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Así eran las familias hace 6.700 años: el ADN hallado en un cementerio neolítico revela sus relaciones y costumbres

  • Monógamos, los hombres nacían y morían en la misma comunidad y las mujeres marchaban para emparentarse con otros
  • Un equipo franco-alemán reconstruye dos grandes árboles genealógicos tras el estudio del genoma de 94 individuos

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Trabajos en un yacimiento arqueológico, en una imagen de archivo
Trabajos en un yacimiento arqueológico, en una imagen de archivo

Un equipo de investigación en Francia y Alemania ha podido asomarse y describir cómo era la vida de dos familias hace 6.700 años. Eran monógamos y los hombres nacían y morían en la misma comunidad, mientras a las mujeres les correspondía irse y emparentarse con otros vecinos, según han concluido tras analizar el genoma de casi un centenar de personas enterradas en el cementerio neolítico en Gurgy 'Les Noisats' en la Francia actual.

Con ello, antropológas y arqueólogos de la Universidad de Burdeos y del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Liepzig han reconstruido dos árboles genealógicos inesperadamente grandes, que brindan información directa sobre el entorno de vida de esta comunidad prehistórica, según cuenta esta segunda institución en una nota de prensa. Los resultados se han publicado este miércoles en la revista Nature.

Dos grandes árboles genealógicos

En su estudio, los investigadores presentan los datos del genoma completo de 94 individuos de los 128 enterrados en total en Gurgy, que han podido analizar y relacionar en función de la edad de la muerte, el sexo biológico y su ubicación dentro del cementerio. De este modo, han encontrado dos pedigríes o 'familias': la más grande, que incluye 64 parientes de siete generaciones, y la más pequeña, de doce personas en cinco generaciones.

"Desde el comienzo de la excavación, encontramos evidencia de que el lugar del entierro fue ocupado deliberadamente. Apenas hay enterramientos superpuestos, lo que significa que la necrópolis estaba gestionada por parientes cercanos, que debían saber muy bien quién estaba enterrado y dónde", informa el arqueólogo y antropólogo Stéphane Rottier, de la Universidad de Burdeos, que excavó y documentó el yacimiento entre 2004 y 2007. Con su análisis, han podido correlacionar la distancia física y el grado de parentesco biológico de los individuos.

Las hijas se intercambiarían para matrimonios entre comunidades vecinas

Los pedigríes muestran claros indicios de que las generaciones están vinculadas casi exclusivamente a través de los padres biológicos, lo que se llama "patrilinealidad". Solo se han probado dos líneas cromosómicas Y, que se heredan puramente del padre. En cambio, existe una gran diversidad de ADN mitocondrial, que se hereda por parte de la madre, y se actualiza en cada nueva generación en Gurgy.

Esto, junto con los resultados de otros análisis químicos realizados en los restos, apunta a prácticas de virilocalidad y exogamia femenina. Es decir, los 'recién casados' se asentaban en el lugar en el que reside el hombre y la mujer proviene siempre de otra comunidad.

De hecho, las hijas adultas no aparecen en los árboles genealógicos, lo que significa que habrían dejado la comunidad para formar nuevos lazos en otro lugar, muy probablemente en un intercambio mutuo. Curiosamente, algunas de las mujeres que se casaron eran parientes lejanos, lo que sugiere que Gurgy tenía alianzas de intercambio con algunas comunidades vecinas.

"Vemos un gran número de hermanos completos, todos los cuales habían llegado a la edad de reproducción. Si luego agregamos un número hipotético de individuos para una proporción de sexos uniforme y algo de mortalidad infantil, obtenemos familias bastante numerosas y una alta tasa reproductiva o de fertilidad. Esto indica un estado nutricional y de salud general muy bueno para el grupo, que es notable para tiempos prehistóricos", destaca Maïté Rivollat, primera autora del estudio.

Otro fenómeno es la ausencia de medios hermanos, que es una indicación directa de relaciones monógamas. Por un lado, esto puede significar que un compañero murió con menos frecuencia, o que los hijos ilegítimos no fueron enterrados en este cementerio por sanciones sociales.

Un entierro excepcional para el "padre fundador"

En cuanto al sistema predominantemente virilocal, destaca un hombre que podría identificarse como el "padre fundador" del gran árbol genealógico. Su entierro también es excepcional, ya que sus huesos (en realidad solo un manojo de huesos largos) fueron colocados como entierro secundario en la tumba de una mujer de la que, lamentablemente, no se pudieron obtener datos genéticos.

Por lo tanto, los huesos del padre fundador fueron traídos desde un asentamiento original. "Así que debe haber sido de gran importancia para la comunidad como antepasado para que sus familiares lo enterraran de nuevo en Gurgy", explica Marie-France Deguilloux, de la Universidad de Burdeos, coautora principal del estudio.

Aunque el pedigrí principal abarca hasta siete generaciones, el perfil demográfico sugiere que la localidad fue multigeneracional desde sus inicios. La falta de entierros de niños en las primeras generaciones y de adultos en las últimas generaciones sugiere que el grupo había enterrado a niños que fallecieron prematuramente en un lugar anterior y que el mismo principio se repetía cuando la última generación de padres ya había pasado a la siguiente ubicación.

Esto muestra una ocupación del cementerio significativamente más corta, es decir, más de tres a cuatro que siete generaciones, lo que a su vez coincide con la duración estimada de las viviendas en este momento y el agotamiento de los recursos locales como el suelo o la leña.

En combinación con datos contextuales de otras disciplinas, por ejemplo sobre movilidad, nutrición y edad al morir, los árboles genealógicos sensacionalmente grandes ofrecen un enorme potencial para la interpretación y, por lo tanto, representan un paso de gigante hacia la comprensión de las estructuras sociales de las sociedades prehistóricas. "Los grandes avances metodológicos de los últimos años han hecho posible la realización de estudios de esta magnitud. Esto hace realidad un sueño largamente acariciado por todos los arqueólogos y antropólogos y abre la puerta a una mayor comprensión de la historia humana", resume Wolfgang Haak del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y autor principal del estudio, en la nota de prensa del centro.

'Les Noisats' y el Neolítico

La forma de vida agrícola temprana del período Neolítico se originó hace más de 10.000 años en el Medio Oriente, desde donde se extendió por Europa y dio forma significativa a la historia humana. Con la producción y almacenamiento de alimentos, fueron surgiendo gradualmente estructuras basadas en reclamos territoriales y posesiones que contribuyeron al desarrollo de jerarquías sociales. Después de la primera fase de asentamiento, rápidamente se establecieron estructuras sociales complejas, que también se reflejaron en las costumbres funerarias.

Por ejemplo, la cuenca de París en la Francia moderna es conocida por los monumentales edificios de piedra que se consideraban cementerios para la élite social. En este contexto, también es de especial interés el cementerio de Gurgy 'Les Noisats', una de las mayores necrópolis neolíticas sin estructuras de piedra, cuyos restos han hecho posible estos descubrimientos.