Muere Tony Bennett, legendario cantante estadounidense, a los 96 años
- Bennett ganó 20 premios Grammy, incluido un galardón a la trayectoria
- El cantante se había retirado en 2021, tras anunciar que padecía alzhéimer
El cantante y compositor estadounidense Tony Bennett, una de las voces históricas del 'crooning' nortamericano junto a mitos como Frank Sinatra o Dean Martin, ha fallecido este viernes en Nueva York a los 96 años de edad.
Bennett deja un legado de más de 70 años en los escenarios, más de 150 discos y un repaso a un cancionero histórico con temas de Cole Porter, los Gershwins, Duke Ellington, Rodgers y Hammerstein entre otros. Y temas míticos como "I Left My Heart in San Francisco", con el que alcanzó la fama.
Frank Sinatra decía de él que era "el mejor cantante del mundo".
El cantante neoyorquino, nacido en 1926 como Anthony Dominick Benedetto, mantuvo prácticamente intacta su popularidad hasta los últimos años de su carrera, merced en particular a sus colaboraciones con las artistas Lady Gaga y Amy Winehouse.
En 2021 reveló que padecía alzhéimer
En febrero de 2021, su esposa, Susan Bennett, confirmó que Bennett llevaba padeciendo la enfermedad de Alzheimer desde 2016, lo que ni impidió que el cantante siguiera grabando y actuando en público hasta el 5 de agosto de 2021, cuando apareció con Lady Gaga en el Radio City Music Hall para el espectáculo titulado "One Last Time".
Tras el evento, Bennett acabó alejándose de la luz pública hasta su fallecimiento de este viernes, confirmado por su publicista, Sylvia Weiner, al 'New York Times'.
Durante su exitosa carrera, Bennett ganó 20 premios Grammy, incluido un galardón a la trayectoria.
Bennett también dejó su huella en el cine, debutó en la gran pantalla de en 1966 con El Oscar y en 1999 en se interpretó a sí mismo en la comedia Una terapia peligrosa, protagonizada por Robert De Niro y Billy Crystal. Volvió a interpretar una versión de sí mismo, pero esta vez animada, en Los Simpson.
Pese a no haber parado de cantar desde los años 50, Bennett solía decir que nunca había trabajado un día en su vida, porque le encantaba actuar.