nuevas tecnologías.
El pedagogo y terapeuta infantil Alejandro Megías y el especialista José Carlos Espín coinciden en afirmar que es bueno que los niños con TDAH realicen juegos y ejercicios para desarrollar y favorecer algunas áreas cognitivas. “Es un periodo donde se puede desarrollar actividades conjuntas con los padres que no se pueden hacer durante el año”, subraya Espín.
Es lo que practica Cristina Lagares con su hijo, a través de juegos de coordinación y de trabajo mental . “Los hacemos todos los días durante media hora, para no perder esa rutina y porque le ayudan mucho”, explica.