'Oppenheimer', un apasionante thriller de Christopher Nolan sobre el hombre que desarrolló la bomba atómica
- El director reconstruye la historia del famoso científico, que llega a los cines este 20 de julio
- Cillian Murphy, Emily Blunt, Florence Pugh y Robert Downey JR., encabezan un gran reparto
Es lógico que la película Oppenheimer, de Christopher Nolan, comience recordando el mito de Prometeo, sobre las aspiraciones de los humanos a trascender nuestra propia mortalidad, a convertirnos en inmortales y, por lo tanto, en dioses. O, si no es posible, por lo menos, a dejar nuestra huella en la historia. Porque esta es una de las reflexiones que se hace el popular cineasta al recrear, con todo lujo de detalles, la vida del responsable del Proyecto Manhattan y de desarrollar la bomba atómica. Un momento histórico que cambiaría la historia de la humanidad para siempre.
"Nos guste o no, J. Robert Oppenheimer es la persona más importante que jamás haya vivido -asegura el director-. Convirtió el mundo en el que vivimos, en lo que es ahora, para bien o para mal. Y su historia hay que verla para creerla".
En realidad Oppenheimer son dos películas. La primera sería esta parte de thriller-drama histórico sobre la creación de la bomba atómica y la segunda un thriller judicial sobre el proceso al que sometieron después a Oppenheimer, que tampoco se libraría de la famosa Caza de brujas de los años 50 (por sus simpatías con los comunistas en los años 30). Ambas historias están intercaladas en un thriller histórico. La primera es más épica, interesante y espectacular. Pero la segunda mantiene el interés gracias, sobre todo, a las estupendas interpretaciones de los protagonistas.
Oppenheimer es una apasionante reconstrucción de uno de los momentos claves de la historia moderna, con un guion que parece un mecanismo de relojería, actores en estado de gracia y un director que explota al máximo todos los recursos cinematográficos. Y que nos anima a reflexionar sobre ese deseo de la humanidad, de trascender, de convertirnos en dioses.
Y es que pensamos que, a su manera, Nolan tiene algo de Oppenheimer, porque lleva años intentando cambiar el cine para convertirlo en una experiencia más grande que la vida. Y en esta película hay momentos en los que está cerca de conseguirlo. La lástima es que hay muy pocos cines IMAX donde se pueda disfrutar de la película tal y como el director la concibió.
Oppenheimer se estrena en cines este jueves, 20 de julio, apenas cuatro días después del aniversario del primer ensayo de esa bomba atómica, que tuvo lugar el 16 de junio de 1945 en una zona remota de Alamogordo, después conocida como White Sands (Arenas Blancas).
La bomba que acabaría con todas las guerras
Además de dirigir la película, Nolan ha escrito el guion inspirándose en el libro ganador del Premio Pulitzer Prometeo americano: El triunfo y la tragedia de J. Robert Oppenheimer, de Kai Bird y Martin J. Sherwin, Narra la historia de J Robert Oppenheimer (Cillian Murphy) desde sus inicios, su formación académica, su implicación en el Proyecto Manhattan, su transformación en un héroe nacional y esa caza de brujas a la que se lo sometería.
En la película están presentes todo el rato, las dudas y las contradicciones que siente el científico hacia su trabajo. Pero también que era consciente de que los alemanes y los rusos estaban intentando crear armas nucleares al mismo tiempo. Según Nolan, Oppenheimer estaba convencido de que al crear la bomba atómica acabaría con todas las guerras, porque nunca se usaría.
Ya sabemos cómo acabó la cosa. Como los nazis ya estaban derrotados, a las 8:15 de la mañana del 6 de agosto de 1945 los americanos decidieron lanzar una bomba nuclear sobre Hiroshima y tres días después otra sobre Nagasaki, causando al menos 180.000 muertos y cambiando la historia para siempre. Pero no acabaron con todas las guerras, solo iniciaron una carrera armamentística cuyos resultados todavía sufrimos hoy, que seguimos con la amenaza nuclear sobre nuestras cabezas.
Uno de los repartos más potentes de los últimos años
Para interpretar a Oppenheimer, Nolan no podía haber elegido mejor actor que Cillian Murphy, uno de sus colaboradores habituales (Origen, Dunkerque, Batmen Begins). El actor, que adelgazó varios kilos para el papel, interpreta brillantemente al científico y nos deja atisbar las dudas que le pasan por la cabeza. Oppenheimer, siempre fue una incógnita. Y aunque Nolan y Cillian jueguen a mantener esa ambigüedad sobre lo que siente y lo que hace, la verdad es que prevalece la imagen de pionero y de héroe arrepentido.
Mención aparte merece la relación con las dos mujeres de su vida, su esposa, la bióloga y botánica Katherine Oppenheimer (Emily Blunt) y la psiquiatra Jean Tatlock (Florence Pugh). Ambas actrices están soberbias, al igual que Robert Downey JR. , casi irreconocible en el papel de Lewis Strauss, un miembro fundador de la Comisión de Energía Atómica de los Estados Unidos, que irá ganando protagonismo a medida que se desarrolle la película.
Por cierto, que Nolan decidió que las escenas contadas desde la perspectiva de Oppenheimer fueran en color, con cambios de plano ocasionales a imágenes evocadoras y surrealistas que expresasen simbólicamente su mundo interior. Mientras que las escenas que se centran en Strauss son en blanco y negro.
Además de los mencionados Cillian Murphy, Emily Blunt, Florence Pugh y Robert Downey JR. hay otro montón de estrellas en el reparto más impresionantes del año (aunque algunos protagonicen simples sean cameos) Matt Damon es el general Leslie Groves Jr., director del Proyecto Manhattan, Casey Affleck interpreta a Boris Pash, jefe de la contrainteligencia militar del Presidio de San Francisco; Rami Malek es David Hill, un físico experimental asociado; Kenneth Branagh es el físico ganador del Premio Nobel Niels Bohr; y Matthew Modine encarna a Vannevar Bush.
Y, a pesar de sus breves intervenciones, hay que reconocer que Tom Conti nos deja maravillados con su interpretación de Albert Einstein, al igual que Gary Oldman en el papel del presidente Harry S. Truman.
Lo mejor es que todos los personajes, desde el primero al último, tienen sus luces y sus sombras.
Una experiencia cinematográfica
Como todas las películas de Nolan, todo está cuidado al más mínimo detalle: las interpretaciones, los decorados, la fotografía, el sonido, la música, los efectos visuales... y, nos guste más o menos, lo cierto es que solo se puede calificar a la película como una experiencia cinematográfica.
Una experiencia que, como todas las de Nolan, también puede resultar agotadora para muchos espectadores, porque no olvidemos que Oppenheimer dura tres horas. Personalmente, a mí se me pasaron volando, pero sé que a muchos compañeros periodistas, la historia del juicio les pareció mucho menos intersante que la del desarrollo de la bomba atómica.
Es cierto que, tal y como se ha desarrollado la carrera nuclear en las últimas décadas, quizá Oppenheimer no sea tan popular como en los años en que Estado Unidos ganó la guerra, pero, como decimos, la película narra uno de los descubrimientos que más ha cambiado la historia de la humanidad y merece la pena que lo recordemos.
Oppenheimer se estrena este jueves, 20 de julio y, si podéis, os recomendamos verla en IMAX, tal y como la rodó y concibió su director.