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Elecciones generales 23J

El PSOE busca la remontada y el PP cerrar el cambio de ciclo en un 23J clave con la incógnita de la participación

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Sánchez y Feijóo, durante un encuentro en La Moncloa
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se saludan en un encuentro en La Moncloa.

Si en algo coinciden todos los partidos que concurren a las elecciones generales de este domingo 23 de julio es en definirlas como claves y en hacer un llamamiento a la participación masiva en plena ola de calor y con agosto asomando a la puerta. Casi 37,5 millones de electores decidirán con su voto si España cambia el color del Gobierno o si se decanta por la continuidad. El PSOE busca la remontada y el PP, consolidar el cambio de ciclo iniciado el 28M, cuando tiñó de azul el mapa electoral.

La participación es una incógnita porque nunca se han celebrado las elecciones generales en estas fechas. De momento, el único dato real es el de los más de 2,47 millones que ya han depositado su voto en las oficinas de Correos, lo que representa el 94,2 % de las solicitudes admitidas, la ratio más alta alcanzada en unos comicios generales en la historia.

Esta cita con las urnas siempre ha tenido una mayor movilización frente a otros procesos municipales y autonómicos. Nunca en unas elecciones generales la participación ha bajado del 65%.

Pedro Sánchez o Alberto Núñez Feijóo. Pedro Sánchez con Yolanda Díaz frente a Alberto Núñez Feijóo con Santiago Abascal. Esta es la disyuntiva que, según han arrojado todos los sondeos, se dirime en unos comicios que se miden en términos de bloques ideológicos más que de partidos individuales.

Salvo sorpresa absoluta y patinazo importante por parte de las encuestas- las últimas se publicaron el pasado lunes- la guerra no estará en ver quien consigue la mayoría absoluta (las recientes elecciones del 28M ya evidenciaron que esas sumas de diputados están al alcance de muy pocos) sino en quien es capaz de fraguar una mayoría en el Congreso de los Diputados.

Aunque no lo parezca por el protagonismo absoluto de los cabezas de lista, las elecciones en España no son presidenciales y lo que se elige es la configuración del Congreso de los Diputados que decidirá posteriormente quien obtiene los votos para ser investido presidente o presidenta del Gobierno. Un total de 350 diputados con una cifra mágica con la que sueñan las formaciones políticas: los 176 escaños de la mayoría absoluta. Música para los oídos de los partidos, pero utopía dada la fragmentación parlamentaria actual con 16 formaciones políticas en el Parlamento.

Bipartidismo, bibloquismo y fragmentación parlamentaria

La historia política de España ha estado marcada por la alternancia en el gobierno de PSOE y PP que, sin ayuda de partidos externos aunque eso sí, con apoyos puntuales, han ido repartiéndose el poder durante décadas.

Los techos electorales los tocan el PSOE con Felipe González en 1982, que sumó la apabullante cifra de 202 diputados, inalcanzable para cualquier formación en la actualidad; y el PP con Mariano Rajoy en 2011, con 186 diputados. Otra quimera.

Frente a esos récords por arriba, los suelos electorales y debacles a olvidar por uno y otro los marcan los 85 diputados para el PSOE en 2016, de la mano de Pedro Sánchez; y los 66 del PP, en 2019, con Pablo Casado al frente.

Citas electorales en las que ya se hizo realidad el paso del bipartidismo en España al bibloquismo con otros partidos marcándoles el paso a PSOE y a PP. En las antiguas citas electorales ambos partidos miraban su resultado y el de su gran rival histórico, y ganaba uno u otro, sin más, ahora tienen que analizar los de todo el arco parlamentario para ver las sumas posibles.

El PSOE ya tiene andado el camino para entender (le costó recorrer esa senda) que para mantenerse en La Moncloa tiene que pactar con otros partidos y, tras el Gobierno de coalición conformado en 2019 con Unidas Podemos, ha asumido también en este 23J que solo la reedición de ese Ejecutivo vendrá de la mano del entendimiento con Sumar, una versión diferente de Unidas Podemos liderada por Yolanda Díaz, que quiere seguir formando gobierno con Pedro Sánchez.

Ambos lo han dicho en campaña alto y claro: gobernarán juntos si pueden. Y además los dos creen que el entendimiento sería mayor y las discrepancias más discretas tras una legislatura marcada por las desavenencias públicas constantes entre socialistas y morados.

El PSOE parte de los 120 escaños obtenidos hace cuatro años, elecciones tras las que forjó esa mayoría de gobierno con Unidas Podemos y un bloque parlamentario junto a ERC, PNV, EH Bildu y otras formaciones minoritarias con los que ha sacado adelante la mayoría de la agenda legislativa. No fue fácil para los socialistas alcanzar La Moncloa en 2019 y hubo que ir a repetición electoral para formar ese primer gobierno conjunto en España.

Por su parte, el PP dice no tener claro lo de formar un gobierno de coalición con Vox y que esta sea la manera de Alberto Núñez Feijóo de llegar al gobierno por primera vez.

Ha configurado ejecutivos en ayuntamientos y comunidades con Vox, que ya gobierna de la mano del PP en Castilla y León, Extremadura y la Comunidad Valenciana, pero Feijóo se ha resistido en esta campaña a plantear la sola posibilidad de que Abascal sea su hipotético futuro vicepresidente. En ningún momento, eso sí, ha descartado gobernar con la extrema derecha, consciente de que ningún sondeo le da la mayoría absoluta, aunque sí todos, menos el CIS, le sitúan como favorito.

El PP parte de los 89 diputados obtenidos en las elecciones repetidas de noviembre de 2019. Nadie duda de que sumará escaños nuevos y mejorará ese resultado y Feijóo se atreve a dar una cifra a partir de la cual, él considera, debe gobernar solo: 150 diputados.

Desde Vox dicen que el PP se ha "inventado" esa nueva mayoría suficiente y pregunta a Feijóo de dónde piensa sacar los 26 restantes que le faltarían para alcanzar el Gobierno.

El estado de ánimo de los partidos tras la campaña

Hace escasos dos meses el desánimo y el abatimiento se apoderaban de las filas socialistas tras la debacle del 28M y pasadas las horas Sánchez pegaba un volantazo a los planes iniciales de celebrar estas elecciones en diciembre, cuando tocaban, y convocaba la cita electoral de este domingo. Quedan horas para descubrir si la jugada fue maestra y vuelve a firmar un nuevo capítulo de su 'Manual de Resistencia' o si solo le ha servido para adelantar al verano su salida de La Moncloa.

"Nos caímos y nos levantamos, pedaleamos contra reloj, subimos todos los puertos inimaginables y nos queda el sprint final. ¡Vamos a ganar las elecciones hasta la última pedalada", clamaba Sánchez este pasado viernes en el cierre de la campaña. Apelando también a la épica y pasando del ciclismo al fútbol, Feijóo decía: "Hemos ganado la Liga, la Copa y ahora toca la Champions. Los que van a perder la Champions están dispuestos a sumar todos los puntos y estará trucada".

En estas dos declaraciones finales se resumen quince días de campaña: el PSOE apela a una remontada histórica y el PP llama a no confiarse de los sondeos, a concentrar todo el voto de la derecha y alerta de que puede ser él quien gane, pero no el que gobierne.

Ha insistido y mucho en esta idea: "Por primera vez en España se plantea que gobierne quien no ha ganado las elecciones".

Mientras, Vox y Sumar, cada uno con su argumentario y uno llevando al nuevo gobierno a la derecha y el otro a la izquierda, se plantean como las "fuerzas decisivas": Vox, para el cambio "real" y Sumar, para mantener el gobierno progresista.

La lucha por esa tercera plaza, que sería para una de las dos formaciones, es más que determinante este 23J. Y en las provincias pequeñas, la lucha es voto a voto, papeleta a papeleta, para conseguir un escaño.

Vox parte de 52 escaños y los sondeos apuntan a bajada, pero su objetivo en esta cita es más tocar poder y llegar a La Moncloa o influir en un posible gobierno 'popular' con sus políticas. Sumar no tiene, en puridad, partido con el que comparar su resultado, pero su referencia sin duda es Unidas Podemos con los 35 diputados que obtuvo en 2019 que junto a los tres de Más País suman 38. Bajar de ese umbral sería un fracaso, aunque la clave esta en si es posible volver a unir fuerzas con el PSOE.

Las encuestas apuntan a que se podría reducir tras este 23J la fragmentación parlamentaria que en 2019 llevó a 16 formaciones diferentes al Congreso de los Diputados.

Fuerzas como ERC, PNV o EH Bildu, librando cada una su propia batalla en Cataluña y País Vasco, se saben necesarias para fraguar una posible mayoría en el Congreso y todos avisan: suben el precio de su apoyo. En campaña se tiende a concentrar mucha atención en los partidos grandes, pero los pequeños son conscientes, y esperan ansiosos su turno, de que tras el escrutinio, cinco, seis o siete escaños de un partido u otro pueden decidir un gobierno.

La batalla de las urnas acaba este 23J...las negociaciones empiezan este lunes

Así las cosas, si se consolida tras este 23J que el tiempo de las mayorías absolutas ha muerto, comenzará la batalla de la negociación, a veces casi igual de importante que la de las urnas. Aquí todo puede complicarse- España ya tiene experiencias de bloqueo absoluto- y los bloques ideológicos y naturales se alteran porque el PP ya ha anunciado que si gana las elecciones, el primer partido al que va a llamar será el PSOE y el segundo, Vox.

El PP ha ido abonando durante la campaña la teoría de la abstención del PSOE para poder gobernar solo, si finalmente gana pero no obtiene la mayoría absoluta. Dice que si el PSOE no quiere a Vox en La Moncloa lo tendría fácil con un apoyo indirecto en forma de abstención.

El PSOE, por su parte, dice 'no' y carga contra la "hipocresía" de los 'populares' que han gobernado "donde han podido" con Vox y ahora se "rasgan las vestiduras" con la idea de meterles en el Consejo de Ministros. Y recuerdan que Sánchez tuvo que ir a repetición de elecciones en 2019 y el PP no se planteó abstención alguna.

Los socialistas tienen avanzada ya la disposición de Sumar de gobernar juntos y ahí sí comenzaría una complejísima negociación con fuerzas nacionalistas e independentistas.

El PP, más allá de Vox, no tiene muchos partidos a los que mirar: podría tratar de negociar con el PNV, con Coalición Canaria o con la España Vaciada, si es que obtienen representación, pero estos partidos rechazan de plano a Vox; mientras que el PSOE sí tiene más formaciones con las que podría internar negociar mayorías parlamentarias.

¿Cuál es el calendario político tras el 23J?

Lo único cierto ahora mismo es que los diputados y senadores elegidos en las elecciones generales de este domingo tomarán posesión de sus escaños el próximo jueves 17 de agosto, el día en que se constituyan el Congreso y el Senado en sendas sesiones plenarias con las que se abrirá la decimoquinta Legislatura.

Ya ese día, para decidir quienes ocuparán la Mesa del Congreso y quien será el presidente o presidenta del Congreso, tercera autoridad del Estado, se producirá una negociación que suele ser antesala de la formación de gobierno. Se empezarán a ver hacia donde van los movimientos parlamentarios y las mayorías.

Las Mesas de cada Cámara se reunirán después para comenzar a formalizar la creación de los grupos parlamentarios, que deberán estar formados en los cinco días siguientes, en principio, el 23 de agosto. Para tener grupo propio hay que contar con al menos 15 escaños o sumar cinco diputados y obtener el 5 % de los votos en todo el país, o bien el 15 % en todas las circunscripciones en las que se concurre.

Hasta ahora, la legislatura con más grupos ha sido la que acaba de terminar. La previsión es que el número sea menor, pues Ciudadanos no se presenta y Sumar engloba a varias formaciones como Unidas Podemos, Más País y Compromís. Tampoco concurren este 23J Foro y el PRC, con lo que, previsiblemente el Grupo Mixto, que ha acogido a siete partidos, reunirá a menos formaciones.

Con el escrutinio de esta noche las incógnitas empezarán a resolverse y las calculadoras a funcionar en Ferraz y en Génova, además de en las sedes del resto de partidos que sean premiados con escaños este 23J. Quedan horas para saber quién vence en las urnas y cómo se sitúan los partidos en el nuevo tablero de la política nacional, que marcará una nueva legislatura en pleno mes de agosto.

Cambio en el gobierno, continuidad o bloqueo y repetición de elecciones. La suerte, ahora sí, está echada.