'La bomba', un premiado cómic que reconstruye la historia de la bomba atómica
- Un tebeo de Alcante, L.F. Bolleé y Denis Rodier que se reedita coincidiendo con la película de Nolan
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Ya os recomendamos la apasionante película Oppenheimer, de Christopher Nolan, en la que se narra la historia del científico que creó la bomba atómica y que acaba de llegar a los cines. Pero, aunque en la película lo parezca, la invención de esa bomba atómica que cambiaría la historia del mundo no solo fue cosa de Oppenheimer, sino de los esfuerzos de una larga lista de científicos. Por eso también os recomendamos el premiado cómic La bomba (Norma editorial), de los guionistas Alcante y L. F. Bollée y el dibujante Denis Rodier, que se acaba de reeditar, coincidiendo con la película de Nolan. Y que ofrece una panorámica mucho más amplía de esa creación de la bomba atómica.
Una apasionante novela gráfica, de 450 páginas, que ha vendido más de 100.000 ejemplares y ha conseguido importantes premios como el Prix Cases d'Historie y el Premio de la crítica ACBD de la BD quebequesa.
Lo más curioso es que el protagonista del cómic no es Oppenheimer, sino el uranio con el que se fabricó la bomba atómica, que nos narra desde el origen del planeta y la vida en la Tierra hasta esa invención de la bomba atómica y los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, en 1945, con los que finalizó la II Guerra Mundial y la vida de más de 180.000 víctimas, que recordemos que fueron población civil, lo que solo puede calificarse como "crimen de guerra".
La bomba es un Thriller histórico trepidante en el que destaca su cuidada documentación, tanto literaria como visual. El guion narra con todo lujo de detalles las circunstancias en las que se fabricó esa bomba atómica, y las ilustraciones de Rodier recrean con gran fidelidad a los protagonistas y los escenarios de la historia.
Un homenaje a las víctimas de Hiroshima y Nagasaki
Tras ese prólogo sobre el origen del planeta, este cómic se convierte en un viaje en el espacio y en el tiempo que nos llevará desde las minas de uranio de Katanga a la Alemania nazi, desde Noruega a la Unión Soviética y desde el desierto de Nuevo México (donde se creó la bomba atómica) hasta Hiroshima y Nagasaki, donde acabaría con la vida de cientos de miles de personas.
En la película de Nolan no se muestran las consecuencias de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki. Pero este libro concluye con esos bombardeos y las terribles consecuencias de los mismos. Porque, sobre todo, los autores confiesan que querían que fuese un homenaje a las víctimas de esos bombardeos, que han acabado convirtiéndose en meras cifras.
Todo nació de una intuición
Al igual que en la película, en el cómic se nos cuenta que la bomba atómica nació de la intuición de un grupo de físicos de que el bombardeo de neutrones sobre núcleos atómicos podía provocar una reacción en cadena sostenida, devastando amplias extensiones de terreno con una fuerza nunca vista.
Un descubrimiento que se produjo coincidiendo con la llegada de Hitler al poder en Alemania y su política expansionista que desembocaría en la II Guerra Mundial. Fue entonces cuando alemanes, rusos y norteamericanos empezaron a investigar las posibilidades de la energía nuclear como arma de destrucción masiva. Una carrera contrarreloj en la que el ganador también sería el ganador de la guerra. Afortunadamente, esa carrera la ganaron los norteamericanos, porque si no es posible que ahora todos habláramos alemán.
Por cierto, que lo que inventaron los alemanes fueron las V2, los misiles balísticos que lanzaron contra Gran Bretaña a finales de la guerra. Y que luego serían fundamentales en la llegada del Apolo 11 a la luna, en 1969. Si juntamos la bomba atómica y esas V2 tendremos los actuales misiles nucleares.
Los protagonistas
Por las páginas del cómic desfilan multitud de personajes históricos que fueron fundamentales en la historia de la bomba atómica, empezando, por supuesto, por científicos como Oppenheimer, Einstein y Fermi, siguiendo por presidentes como Roosvelt o Harry S. Truman y concluyendo con otros personajes menos conocidos, peor que fueron fundamentales, como Leó Szilard, que removió tierra y cielo para que Estados Unidos desarrollara la bomba (y luego hizo todo lo posible porque nunca se usara) o Leslie Groves, el general que dirigió el Poryecto Manhattan (al que en la película interpreta Matt Damon).
Pero, como decimos, los autores tampoco se olvidan de las víctimas de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki (representados por los Morimoto, una familia japonesa), ni de Ebb Cade, el trabajador afroamericano al que inyectaron plutonio para estudiar su efecto sobre la salud.
Un cómic con un guion trepidante (pero muy bien documentado) y unos alucinantes dibujos, que es fundamental para conocer la historia de la bomba atómica y comprender como hemos llegado a la actual situación mundial.