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La atención médica primaria en el corazón indígena de Delta Amacuro, en Venezuela

  • Las comunidades indígenas del estado se enfrentan a importantes retos en términos de acceso a atención sanitaria
  • El área tiene más de 40.000 km cuadrados y las comunidades indígenas viven esparcidas a lo largo de las laderas del río Orinoco

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La atención médica primaria en el corazón indígena de Delta Amacuro

En lo profundo de la región noreste de Venezuela se encuentra el estado Delta Amacuro, una vasta zona remota y de difícil acceso en las puertas del océano Atlántico. Este lugar, donde los ríos hacen las veces de carreteras y la selva se funde con el horizonte, alberga a un gran número de comunidades indígenas que se enfrentan a importantes retos en términos de acceso a atención sanitaria.

Adelia está embarazada de 38 semanas, pero no se ha realizado ninguna revisión. Hace poco cumplió 18 años y pertenece a la población indígena warao. Cuando comenzó a sentir contracciones, no pensaba buscar asistencia médica. Iba a acudir al wisirato, una figura espiritual y muchas veces medicinal, bien establecida en su cultura. Sin embargo, los dolores eran tan fuertes que sintió miedo.

Un día antes, notó pasar dos embarcaciones identificadas con banderas de Médicos Sin Fronteras (MSF) y ya sabía que cuando los ve navegar por el Orinoco, uno de los ríos más caudalosos del mundo, es porque se están trasladando a la comunidad de Nabasanuka para prestar asistencia médica. Así que convenció a su madre para que le acompañase al ambulatorio de la zona y juntas emprendieron un viaje de dos horas remando a bordo de un largo y ligero bote de madera, llamado curiara.

Lilia acompaña a su hija Adelia a dar a luz en la localidad de Nabasanuka

Lilia acompaña a su hija Adelia a dar a luz en la localidad de Nabasanuka Matias Delacroix

El calor y la humedad en la sala de parto agobiaban a Adelia, quien con indicaciones del equipo médico empujaba fuerte y con determinación. Por su edad y por la falta de control médico, su embarazo era de alto riesgo. Pero, a pesar de las dificultades y de las limitaciones de un centro de salud que ofrece lo más básico, a las 9:30 de la mañana, Adelia escuchó por primera vez el llanto de su hijo José Antonio, un bebé sano y fuerte que midió 52 centímetros.

Adelia termina de conversar con una de las promotoras de salud de MSF sobre los beneficios de la lactancia materna. “Yakera wito”, le dice con una gran sonrisa. Esta es una manera enérgica de saludar en la lengua warao, pero también una manera de expresar agradecimiento. Adelia ya está lista para emprender su camino río arriba y volver a casa con su bebé. Y es que, “cuando un médico está al lado de un pueblo, el pueblo se siente tranquilo y contento”, afirma antes de irse.

"Cuando un médico está al lado de un pueblo, el pueblo se siente tranquilo y contento"

El recién nacido José Antonio es examinado por un médico de MSF en la clínica de Nabasanuka

El recién nacido José Antonio es examinado por un médico de MSF en la clínica de Nabasanuka Matías Delacroix

Tan solo unos minutos antes, el equipo médico se comunicó con las autoridades de salud para solicitar apoyo con una ambulancia desde Tucupita, la principal ciudad del estado, ubicada a unas seis horas de navegación. Jesús, un niño de 3 años, requiere cuanto antes de una atención médica especializada que en el pequeño ambulatorio de Nabasanuka no pueden ofrecerle.

Sus padres remaron cuatro horas para que fuese evaluado y ahora están empezando a darse cuenta de que tienen que emprender un nuevo viaje que, sin el traslado de la ambulancia, les tomaría otros siete días remando. Los esfuerzos articulados con los equipos de salud estatales buscan que las barreras puedan acortarse y que sea posible brindar atención médica de modo oportuno a quienes lo requieran.

Personas de la población indígena warao de Delta Amacuro esperan para ser atendidos en la comunidad de Nabasanuka

Personas de la población indígena warao de Delta Amacuro esperan para ser atendidos en la comunidad de Nabasanuka Matias Delacroix

El acceso a Delta Amacuro, un desafío

Desde julio del año pasado, los equipos de MSF trabajan junto a autoridades locales para brindar atención médica primaria a comunidades aisladas del estado Delta Amacuro. El acceso es un desafío en sí mismo: el área tiene más de 40 000 kilómetros cuadrados y las comunidades indígenas viven esparcidas a lo largo de las laderas del Orinoco.

El camino es solo fluvial y toma horas trasladarse de un lugar a otro. Para llegar a los lugares donde se brinda atención médica, los trabajadores de la organización deben navegar con lanchas de motor al menos seis horas, mientras que para llegar a los centros de salud, los pacientes deben remar en sus canoas durante horas o días enteros.

Mujeres y niños de la comunidad indígena warao asisten a la clínica de San Francisco de Guayo para que el equipo médico de MSF les revise

Mujeres y niños de la comunidad indígena warao asisten a la clínica de San Francisco de Guayo para que el equipo médico de MSF les revise Matias Delacroix

Las comunidades indígenas de esta región padecen enfermedades prevenibles debido a las precarias condiciones en las que viven y por las múltiples barreras a las que se enfrentan. Patologías transmitidas por el agua como parasitosis y diarreas, enfermedades transmitidas por picaduras de insectos, como la malaria, infecciones respiratorias, afecciones de la piel y desnutrición. Estas son algunas de las principales morbilidades que se ven en la zona. La falta de seguimiento prenatal y postnatal representa otra vulnerabilidad relevante para las mujeres embarazadas y sus bebés.

La atención sanitaria en los pueblos indígenas de Venezuela

La barrera lingüística y las diferencias culturales, complicaciones añadidas

La falta de acceso a servicios sanitarios adecuados, unida a la barrera lingüística y las diferencias culturales, suponen otra serie de complicaciones añadidas. Además, las dificultades para cubrir con personal médico estos lugares remotos y la falta de suministros y medicamentos también contribuyen a los desafíos para obtener una atención médica adecuada y de calidad.

Recientemente, MSF ha establecido, en conjunto con las autoridades, dos puntos de atención médica en ambulatorios del municipio Antonio Díaz, al este del estado: uno en la comunidad de San Francisco de Guayo y otro en la comunidad de Nabasanuka. De esta forma, un equipo multidisciplinario conformado por médicos, enfermeros, farmacéuticos, especialistas en agua y saneamiento, logistas y promotores de salud se traslada cada mes hasta la zona, para permanecer allí durante tres semanas brindando atención médica primaria a alrededor de 70 pacientes al día.

Una promotora de salud de MSF utiliza dibujos para romper la barrera del idioma y comunicar a la comunidad warao la importancia de lavarse las manos para prevenir enfermedades

Una promotora de salud de MSF utiliza dibujos para romper la barrera del idioma y comunicar a la comunidad warao la importancia de lavarse las manos para prevenir enfermedades Matias Delacroix

Otro aspecto importante del trabajo de la organización en Delta Amacuro es la promoción de la salud. A través de la información y la sensibilización, es posible aumentar la conciencia sobre prácticas saludables, higiene adecuada y prevención de enfermedades, sin dejar a un lado las tradiciones propias de la comunidad. Esto no solo tiene un impacto directo en la salud de las personas, sino que también fomenta el empoderamiento comunitario y un enfoque proactivo hacia la salud.