Los abuelos del siglo XXI, más "activos" que nunca: "Antes se añadían años a la vida, ahora añadimos vida a los años"
- Cada vez más mayores se inician en las tecnologías, viajan a destinos internacionales, hacen deporte o realizan voluntariado
- La ‘tiktoker’ conocida como la yaya Mari Carmen defiende que los retos no tienen edad
El mundo ya no es el mismo que hace ocho décadas, y nuestros abuelos tampoco. Desde el aumento de la esperanza y la calidad de vida hasta las nuevas tecnologías, la sociedad del siglo XXI presenta multitud de oportunidades que muchos mayores no piensan dejar pasar. Un contexto propicio en el que "la mentalidad ha cambiado radicalmente" y gracias al que la idea de permanecer en casa cuidando de los nietos o viendo la televisión para matar el tiempo y la soledad cada vez queda más lejos. "Antes se añadían años a la vida, ahora añadimos vida a los años", asegura al respecto Pepita Altamirano, de 83 años.
Altamirano y su marido, Francisco Rabasco, de 85 años, están detrás de Tercera Porvenir, una asociación sevillana con la que buscan ayudar a otras personas mayores a tener un día a día tan "activo" como el de ellos. Reconocen que enfrentan todavía numerosos retos como la brecha digital, pero aseguran que observan en general en sus acompañados unas "ganas" de aprender y de reinventarse inéditas. "Ya no nos sentamos en un rincón a esperar la muerte", sino que están dejando "una herencia de optimismo" a sus hijos y nietos. "Cuando sean mayores quieren ser como nosotros", expresa lleno de orgullo Rabasco.
Para la yaya Mari Carmen Valencia los retos tampoco tienen edad. Esta tiktoker de 82 años sube vídeos desde hace tres junto a su nieto, Héctor Prieto, una pasión que le ha llevado a conocer y/o a trabajar con celebridades como Charo Reina, Ramón García o Ana Obregón. "Me ha abierto una vida nueva", confiesa a RTVE.es. Culpa de su suerte a Prieto, pero él asegura que solo ha sacado a la luz su lado "artista" y dice estar enormemente orgulloso de su abuela y de su labor, que va más allá del entretenimiento. "Estamos normalizando la vejez y ayudando a que las personas mayores no tengan miedo a las tecnologías", celebra.
¿Cómo son los mayores "modernos"?
Desde la Fundación Edad&Vida también manifiestan ser conscientes del cambio que se viene produciendo en las personas mayores, tengan nietos o no, en los últimos años. Su coordinador técnico, Raúl Vaca, destaca que como consecuencia ya no existe un "perfil" de anciano como antaño, sino que hay una gran diversidad, al igual que en el resto de grupos de edad. "Hoy día tienen distintas inquietudes, recursos y estados de salud", una igualdad ampliamente beneficiosa contra problemáticas sociales como el edadismo.
El origen de esa diversidad que constituyen los mayores es multifactorial. Principalmente, Vaca apunta a la mejora de los hábitos y las condiciones de vida de los seres humanos, algo que ha conseguido retrasar "al máximo" los problemas de dependenia. "Antes una persona de 70 años necesitaba el cuidado de su entorno", mientras que ahora es frecuente que muchas alcancen las ocho décadas en óptimas circunstancias. Lo hacen, además, con un mayor nivel sociocultural y poder adquisitivo que les lleva a tener multitud de aficiones y posibilidades.
Pepita Altamirano y Francisco Rabasco son dos ejemplos de abuelos "modernos" que forman parte de la Confederación Estatal de Mayores Activos. "Desde que nos jubilamos empezamos a tener una vida muy activa, a meternos en líos", de eso hace ya casi 20 años, tienen más de 80 y todavía hablan de ser mayores como una etapa futura que les está por llegar, comenta el segundo entre risas de su esposa. Hacen pilates e instruyen a otros en el ejercicio y en toda clase de talleres y actividades, han viajado a destinos como Turquía o Praga y no hay día que se queden de brazos cruzados: "La vida es bella y hay que disfrutarla".
Aunque cada persona es un mundo, la pareja cree que su ritmo de vida no es ya una excepción entre los mayores. "La tendencia tiene que ser parecida a la nuestra, es lo que vemos en nuestro día a día", afirma Altamirano mientras ambos, sevillanos, comparten una tarde de vacaciones en la terraza de un hotel en Galicia. "Aquí por ejemplo hay mucha gente mayor, es una señal buenísima", celebran. Eso sí, admiten, la tecnología para ellos y para otros muchos es una asignatura pendiente.
Abuelos ‘tiktokers’, ‘youtubers’ o fotógrafos
Más que convalidado -con matrícula de honor- tiene el reto de la tecnología la yaya Mari Carmen Valencia, de 82 años y con tres de experiencia en internet. Las redes la han convertido en una suerte de “abuela de España” y recuerda con especial emoción aquella ocasión en la que una joven rompió a llorar entre sus brazos: “Su problema era que no tenía yayas. Yo lloré con ella”.
Con vídeos rebosantes de naturalidad, humor y momentos dulcemente cotidianos, Valencia y su nieto Héctor Prieto han conquistado a toda una generación e incluso han animado a otras personas mayores a convertirse en tiktokers o instagramers. “Bienvenidos a la fiesta, cuantos más se unan mejor” porque, a más mayores, más sencillo será transmitir el mensaje que gritan entre píxeles: “El límite no está en la edad, sino en las ganas que uno ponga”. Lo sabe bien la propia yaya, ella también ha tenido que superar miedos como montar en AVE y, aunque cada año se plantea retirarse, reconoce que el mundo de internet “engancha”.
“El límite no está en la edad, sino en las ganas que uno ponga“
Según el informe Un perfil de las personas mayores en España 2022, es cierto que la brecha digital se está reduciendo a pasos acelerados, aunque continúe siendo una dificultad importante. En 2006, esta grieta era de 76,2 puntos porcentuales entre el grupo de edad más conectado (16-24 años) y el de los mayores (65-74 años), pero en 2021 se redujo a 26,4 puntos. Detrás de estos datos no se encuentran solo nietos como Prieto, sino también organizaciones como la asociación burgalesa Conectados sin Barreras. Sus cursos gratuitos financiados gracias a empresas “socialmente responsables” ayudan a los mayores desde a comunicarse con sus familiares hasta a iniciarse en YouTube, para los más atrevidos. Están preparando, incluso, una red social solo para ellos.
“Es imprescindible que los mayores estén en las redes, se están perdiendo historias, conocimientos y talentos”, insiste el delegado de Conectados sin Barreras, David A. Pereira. Él también es testigo de cómo las tecnologías pueden mejorar la vida de las personas ancianas: “Tengo alumnos que han empezado a cantar en internet”, otros que suben recetas de cocina y alguno que gracias a ellas encuentra una nueva afición como la fotografía, aunque, lamenta, esto todavía no es la norma. Todavía quedan muchos miedos frente a problemáticas como las estafas en internet, pero . “Los cursos dan confianza para que la gente sienta que puede hacerlo”, agradece la alumna Myriam García, una psicopedagoga y profesora de 77 años.
Abuelos y nietos, un cariño inalterable
Sí, los abuelos -y en general las personas mayores- han cambiado, pero hay algo cuya esencia ha permanecido inalterable: la especial relación entre muchos nietos y abuelos. “El cariño es el mismo”, recuerda Rabasco. Junto a Altamirano, tiene en su árbol genealógico cuatro hijos y sus diez pequeños y, echando la vista atrás, recuerda cómo la conexión con su abuelo era muy similar a la que comparte con sus nietos. Eso sí, reconoce la pareja, hoy día se ha pasado del respeto sepulcral a la jovialidad y el desenfado. “Te consideran uno más, un igual”, algo que ven como positivo.
Antes de que las redes cambiasen sus vidas, por su parte, Hector Prieto y su yaya Mari Carmen Valencia ya compartían un vínculo inquebrantable. “Desde pequeño siempre hizo muchísimas cosas por mí, esta es solo una manera de poder homenajearle y devolverle en vida todo lo que me ha dado”, afirma el joven. “Es verdad que ahora nos vemos más porque ya no quedamos solo para pasar tiempo de calidad, sino también para trabajar juntos, pero siempre hemos tenido muchísima confianza y un vínculo muy especial”, agrega a RTVE.es.
Prieto, de hecho, emociona a su abuela al asegurar que no imagina la vida sin ella: “Si ella se va antes que yo, no lo sé, me cuesta pensarlo, siempre hemos sido un pack”. Ahora bien, cuando sus caminos deban separarse, reconoce que el recuerdo que le quedará será de un valor incalculable gracias a las redes. “Está siendo un placer poder vivir esta experiencia con ella y espero que la vida nos permita estar juntos mucho más tiempo”, un sentimiento que este 26 de julio, Día de los Abuelos, tendrán la suerte de compartir numerosos nietos.